SUCESOS
El mal uso de un ahumador calcina 70 hectáreas en Rioseras
Las llamas llegaron muy cerca de algunas viviendas de la localidad
Un bombero trabaja en la extinción del fuego.-BOMBEROS DE BURGOS
Una negligencia está detrás del incendio que el pasado lunes afectó a 70 hectáreas de superficie agrícola en Rioseras y que llegó a estar muy cerca de algunas viviendas de la localidad. Según confirmaron ayer fuentes de la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León, el mal uso de un ahumador de una explotación apícola fue la causa que originó el incendio que hasta las 21.00 horas del lunes no se pudo controlar y pasadas las 12.30 horas de ayer se daba por extinguido.
El fuego se originó en esta explotación, ubicada en zona de monte, en torno a las 18.00 horas. Para su extinción fue necesaria la participación de un técnico, dos agentes medioambientales, así como dos helicópteros, uno con base en Medina de Pomar y otro en Pradoluengo, así como un bulldozer, dos autobombas y una cuadrilla de tierra. A las labores de extinción también se unieron los bomberos de Burgos al poco rato con una autobomba forestal.
Las condiciones meteorológicas cambiaron cuando el incendio estaba prácticamente controlado, según informaba el parque de bomberos a través de su cuenta de Twitter, lo que hizo que el fuego se desplazara hacia zona de cultivo sin cosechar y empezara a amenazar a algunas de las viviendas cercanas. Los esfuerzos se centraron en evitar que las llamas pudieran alcanzar las casas, lo que hizo que se movilizaran el resto de efectivos que estaban de guardia, que acudieron al lugar con un camión nodriza y otra autobomba adicional.
En torno a las 21.00 horas se daba por controlado el incendio que, aunque no alcanzó las viviendas, sí afectó a algunos cerramientos, jardines, leñeras y edificaciones auxiliares.
Es el segundo incendio de cierta entidad en los últimos. El pasado 29 de julio se registraba un incendio en Huérmeces, en el que se quemaban cerca de 89 hectáreas de superficie de cultivo.
El fuego comenzaba en torno a las 13.00 horas. En su extinción fue necesaria la participación de dos técnicos, tres agentes medioambientales, un helicóptero con base en Medina y otro con base en Pradoluengo, así como dos autobombas, tres cuadrillas de tierra y bomberos del parque de Burgos.