El Correo de Burgos

FIESTA DEL CURPILLOS

Burgos celebra con devoción la festividad del Curpillos

Cientos de burgaleses acudieron a la cita religiosa que se celebra en el Monasterio de Las Huelgas

Las monjas del Monasterio de Las Huelgas lanzan pétalos y cantan al Santísimo Sacramento.-ISRAEL L. MURILLO

Las monjas del Monasterio de Las Huelgas lanzan pétalos y cantan al Santísimo Sacramento.-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
V. MARTÍN
Burgos

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Respetó la lluvia. Un año más aunque la amenaza de mal tiempo parecía que aguaría la fiesta a más de uno, finalmente no fue así y burgaleses y visitantes pudieron disfrutar de la Festividad del Curpillos. Las campanas del Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas repiqueteaban con alegría dando la bienvenida a autoridades civiles, militares y eclesiásticas.A las puertas del monasterio fueron congregándose decenas de burgaleses. Lo hicieron poco a poco, a medida que el Sol empezó a abrirse paso entre las nubes que, a primera hora de la mañana, dejaron alguna que otra gota sobre la capital burgalesa.Los bailes regionales y el sonido de dulzainas y tambores, en una fiesta declarada de Interés Turístico Regional y que tiene su origen en la celebración de la victoria de las huestes cristianas sobre las musulmanas en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, amenizaron la espera de los burgaleses mientras se celebraba la liturgia. Antes de acceder a la Santa Misa, el alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, apuntaba que su intención «es mantener un reunión con el arzobispo de Burgos, Fidel Herráez, para valorar cambios en el protocolo de participación del poder civil en actos religiosos».En este sentido, el socialista señaló que «debe haber una evolución sensata» en la combinación de instituciones públicas y fiestas populares, la mayoría vinculadas a un acto religioso. «Debe imperar el sentido común y desde Alcaldía debemos dejar a un lado las confesiones religiosas y valores de cada uno porque aquí representamos a todos los vecinos de la ciudad», apostilló. De ahí que, De la Rosa acudiera tanto a la Santa Misa como a la procesión, «en representación de los vecinos de Burgos».Precisamente el arzobispo iniciaba su sermón dirigiéndose a De la Rosa a quien le pidió que «se sienta acogido y bien recibido». Durante la homilía, Herráez quiso recordar la importancia de «la solidaridad» en «sus dos vertientes». Una orientada «a la presencia de Dios que hay en nosotros». La segunda, «en la concreción del amor entre nosotros y con quienes más lo necesitan, el amor por nuestros hermanos», explicó.Tras la misa, el volteo de las campanas marcaba la salida del Santísimo Sacramento y el inicio de la procesión por el barrio burgalés. A De la Rosa se sumaban cuatro de sus concejales, mientras que el PP acudía con cinco de los siete ediles, entre ellos, César Rico, presidente en funciones de la Diputación, quien apuntaba del Curpillos que «es una de las fiestas que más disfrutan los burgaleses». Por su parte, el ex alcalde y concejal, Javier Lacalle, acudía la misa pero posteriormente no participaba en la procesión. Rosa Niño y Julio Rodríguez-Vigil acudían en representación de Cs mientras que Ángel Martín y Fernando Martínez-Acitores lo hacían por Vox. La cita no contaba con la presencia de ninguno de los ediles de Podemos.Encabezaron la procesión los danzantes seguidos por la máxima autoridad militar, que se encargó de portar el Pendón de las Navas de Tolosa, que desde 1953 no es el original ya que se encuentra custodiado en el Museo de Telas Medievales de las Huelgas. Tras el símbolo desfilan algunos de los niños y niñas que este año celebraron su primera Comunión y tras ellos, el Santísimo Sacramento es portado bajo palio, acompañado por autoridad y seguido por la banda militar y las tropas.Como manda la tradición, el Santísimo realizó la parada en la Plaza del Compás de Adentro, donde se realizó la ofrenda a la Virgen, momento en el que las monjas del monasterio lanzan pétalos al Santísimo mientras entonan cánticos de alabanza. La comitiva continúa por el barrio de las Huelgas hasta la iglesia de San Antón, donde el Santísimo Sacramento también hace una parada y donde el arzobispo realizar una breve oración ante el tapiz de guijarros y flores realizaron por las monjas del monasterio.El camino se iniciaba de nuevo hacia Las Huelgas donde la procesión ponía punto y final con el recibimiento de la Abadesa de la congregación a la comitiva. Fuera lo danzantes bailaban al son del pito y el tambor mientras los presentes esperaban para disfrutar de una parada que, un año más, arrancó los ‘vivas’ y los aplausos de burgaleses y visitantes.Finalizada la parte tradicional y religioso de la festividad, llegó el turno del momento más popular del festejo, disfrutar de las buenas viandas en El Parral.

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