El Correo de Burgos

DÍA NACIONAL DE LAS LENGUAS DE SIGNOS ESPAÑOLAS

Voces unidas y activas por una «comunicación sin barreras»

La Asociación de Personas Sordas de Burgos (APSBU) se concentra esta tarde en el arco de Santa María para reivindicar el «acceso a la información, la formación y la educación en igualdad de condiciones»

Miembros de la Junta Directiva de APSBU en la sede de la asociación.-ISRAEL L. MURILLO

Miembros de la Junta Directiva de APSBU en la sede de la asociación.-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
DIEGO SANTAMARÍA
Burgos

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«Podemos gritar, tenemos voz, no somos mudos». Combinando el sonido de sus cuerdas vocales y la lengua de signos, uno de los integrantes de la Junta Directiva de la Asociación de Personas Sordas de Burgos (APSBU) ‘Fray Ponce de León’ enfatiza que se debe «erradicar el término sordomudo» porque no se corresponde con la realidad. Una intérprete expone oralmente cada uno de sus alegatos mientras el resto de sus compañeros asiente. No pueden estar más de acuerdo en este punto. En otros el debate está servido, pero si algo les molesta -y con razón- es que muchos oyentes den por hecho que la sordera es incompatible con el habla. No existe el silencio en el seno de un colectivo que se pronuncia alto y claro sobre sus necesidades, aspiraciones y capacidades; empezando por la equiparación de su lengua con el resto de lenguas del país.Con esta declaración de intenciones sin citar nombres, apellidos o cargos porque todos prefieren expresarse de manera grupal; el equipo directivo de APSBU se prepara para celebrar, esta tarde de 18 a 20 horas, el Día Nacional de las Lenguas de Signos Españolas en el Arco de Santa María. La elección de la fecha, aprobada en 2014 por el Consejo de Ministros, no es casual. El 14 de junio de 1936 se constituyó la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE). Por aquel entonces, la Alemania nazi ya empleaba el azul turquesa para identificar a la comunidad sorda. Hoy en día, ese color constituye un símbolo de lucha en favor de una «comunicación sin barreras». Y si el Ayuntamiento da el visto bueno, el propio arco -y quizá algún que otro edificio emblemático- adquirirá la misma tonalidad durante la lectura del pertinente manifiesto.Vestidos con camisetas azules y desde un stand informativo, los miembros de APSBU y de la Asociación de Familias de Personas Sordas de Burgos (ARANSBUR) alzarán su voz durante un acto de «convivencia» que pretende desterrar los «prejuicios» instalados entre buena parte de los oyentes. Es lo que tiene la «discapacidad invisible», que en ocasiones da lugar a algún que otro malentendido, como cuando se les tacha de «antipáticos» porque su total ausencia de audición resulta imperceptible. Lo básico es fomentar el conocimiento y el «respeto mutuo» entre la ciudadanía. Bajo ningún concepto, y lo subrayan con énfasis, pretenden «dar pena» a nadie porque resultaría «muy negativo» para la comunidad sorda.Si algo reclaman los socios de APSBU -no solo el 14 de junio, sino todos los días- es el «acceso a la información, la formación y la educación en igualdad de condiciones». Sobre el papel, la Ley 27/2007, de 23 de octubre, reconoce y regula las lenguas de signos española y catalana. Sin embargo, la ausencia de intérpretes salvo casos muy puntuales o las malas traducciones en los subtítulos dificultan el pleno disfrute de los medios audiovisuales. Claro ejemplo el de los recientes debates electorales entre los cuatro principales candidatos a la Presidencia del Gobierno. Tan solo el canal 24 Horas de Televisión Española brindó la posibilidad a las personas sordas de conocer con exactitud las propuestas de cada uno de ellos recurriendo a varias profesionales que signaban sus intervenciones.La situación mejora en el ámbito educativo pese a que «no se cumplen el 100% de las horas lectivas» y el número de centros con intérpretes es reducido. Por otro lado, todos los miembros de la Junta Directiva de ‘Fray Ponce de León’ consideran que la lengua de signos debería ser una «asignatura optativa», al igual que en algunos países nórdicos, porque aporta «muchos beneficios» para las personas sordas y oyentes. Más allá de la empatía a través del acercamiento mutuo, sostienen que «evita la frustración a los niños a los que les cuesta más hablar porque se adaptan a un lenguaje, favorece su desarrollo espacial y visual y les motiva a la lectura».Llegados a este punto, toca abordar un «tema delicado»: los implantes cocleares en menores. Se trata de una decisión muy personal y hay padres que se oponen. Cada cual es libre de hacer lo que estime conveniente y ambas opciones son «respetables», pero todos los socios de la Junta Directiva tienen claro que la lengua de signos nunca debe abandonarse, por mucho que se recupere la audición, porque es la lengua «natural» y «vehicular» de las personas