El Correo de Burgos

SANIDAD

Cada burgalés adquirió 19 recetas al año con un gasto medio de 144 euros

Tal y como recoge el portal de salud de la Junta, en 2018 los burgaleses gastaron 86,2 millones de euros en fármacos, un 3,6% más que en 2017 / El precio medio por receta fue el más alto de toda la Comunidad

Una farmacéutica dispensa un medicamento a una mujer.-ISRAEL L. MURILLO

Una farmacéutica dispensa un medicamento a una mujer.-ISRAEL L. MURILLO

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V. MARTÍN
Burgos

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El pasado año 2018 cada burgalés consumió una media mensual de 1,62 recetas en las oficinas de farmacia. El dato supone, por tanto, la adquisición al año de 19 productos con prescripción médica por persona. La variación respecto al ejercicio anterior es positiva, con un aumento del 3,63%, en la línea del resto de las provincias de la región. Difiere eso sí en el número absoluto, pues la media de consumo de Burgos es la más bajas de la Comunidad, junto a Segovia.El de consumo farmacéutico es uno de los indicadores recogidos en el informe anual de prestaciones de este ámbito sanitario, incluido en el plan estadístico autonómico y difundido por la web de salud de la Junta de Castilla y León con el objetivo de dar a conocer el uso de los medicamentos así como el gasto en ellos y las aportaciones realizadas por los usuarios.La media de consumo citada responde al reparto del total de recetas entre la población. En Burgos esta cantidad se incrementó el pasado 2018 hasta los 6,94 millones, el 13% de los 52,7 millones de la Comunidad y un 2,9% más que en 2017. Si bien sí se registra un leve crecimiento progresivo, el dato provincial apenas ha cambiado en los últimos cinco años.En lo que se refiere al gasto farmacéutico, que representa la cuantía que se financia en relación a todos los medicamentos prescritos y dispensados en receta de Sacyl, es decir, el importe de los fármacos al que se detraen la aportación, los descuentos y las deducciones de la oficina de farmacia, según se establece en la normativa, el mayor se produjo en las provincias de León, Salamanca y Burgos.Así, en la provincia se gastaron 86,32 millones de euros, lo que supone el 14,1% del total de la Comunidad y un 3,63% más que en el año 2017.Poniendo la lupa sobre las personas protegidas, el gasto farmacéutico al mes supera los 20 euros, tras un incremento del 4,31% respecto al 2018.En cuanto al gasto medio por receta, en el caso de la provincia burgalesa esa cifra se sitúa en 12,42 euros de media, un 0,66% más que en el año anterior. La cifra también es superior a la media de Castilla y León, que es de 11,5 euros. De hecho, es la media más alta de toda la Comunidad.Otro indicador a tener en cuenta es la aportación. El porcentaje de aportación en todos los meses del año oscila en cifras cercanas al 10% del precio de los medicamentos. El porcentaje de aportación, acumulado a diciembre de 2018, ha sido del 9,73% en Castilla y León. Por provincias, Valladolid Oeste, Segovia, Burgos y Soria han tenido un porcentaje de aportación superior al 10%. La variación interanual en la Comunidad respecto al año 2017 ha disminuido un 0,75%. En el caso concreto de la provincia burgalesa, el porcentaje de aportación se sitúa en el 10,26%. La modificación de las condiciones de la prestación farmacéutica que entró en vigor en el año 2012- el denominado copago- supuso un incremento medio de la aportación, pasando del 4,9% al 10%.

Primer semestreLos último datos del portal sanitario de la Administración regional se centran en el primer semestre de 2019. De ellos se desprende que de enero a junio el gasto farmacéutico a través de receta fue de 43,3 millones de euros en la provincia burgalesa y se dispensaron 3,4 millones de envases, con un valor medio de 12,4 euros.Un papel crucial en el mundo ruralEn la actualidad, Burgos cuenta con 574 farmacéuticos colegiados, de los que 388 desarrollan su labor profesional en alguna de las 201 farmacias. Cerca de seis de cada diez se ubican en diferentes localidades de la provincia aunque al igual que ocurre en otros sectores, las farmacias también echan la persiana en la denominada España vaciada.«Los pueblos se quedan vacíos y los farmacéuticos acaban yéndose también, es una realidad que tenemos que afrontar», explica. Sin embargo, la farmacias «somos personal sanitario y tenemos mucho conocimiento en nuestra área, pero también en salud pública, a la hora de dar consejos sanitarios y recomendar hábitos saludables» cuestiones que, sin duda, permiten mejorar la salud y la previsión de vida de los pacientes.Precisamente esos valores se acrecientan en el medio rural, donde en muchas ocasiones el farmacéutico es el único profesional sanitario ‘fijo’ que tiene la localidad. «El farmacéutico está muchas horas en contacto con la población y sin necesidad de pedir cita ni de esperar, la facilidad de acceso que el ciudadano tiene al medicamento y al consejo farmacéutico es difícil de encontrar en otro país del mundo».

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