Cae la «fiebre» por el etiquetado de la DGT en los vehículos

Si en el pasado mes de noviembre al menos 1.400 vehículos circulaban por la provincia con el etiquetado de la DGT, actualmente la cifra se incrementa hasta los 11.000. En fechas señaladas como las elecciones del pasado 26 de mayo, los burgaleses sufrieron, al parecer, una especie de «fiebre» al haber muchos que querían hacerse con los distintivos, según informaron desde la oficina central de Correos de la capital. Ahora mismo el ritmo de venta se mantiene estable.

La sugerencia de Tráfico se debe a la medida que el Gobierno ha impuesto de crear un etiquetado medioambiental que permite a la policía identificar fácilmente que vehículos cumplen las condiciones de eficiencia energética para disfrutar de las ventajas previstas en cada momento, puesto que aunque no están del todo detalladas, la DGT permite ya circular por el carril de autobús en algunas ciudades a los vehículos de 0 emisiones así como percibir otro tipo de descuentos, exenciones o prioridades. Aunque hasta el momento tan sólo Correos comercializaba estos adhesivos, en la actualidad existen otras vías de comercialización, por lo que la cantidad de automóviles se incrementa.

Si tenemos en cuenta que cada pegatina tiene un coste de cinco euros, la empresa de servicios postales obtuvo hasta la fecha una recaudación de 55.000 euros, cifra que aumenta conforme el tiempo avanza, ya que cada vez cuenta con más adeptos. En Burgos la venta comenzó a finales de septiembre del año pasado donde se comercializaron alrededor de 3.000 mientras que en lo que va de año, se han comercializado alrededor de 8.000 adhesivos medioambientales, lo que indica que la balanza de adeptos está en alza.

Para solicitar el distintivo se debe presentar el permiso de circulación del vehículo así como el documento identificativo del titular o de la persona autorizada. Como novedad,Correos ya ofrece la posibilidad de comprar la etiqueta medioambiental a través de su página web y solicitar su envío al domicilio correspondiente, por lo que deja de ser obligatorio acudir a las oficinas para obtenerlo.

Para el etiquetado, existen 4 niveles, con un distintivo B -amarillo- para los turismos con motor gasolina vendido a partir de enero del año 2000 y turismos diesel vendidos a partir de enero de 2006, un distintivo C -verde- para turismos gasolina comercializados a partir de enero de 2006 y diesel a partir de 2014; una etiqueta ECO -verde y azul- para turismo híbridos no enchufables con una autonomía inferior a los 40 kilómetros en modo eléctrico y coches movidos por GLP o GNC y por último, una etiqueta de 0 emisiones -azul- para coches eléctricos, híbridos enchufables con más de 40 kilómetros de autonomía en modo eléctrico y coches movidos por una mecánica de pila de combustible.

Aunque de momento el etiquetado no es obligatorio, consta de una gran relevancia, puesto que a partir de 2023, según la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica, todas las ciudades de más de 50.000 habitantes, -Burgos supera los 170.000 sólo en la capital- tendrán que establecer un área de bajas emisiones a la que se prohibirá el acceso a los vehículos más contaminantes, y por consiguiente, lo lucirán las etiquetas medioambientales de la DGT, puesto que por su antigüedad y, por tanto, sus emisiones, no tienen derecho a uno de los distintivos aprobados. Los diesel anteriores a 2006, los gasolina de antes del 2000 así como las furgonetas anteriores a 1997, son los afectados.

Por lo tanto, el etiquetado, al igual que sucede con los automóviles, se dividen en cuatro categorías. Etiqueta 0 emisiones; BEV -eléctricos de batería-, REEV -eléctrico de autonomía extendida-, PHEV -híbrido enchufable con autonomía superior a 40 kilómetros-, etiqueta ECO; HEV -híbrido no enchufable- y PHEV -híbrido enchufable con autonomía inferior a 40 kilómetros-, etiqueta C que corresponde a ciclomotores o motocicletas que cuenten con homologación Euro 3 o Euro 4 y por último, etiqueta B, apta para ciclomotores o motocicletas que cuenten con homologación Euro 2.

motos afectadas

Las motos también estarán regidas por este sistema de etiquetado, puesto que la DGT ha establecido un idéntico sistema de etiquetas de emisiones para motos con el que segmentar el parque de ciclomotores y motocicletas en función de sus emisiones y el tipo de propulsión de las mismas. De este modo, la etiqueta de emisiones está diseñada para que afecte a ciclomotores de dos y tres ruedas, cuadriciclos ligeros y motocicletas de dos ruedas, con o sin sidecar.

La capital suele ser destino recurrente para todos los burgaleses por su proximidad. Esto supone que aquel que quiera circular por Madrid con su vehículo privado, o bien de empresa, debe lucir, en una zona bien visible, la pegatina que indica como de contaminante es su

vehículo, ya que según el rango establecido, su libertad de circulación por la ciudad se verá coartada de un modo u otro.