Folclore a pie de calle

No se veían a lo lejos, pero el sonido ya retumbaba entre las calles de la capital. El 43º Festival Internacional de Folclore comenzó la jornada de ayer de una manera diferente, pues todos los grupos participantes se pasearon por el casco histórico de la ciudad. El desfile llenó las calles de Burgos de ritmos diversos, desde los exóticos de Tahití hasta los más caribeños de Puerto Rico. El color lo pusieron los trajes y vestidos de los componentes de los distintos grupos participantes. En el desfile tampoco faltaron los típicos alaridos de cada colectivo así como sus movimientos más característicos.

Abrigados por el público y entre fuertes aplausos. Así es como los grupos participantes accedieron a la plaza donde todos los asistentes los esperaban con ansias, especialmente a los de Armenia, que después de 20 años, pisaban de nuevo la capital para ofrecer una actuación que pasará al recuerdo por por su «solvencia técnica», aspecto que la presidenta del Comité de Folclore de Burgos y presentadora de esta cita desde hace años, Regina Peñacoba, destacó durante la presentación del colectivo.

Ya sobre el escenario, era el turno de Armenia. Durante una hora, se dedicaron en cuerpo y alma a mostrar su cultura a los allí presentes, que una vez más, volvieron a llenar la plaza de Virgen del Manzano. Las danzas de los hombres eran fogosas, impetuosas, rápidas, acrobáticas y viriles.Realizaron saltos, quebradas en la rodilla, ruedas o pirámides, mientras que las bailarinas ejecutan sus movimientos de manera ligera con un pudor mezclado con una noble seguridad. La orquesta, compuesta por siete integrantes, tocó instrumentos muy antiguos y particulares de su país. Unos de inspiración árabe, otros tienen un ligero parecido a las bombardas de Bretaña. En el área del vestuario, los trajes masculinos son guerreros y marciales, reafirmados con cartucheras, mientras que los de las mujeres son bordados y hechos en seda, lo que les otorga una gran nobleza.

Los grupos apuran ya las últimas horas y los bailarines ‘echan’ los restos en las últimas horas demostrando, una vez más, que el folclore es capaz de unir a los pueblos de lugares tan diversos como los congregados en esta edición en Burgos.

Para la ceremonia de clausura, todas las agrupaciones pasarán por el escenario una vez más. Finalmente, tras la actuación de varios conjuntos burgaleses, la jornada finaliza con la salida a escena de los personajes más emblemáticos de la ciudad: los Gigantillos.