El Correo de Burgos

CIENCIA

El Cenieh recibe 50.000 fósiles que están en fase de catalogación

La mayoría proceden del Museo de Burgos / Unirán a la colección de anatomía comparada y réplicas una litoteca y una tafoteca / Los primeros restos se abrirán a la consulta científica a finales de año

María Martinón en una de las grandes estanterías en las que se custodian los restos.-R. OCHOA

María Martinón en una de las grandes estanterías en las que se custodian los restos.-R. OCHOA

Burgos

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El equipo de siete personas que integran el servicio de Conservación y Gestión de Colecciones del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh) ya catalogan 50.000 fósiles de Atapuerca. «Están llegando piezas de todos los centros de investigación implicados en el proyecto Atapuerca, tenemos piezas de todos los yacimientos abiertos tanto restos humanos como lítica o fauna y hemos acogido más piezas de lo que figura en el calendario», aclara la directora del Cenieh, María Martinón. Durante los primeros cuatro años de vigencia del convenio está prevista el depósito de 100.000 piezas.

Reconoce que el grueso de las piezas procede del Museo de Burgos que es el depositario inicial de todo el patrimonio burgalés. Y es a «donde se estaban realizando las entregas hasta ahora», señala Martinón.Así las cosas, en los depósitos del Cenieh ya descansan, con todos los papeles en regla, piezas tan singulares como el parietal humano de Cueva Fantasma, los fósiles de antecessor de Gran Dolina o la mandíbula de Sima del Elefante la más antigua del complejo con 1,3 millones de años. Junto a ellos ya se conservan en las estanterías del depósito, ordenados e inventariados por yacimientos y niveles algunos fósiles humanos del grupo de Miguelón. En concreto hay huesos de la mano, del pie y del brazo, así como fauna.En el Cenieh, una vez que las piezas se entregan, empieza un trabajo de cotejo de piezas y registros porque «se necesita comprobar a qué corresponde cada pieza», asumir los registros dentro del sistema de catalogación propio diseñado en el centro donde conviven los requisitos del sistema de registro de los museos (DOMUS), las peculiaridades propias de la red regional y las especificaciones técnicas relativas al trabajo de investigación. Un completa ficha donde se deben incluir los tratamientos de restauración y conservación que se han llevado a cabo en cada una de las piezas. Martinón recuerda que «es una colección viva, sigue creciendo con el material que va apareciendo, hay fósiles que han necesitado décadas para completarse» y, al mismo tiempo que los sistemas de tratamiento deben ser reversibles, también está abierta la ficha de investigación.Por ello, la responsable del centro aclara que «el Cenieh no es un almacén, es un centro de gestión de colecciones, conservación y restauración». Reconoce que ha sido necesario contratar el desarrollo de un software específico que cumpla todos estos requisitos de la misma manera que se realizan cambios en el depósito que está dispuesto y esperando este proceso desde 2009.Tres incorporaciones

María Martinón calcula que los primeros fósiles estarán a disposición de toda la comunidad científica a finales de año cuando se haya podido completar el protocolo de recepción, conservación y gestión de los mismos. Para ello el Cenieh incorporar a tres personas, dentro de los contratos del programa de Garantía de Empleo Juvenil. Uno para cada una de las tres áreas en las que se divide el programa: Restauración y conservación que tiene a tres personas contará con uno más; el área de lítica, que analiza las herramientas de piedra, tiene dos personas y se incorporará un tercero; y el departamento de anatomía, fósiles humanos y fauna, son dos personas y tendrá otro más. De esta manera serán diez personas para implementar un proceso que se ha retrasado frente a los calendarios previstos.Este depósito de colecciones de Atapuerca se une a las colecciones que sí se han desarrollado en estos años como la de anatomía comparada de fauna y a la colección de réplicas de los fósiles relevantes de la evolución humana. «Son colecciones muy útiles porque los fósiles tienen valor por sí mismos pero su relevancia sobre se puede conocer si se compara con el resto y tener estas referencias en un mismo laboratorio es algo único», aclara.A esto hay que unir las nuevas colecciones de Litoteca, con referencias de las materias primas que se han utilizado para la elaboración de la industria. Esto conlleva el desarrollo de un área de arqueología experimental que «es fundamental para investigar la capacidad de los homínidos reproduciendo los procesos tecnológicos», explica. Añadirán una Tafoteca que trata de aglutinar un registro de marcas de corte que quedan en los huesos cuando son procesados y que van desde marcas de dientes en los huesos, rasguños de una herramienta de piedra.Más información en la edición impresa

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