FAE insta a mejorar la orientación laboral para evitar la brecha de género

Burgos

La mayoría de los 1.100 alumnos de ESO, BACH, FP y universitarios confiesa que no han recibido una orientación desde sus centros educativos antes de elegir sus estudios. Es la sorprendente conclusión que aportan los estudiantes que participaron en un estudio que en realidad indagaba sobre la incidencia del género en la elección de carrera. En las conclusiones se concreta que «no se percibe que el sexo sea un factor clave en la decisión de la elección de los estudios». Sin embargo, la falta de orientación de esos estudiantes acerca de los estudios con más salidas o que más les convienen sí puede agravar la brecha de género real.Esto es debido a que las mujeres son mayoría en estudios o profesiones relacionadas con la administración o la sanidad mientras que entre los hombres son mayoría quienes se dedican a profesiones industriales o técnicas. Habida cuenta que «los ámbitos en los que predomina la presencia de género femenino están caracterizados por contar con unos salarios inferiores», resulta que el conjunto de la población masculina percibe una retribución mayor que la femenina simplemente por haber elegido mayoritariamente un tipo de profesión u otra.La relación entre la universidad y la empresa debe mejorar para, de alguna manera, ir orientando a los alumnos en etapas tempranas, incluso en las previas a la universitaria, en las mejores perspectivas para elegir estudios con salidas laborales. Es la opción del presidente de FAE, Miguel Ángel Benavente, quien reclama una mayor orientación al alumnado durante sus estudios. Benavente se apoya en los datos del estudio confeccionado con el soporte financiero de Cajaviva que reflejan que el 60% de los alumnos encuestados en colegios de la provincia en ESO y BACH «no ha recibido ningún tipo de orientación en su centro para efectuar una elección acorde a sus habilidades»; porcentaje que disminuye al 35% en los centros concertados.El estudio concluye que se debe trabajar en mecanismos de orientación para favorecer disciplinas educativas, dirigidas tanto a hombres como mujeres, que reducirán la brecha salarial, en referencia a la educación científica y técnica en una provincia en la que la industria genera casi una cuarta parte del empleo y que es «un pilar del potencial económico de Burgos.

La diferencia salarial entre hombres y mujeres en la provincia de Burgos asciende a 6.760 euros al año. Una desigualdad cuyo origen, según el estudio promovido por FAE Burgos y Cajaviva Caja Rural, «se encuentra en las distintas elecciones que los estudiantes tienen que tomar a lo largo de la etapa educativa».Este estudio, quizá «el más profundo» que se ha realizado en Burgos en esta materia, en palabras del director general de Cajaviva, Ramón Sobremonte, pone de relevancia que la presencia de la mujer en las carreras y profesiones del ámbito STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, en sus siglas en inglés) es muy inferior a la de los hombres, mientras que se encuentran «sobrerrepresentadas» en campos como «la salud, la psicología o la educación». Tan sólo el 28% de los alumnos que cursan enseñanzas superiores STEM son mujeres, frente al 31% de la media de los países occidentales más desarrollados. A mayores, este estudio y otros similares en la OCDE señalan que los condicionantes sociales o familiares inciden en la elección de unas carreras u otras por parte de los alumnos.Además, en general los alumnos son forzados a elegir «demasiado pronto» en sus estudios si optan por ciencias o humanidades y, adicionalmente, carecen mayoritariamente de una orientación para ello. Es por eso que el presidente de la Confederación de Asociaciones Empresariales, Miguel Ángel Benavente, lanza el «reto» de que se incorpore al sistema educativo algún tipo de herramienta que permita anticipar las necesidades del mercado laboral con «cinco o siete años» de anticipación. Una referencia que, entiende, se podría determinar fácilmente con el uso de mecanismos como el big data.

Esta mirada anticipada es especialmente interesante para los universitarios, a juicio de Benavente, ya que los estudiantes que cursan ciclos formativos de FP «lo tienen mucho más claro» y además presentan un porcentaje de empleabilidad tras acabar sus estudios mayor que el de los estudios superiores. En ese sentido, el presidente de la patronal burgalesa abogó por acabar con el estereotipo de que la FP es «la hermana pobre de la Educación» y recomendó que se potencie dada las salidas laborales que proporciona.Influencias

La gran mayoría (72%) de los estudiantes de las universidades de Burgos e Isabel I participantes en este estudio reconocen que están cursando la carrera por vocación y por su interés en la materia, aunque en el caso de quienes se matricularon en carreras de la rama social y jurídica hay un 50% al que le motivaron las salidas laborales. Entre los alumnos que no cursan carreras STEM, dos terceras partes asegura que no se siente atraído por estas titulaciones más científicas y técnicas y el resto confiesa que no se ve preparado para ellas. La decisión al escoger una carrera está motivada principalmente por factores sociales y familiares que influyen sobre su vocación y gustos, pero no así por una orientación previa en sus centros escolares. De hecho, el 63,63% de los alumnos universitarios encuestados asegura que eligió su carrera sin que en su instituto les ofreciesen algún tipo de orientación previo para efectuar la elección en función de sus habilidades.Los alumnos asocian la formación universitaria con un mayor nivel salarial y los de las ramas social y jurídica son los que tienen una mayor tendencia a emprender y también los que más eligen sus estudios pensando en las salidas laborales y el nivel de vida posterior.

Por otro lado, los universitarios rechazan que existan carreras de hombres o de mujeres y defienden la igualdad de oportunidades, pero reconocen que no es así en la práctica.