El Correo de Burgos

SUCESOS

Una llamada desde Burgos hace caer una red internacional de trata

La Guardia Civil detiene a 20 personas que habrían explotado sexualmente a 40 mujeres

Publicado por
M. R.
Burgos

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Fue la llamada de una de las víctimas la que puso sobre la pista a la Guardia Civil y que ha desembocado en el desmantelamiento de una organización criminal dedicada a la explotación sexual de mujeres de nacionalidad rumana. Esa llamada se realizó en Burgos, en febrero de 2018, adonde llegó una de las víctimas de esta red que explotaba a las mujeres en plena calle en La Junquera (Gerona). Esta mujer consiguió subirse a un camión, que la llevó hasta Burgos. Una vez en la ciudad, se puso en contacto con la Guardia Civil y expuso su situación.

A partir de ese momento, agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Burgos contactaron la víctima y activaron el protocolo que se aplica en estas situaciones, con atención psicológica a la mujer, así como un lugar donde vivir y protección. Una vez que los agentes se ponen a investigar la denuncia se empiezan a dar cuenta de que este caso forma parte de una red que actúa no solo en España sino a nivel internacional, por lo que se contacta con la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que se hace cargo del caso.

Según la información facilitada por la Guardia Civil, en la operación han sido liberadas 13 víctimas que estaban siendo explotadas sexualmente en condiciones de suma precariedad y detenidas 20 personas, 18 en España, una en Rumanía y una en Portugal, llevándose a

cabo un total de ocho registros domiciliarios. En la nota remitida por la GuardiaCivil se explica que la víctima fue captada en una situación de extrema vulnerabilidad y obligada a prostituirse en distintos países europeos como Francia, Liechtenstein, Reino Unido, Alemania, Portugal y España. En la captación de la víctima habrían participado integrantes de su propio núcleo familiar. Según avanzaba la investigación, se pudo comprobar cómo los distintos integrantes del organigrama delictivo habrían utilizado el denominado método del Loverboy, consistente en el enamoramiento y promesa de una vida mejor en España, ocultándole el verdadero motivo de la captación, que no era otro que la explotación sexual lejos de su hogar, en diferentes países europeos.

De la misma manera, se pudo comprobar a través de la actividad operativa y la cooperación con Eurojust, que el caso investigado no era aislado y que existían numerosas víctimas captadas por la misma organización, utilizando para ello el mismo método. Las mujeres explotadas en España eran forzadas a ejercer la prostitución en condiciones muy precarias, con jornadas de más de 14 horas de trabajo, vistiendo únicamente con ropa interior en pleno invierno y soportando unas temperaturas muy elevadas durante el verano. Una gran parte de los controladores de las víctimas eran supuestamente sus parejas sentimentales, los cuales no tenían reparo alguno en que sus parejas mantuvieran relaciones con otros hombres.

En alguno de los casos, los explotadores llegaban a controlar hasta a 7 mujeres, las cuales eran obligadas a ejercer la prostitución en calles controladas por su propia organización. En el transcurso de la investigación, fueron varios los casos en los que se produjeron disputas con otros grupos que operaban en la zona por el control del territorio y calles en las cuales las víctimas eran obligadas a prostituirse, resolviéndose los mismos a favor de la organización criminal ahora desarticulada, por su mayor agresividad y uso de la violencia. El beneficio obtenido por los servicios sexuales que realizaban las víctimas, era enviado a Rumanía, donde los tratantes lo invertían en propiedades inmobiliarias principalmente.

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