El Correo de Burgos

FIN DE SEMANA CIDIANO / PREGÓN Y DESFILE MEDIEVAL

«No se puede amar el mundo si no amamos antes nuestra tierra»

El periodista Álex Grijelmo, pregonero cidiano, anima a «divulgar el orgullo del burgalesismo»

El desfile medieval es uno de los atractivos del Fin de Semana Cidiano.

El desfile medieval es uno de los atractivos del Fin de Semana Cidiano.

Burgos

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No le hizo falta lucir vestimenta de época a Álex Grijelmo para meterse en el papel de pregonero. Saludando a sus paisanos con un «burgueses e burguesas», el periodista hizo saber al respetable, con sorna medieval adaptada a los tiempos que corren, una serie de «aclaraciones» dictadas por la «autoridades competente» para evitar «entuertos imprevistos, desilusiones inconsolables y pendencias con la Policía». Desde lo alto del Arco de SantaMaría, ante un público entregado y orgulloso de sus gestas con la pluma -sin olvidar su folclorista etapa con el grupo Orégano-, trató de que «nadie se llame a engaño» al acudir a los actos programados con motivo del Fin de Semana Cidiano.Con las autoridades presentes y perdiendo la voz por momentos, Grijelmo advirtió que las «prisas» de los organizadores ocasionaron una serie de «olvidos» en el programa que tal vez convenía aclarar. Por ejemplo, que la exposición de aves rapaces y carroñeras no incluye a «ningún periodista». El humor en las propias carnes sabe mejor y el público aplaudió su ocurrencia. En realidad, cada chiste estuvo acompañado, en mayor o menor medida, de carcajadas y comentarios entre los asistentes.También gustó, y mucho, su reflexión sobre el espectáculo de danza del vientre. Y es que para no «inducir a confusión», se vio en la obligación de precisar que «no es lo mismo tener la danza en el vientre que tener el vientre en danza». De igual manera, trasladó el «especial interés» de las autoridades en explicar que el taller de soplado de vidrio tampoco era «lo que parece», pues nada tiene que ver con el «soplado de la botella». Otra cosa es que cada uno haga después lo que le «parezca más conveniente». Por algo «estamos en fiestas».Una vez concluida la tanda de chascarrillos, con referencias a la eterna rivalidad futbolística entre Madrid y Barcelona o el dúo musical Fetén Fetén, Grijelmo animó a los burgaleses a sumergirse, si aún no lo han hecho, en el Cantar de Mío Cid. El principal motivo, simple pero atinado, es que «no solo da gloria a todas sus hazañas, sino que también da gloria leerlo».Para cerrar en alto su pregón, el periodista burgalés demostró que la distancia nunca fue óbice para ensalzar sus raíces. En este sentido, animó a los presentes a «conocer la historia que compartimos y que heredamos» para «divulgar el orgullo del burgalesismo», ya que «todo lo que nos une nos ayuda». A modo de conclusión, bajo un sol de justicia inusual en octubre, proclamó que «no se puede amar a quienes están lejos si no amamos antes a quienes tenemos al lado». En otras palabras pero con idéntica finalidad, reforzó su alegato argumentando que «no se puede salvar el mundo si no amamos antes nuestra tierra».Aplaudido a rabiar y a la espera de entonar en comunión el himno a Burgos de Marciano Zurita yRafael Calleja, Grijelmo se retiró del balcón con la satisfacción de quien se presenta a un examen con la lección bien aprendida y dispuesto a deslumbrar a su maestro. Jugaba en casa, cierto, pero nunca es fácil exponerse ante tantas miradas pendientes de lo que uno tiene que decir.Media hora antes de su alocución, interpretada en lengua de signos, los asistentes que se arremolinaban tras las vallas de seguridad tuvieron la oportunidad de observar el desfile que pasadas las 12 del mediodía había partido del solar del Cid. Como en otras citas multitudinarias, se registraron momentos de cierta tensión. Lo de siempre, que si «no me dejas ver», «por aquí no se puede pasar»... Las limitaciones de espacio por motivos de seguridad y la ubicación del palco de autoridades generaron algún que otro reproche. Sin más.Portando sus estandartes con orgullo, los representantes de cada una de las asociaciones invitadas se iban apostando frente al arco de Santa María mientras sus compañeros finalizaban el desfile. La única agrupación que tuvo el honor de quedarse en el epicentro del acto fue Vivar Cuna del Cid porque una vez finalizado el pregón sus integrantes ejecutaron un baile típico de la época medieval.Sin lugar a dudas, la escuadra Mig Cid de Alcoy fue la gran triunfadora. Por segundo año, este impresionante ejército formado por una treintena de hombres y mujeres volvió a desfilar por el casco histórico llamando la atención de burgaleses y turistas. Y tanto parece haberles gustado el Fin de Semana Cidiano que hoy volverán a dejarse ver durante la ofrenda floral programada a las 10.30 horas ante la estatua de Rodrigo Díaz de Vivar.

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