Cruz Roja alerta de «itinerarios de atención más prolongados»

«Las intervenciones son con menos personas pero son más prolongadas en el tiempo, nos preocupa porque la crisis se ha ido para muchos pero nos queda un poso de personas con problemas que no consiguen salir». Esta es la reflexión del presidente provincial de Cruz Roja Burgos, Arturo Almansa. Alerta que la pobreza no se ha ido y que, además,«tiene rostro de mujer». El 63% de los beneficiarios en el área de atención de colectivos vulnerables es una familia encabezada por una mujer. «La sociedad debería ser consciente que ellas sufren mucho y son mayoría en los servicios vinculados a personas de especial vulnerabilidad, el programa de Empleo y el de Personas Mayores», especificó Almansa.

En los diferentes programas de atención de Cruz Roja (intervención social, empleo, socorros y emergencias, formación, juventud y salud) se ha prestado servicio a 40.103 personas en 14 puntos de atención presencial repartidos en toda la provincia. Supone un descenso respecto al año pasado cercano al 3% en número de usuarios, más de 3.000 personas menos que en 2015, cuando la crisis azotó de lleno a la provincia, pero «los itinerarios de atención son más prolongados». Aunque del total hay que desgajar los 14.468 usuarios que participan en acciones de sensibilización y educación.

En concreto, se han realizado 181.054 intervenciones en todos los programas. «Cada vez atendemos menos usuarios pero la intervención que se debe realizar tiene una mayor intensidad porque hay personas que viven ancladas en situación de vulnerabilidad», señalan. De hecho muchos de los atendidos tienen empleos pero no es suficiente para desvincularse. «Hay familias a las que tener trabajo no les supone que se haya perdido la situación de pobre, no pueden cubrir sus necesidades de forma digna, ante la situación de precariedad laboral debemos seguir la atención con ellos», explica el coordinador provincial, Ignacio Angulo.

El programa con más personas atendidas es el relacionado con Intervención social que benefició a 14. 369 personas de la que el 53% son personas de extrema vulnerabilidad y el 27% son personas mayores. Del total de beneficiarios de este apartado el 62% son mujeres. En 229 féminas en situación de dificultad social se han centrado 2.249 intervenciones con proyectos vinculados como acogida, atención y asesoramiento a situación de mujeres en situación de precariedad, centros de emergencia para mujeres en situación de maltrato y personas dependientes a su cargo, empoderamiento a mujeres en situación de dificultad y teleasistencia móvil para víctimas de violencia de género.

Cruz Roja también presta un servicio específico a la infancia en dificultad social, programa que contó con 1.075 usuarios con quienes se llevaron a cabo 22.407 intervenciones entre los que se encuentran acogimiento familiar, intervención familiar con infancia en riesgo, centro de día para menores en dificultad e intervención socioeducativa en menores bajo medidas de responsabilidad penal.

Al ámbito de personas mayores se va el grueso de intervenciones, un total de 129.379 en iniciativas como atención a personas con funciones cognitivas deterioradas, ayuda a domicilio, centros de día, apoyo temporal a familias con personas dependientes, localización de personas con deterioro cognitivo, promoción del envejecimiento saludable, red social enrédate, teleasistencia domiciliaria y móvil. Todos estos programas han beneficiado a 4.293 personas.

Los proyectos de apoyo en prevención de exclusión social, atención urgente a necesidades básicas, ayuda a los más desfavorecidos, medidas de acompañamiento, prestaciones llamamiento ‘Ahora más que nunca’ y prevención de exclusión residencial ha copado 7.240 actuaciones en favor de 8.642 personas.

El doble de refugiados

Un indicador que se ha disparado es el de la atención a personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional. Si el año pasado se prestó atención a 42 refugiados, este año se ha atendido a 81 personas con 5.984 intervenciones. En el programa transversal se llevan a cabo cuestiones como acogida temporal, aprendizaje del idioma, atención psicológica, interpretación y traducción, primera acogida, intervención social y atención legal y jurídica. En cuanto a la atención a inmigrantes se beneficiaron de estas medidas 1.175 personas con 3.882 intervenciones en cuestiones de integración, atención social, asesoramiento jurídico y clases de castellano.

Desde Cruz Roja recuerdan que la atención es transversal entremezclándose en muchos casos los diferentes servicios con un objetivo inicial, que las personas puedan prescindir de apoyos para vivir su día a día de manera autónoma. Ejemplo de esa transversalidad en aras de una independencia de las ayudas es la de empleo. En este servicio se ha trabajado con 852 personas y se ha alcanzado un 28% de inserción. Aunque también se ha sensibilizado a 3.880 personas, entre ellas las empresas con las que se realizan actividades y talleres. Un total de 300 empresa colaboran con la entidad, muchas de ellas en el ámbito del empleo.

Clave en el devenir de la institución es el voluntariado. Colaboran 1.747 personas y cuentan con 15.000 socios. La edad media del voluntariado es una persona de 43 años con estudios secundarios. Su labor se une a la del personal de la entidad, 85, que ha cerrado el año con más de 478.000 euros de superávit. Ingresaron 5,4 millones de euros y destinaron 4,9 millones a gastos en sus diferentes programas. Una estabilidad que «nos ayuda a dar proyección a nuestra intervenciones a largo plazo», explican desde la entidad.