sordas. Además, conviene desterrar la creencia de que «alguien que signa va a dejar de hablar».Obstáculos diariosLas barreras educativas e informativas se pueden sortear con mayor o menor esfuerzo. Desgraciadamente, hay otra serie de acciones cotidianas para cualquier oyente que acarrean múltiples dificultades para la comunidad sorda. La presencia de un intérprete es fundamental para beneficiarse de la prestación de servicios básicos como la atención médica o la representación legal. De hecho, muchas veces se suspenden juicios u otra serie de actos relacionados con el ámbito judicial ante la ausencia de un profesional que sepa lengua de signos. En tales casos, la Administración de Justicia o el Ayuntamiento -a través de un convenio con la Gerencia de Servicios Sociales- se encargan de gestionar, con cita previa, la asistencia de intérpretes para solventar este tipo de trámites. No obstante, el ratio es demasiado bajo para cubrir las necesidades de quienes sufren discapacidad auditiva.El problema se manifiesta sobremanera en las residencias de mayores y la atención a la dependencia en general. Cualquier profesional puede entender determinadas señas, pero «no conocen la lengua de signos». «Qué mínimo que un intérprete», apostilla un integrante de la entidad consciente de que «la tercera edad está muy aislada» dada la imposibilidad de comunicarse con los trabajadores de los centros y el resto de usuarios. Quizá se podría, agrega un compañero, habilitar instalaciones «de referencia» con personal formado en lengua de signos para atender las necesidades de un colectivo que merece el mismo trato que los demás.El consenso se rompe al hablar de empleo. Hay quien cree que «la situación ha mejorado» y quien lamenta que el sector de la limpieza es la principal salida laboral de la comunidad sorda. Eso sí, todo el mundo está de acuerdo en que a la gran mayoría «se le pone la etiqueta de antemano, como si fuera a hacer mal un trabajo concreto» por no poder oír. Ocurre, por ejemplo, con la informática aunque no sea necesaria la capacidad auditiva: «se da por hecho que no vamos a saber».Antaño, casi todas las personas sordas se integraban en oficios «manuales y artesanales», como si fuese lo único para lo que estaban capacitadas. Sin embargo, el avance de las nuevas tecnologías va «dejando de lado» estos trabajos y no queda más remedio que abrirse camino en otros ámbitos. Están de sobra preparados para demostrar su profesionalidad en diferentes campos, pero «a algunos empresarios no les interesa por desconocimiento aunque les obligue la ley». Sea como fuere, la Junta Directiva de APSBU demanda la adopción de medidas integradoras para solventar con garantías los «problemas» relativos a la falta de «formación cualificada».Avances tecnológicos¿Cómo se gestionan las emergencias sanitarias? Para acceder al 112 de Castilla y León, las personas sordas deben «ir al centro base, darse de alta y facilitar su número de móvil». Así, «si pasa algo, cuando llamas ya lo saben y hay una adaptación por mensaje». El problema, tal y como subraya un socio de la entidad, reside en que no existe un criterio único de asistencia para todas las comunidades autónomas. Por lo tanto, sostiene que se debería implantar el mismo sistema para toda España, ya que el traslado de una región a otra supone un «obstáculo» a la hora de pedir ayuda.Por suerte, el 016 para solicitar información y asesoramiento en casos de violencia de género incorporó hace unos años el servicio de videointerpretación SVisual, también apto para contactar con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado a través de sus correspondientes líneas telefónicas e incluso con el 112 en determinadas comunidades. No cabe duda de que se trata de una herramienta muy efectiva a la hora de comunicar toda clase de incidencias, aunque más de un socio de APSBU opina que aún deben introducirse mejoras como la geolocalización del usuario porque a día de hoy «tienes que indicar la ubicación» al intérprete que se encuentra al otro lado de la pantalla. En cualquier caso, el desarrollo de esta aplicación por parte de la CNSE ha supuesto un importante avance para las personas sordas.Visto lo visto, muchas de las reivindicaciones de APSBU y de la comunidad sorda en general permanecen a expensas de las administraciones públicas. No en vano, la sociedad también puede ir haciendo los deberes adquiriendo una serie de pautas básicas a la hora de establecer contacto con alguien que sufre discapacidad auditiva. El Club Juvenil Signo ha elaborado un folleto esclarecedor que recoge una serie de recomendaciones durante una conversación. Lo principal, previamente, es comunicarse con el interlocutor teniendo presente su contacto visual. Y tampoco hay que olvidar los gestos, con las manos siempre libres para signar y empleando siempre la voz porque aparte de hablar también saben leer los labios.

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