El Correo de Burgos

Medio millar de mujeres ponen cara al cáncer de mama

El Fórum acogió el XXI Encuentro de Personas Diagnosticadas de Cáncer de Mama / La investigadora Sandra Hervás abordó los nuevos tratamientos

El presidente de la AECC se dirige a los asistentes en el encuentro celebrado en el Fórum Evolución.-ISRAEL L. MURILLO

El presidente de la AECC se dirige a los asistentes en el encuentro celebrado en el Fórum Evolución.-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
V. MARTÍN
Burgos

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Medio millar de diagnosticadas de cáncer de mama de toda la Comunidad se dieron cita ayer en el Fórum Evolución con motivo de la celebración del XXI Encuentro de Personas Diagnosticadas de Cáncer de Mama de Castilla y León organizada por la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). Mujeres de diferentes edades y con diferentes historias, pero todas ellas símbolo y mensaje de que el cáncer se puede vencer, sobre todo si el diagnostico llega pronto.En ese sentido, el presidente de la Junta Provincial de la AECC en Burgos, Enrique Plaza, recordó en los instantes previos al encuentro que «los casos que se diagnostican a tiempo suelen tener un final feliz» e hizo hincapié en la importancia de la «prevención y la detección precoz» porque «afortunadamente la tasa de supervivencia va mejorando». Tras un pequeño desayuno y de dar la bienvenida a las asistentes a la jornada, el presidente provincial quiso, además, expresar su agradecimiento a los profesionales de la Sanidad porque «son una parte fundamental en la lucha contra el cáncer por su saber y su entrega».La doctora Sandra Hervás, investigadora becada por la AECC de Burgos, fue la encargada de explicar en la conferencia ‘Nuevas estrategias para mejorar la eficacia de las células CART T para el tratamiento de tumores sólidos’, la evolución del proyecto de investigación oncológica. «Se trata de un nuevo tipo de terapia que ya cuenta con dos tratamientos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y que supone la modificación en laboratorio de unas determinadas células para que expresen un receptor que les permite reconocer la célula tumoral, de tal forma que la pueden encontrar y atacar para matarla», explicó Hervás.Este tratamiento «está teniendo muy buenos resultados en tumores de tipo linfoide o hematológicos, pero no en tumores sólidos como el de mama». Conocidos los mecanismos de este tipo de cánceres que no responden a los tratamientos con células CAR T, los investigadores han diseñado «una serie de estrategias de combinación para hacer a esas células eficaces en su ataque a los tumores sólidos», apuntó.En este sentido, la investigadora expuso los datos preclínicos de una nueva terapia desarrollada con células TIL (linfocitos infiltrantes de tumor). Resultados que «han dado lugar a un ensayo clínico que también financia la AECC» y que «está encaminado de forma específica a las pacientes de cáncer de mama que no responden a la terapia convencional». Las células TIL se obtienen de las propias pacientes para «después ser modificados en el laboratorio y reinfundirlos en las pacientes».Así, la investigadora señaló que una vez realizado el ensayo clínico que se desarrollará en 8 pacientes de diversos puntos de España y previsiblemente será una realidad en el año 2020, «se realizará otro ensayo con un mayor número de pacientes y si los resultados son buenos este tratamiento se propondrá para que se implante al grupo de pacientes al que beneficiaría».Poner fecha a la llegada del tratamiento a los pacientes «es muy complicado» porque «no solo depende de los tiempo de la investigación sino que hay que cumplir con diversas regulaciones sobre la eficacia y la seguridad del tratamiento». El precio del tratamiento «no será económico» pero «con ayuda de determinadas empresas que favorezcan su desarrollo y de la propia Sanidad Pública llegará a los pacientes».Aunque este es el primer ensayo que se hará con pacientes con cáncer de mama, Hervás recordó que la terapia con células TIL «ya se está desarrollando con otros tipo de cáncer como el de cérvix o el melanoma».El cáncer de mama se mantiene como el segundo con mayor incidencia en España. Con 33.307 casos nuevos en 2019, tal y como recoge el Observatorio del Cáncer de la AECC. Según los datos de la asociación, el pasado año se detectaron en la provincia burgalesa 269 nuevos casos de cáncer de mama y en lo que va de año, se han detectado 271 nuevos casos. Actualmente el cáncer de mama en España tiene una tasa de supervivencia a 5 años superior al 90% lo que significa que 90 de cada 100 personas que padecen cáncer de mama continúan vivas cinco años después de haber sido diagnosticadas.El encuentro se completó con otras actividades una visita guiada al Museo de la Evolución Humana (MEH) titulada ‘Atapuerca: enfermedad y solidaridad dos claves en nuestra evolución’ y la actuación del cantautor burgalés Daniel Guantes.Las protagonistas«Lo primero que pensé cuando me dijeron que tenía cáncer es que me moría, pero después de mucho pelear aquí estoy». Así de sincera se mostró Mamen, una palentina a la que se le diagnostico cáncer de mama con 36 años. Asegura que encuentros como el que ayer se celebró en la capital burgalesa «son muy importantes» porque «te permiten conocer a mujeres que han estado en las mismas circunstancias y compartir experiencias».Mamen es oriunda de Barruelo de Santullán, una pequeña localidad palentina y recuerda que, cuando fue diagnosticada, el hecho de no contar con nadie alrededor en la misma situación, salvo una vecina de avanzada edad, le «hundía». En este sentido explica que el proceso le afectó «mucho más a nivel psicológico que físico» y el «apoyo de la psicóloga de la AECC así como la propia asociación fueron fundamentales para superar la enfermedad».A pesar de que le dijeron que no podría ser madre, la palentina se convertió en mamá con 41 años y hoy asegura que su hijo es quien «me quita todas las penas». Quiso enviar un mensaje de fuerza y esperanza a las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama. «No hay que dejar de luchar y aunque el camino es duro, la curación se puede lograr».Vitori se había realizado una mamografía de control cuatro meses antes de ser diagnosticada de cáncer de mama con 42 años. «En aquel momento todo estaba bien, pero unos meses después me palpé un bulto mientras me duchaba y no perdí un segundo en acudir al médico», explica esta burgalesa, hoy voluntaria de la AECC en Burgos. «Me llevé ‘el palo’ sola porque pensando que no sería nada, no acudí acompañada a la consulta», apunta y recuerda que «en muy poco tiempo estaba diagnosticada y operada».Vitori hace mucho hincapié en la importancia de «autoexplorarse», pero también pide a los profesionales médicos «más empatía». Comenta que «de nada sirve que nosotras nos palpemos si luego algunos especialistas no nos hacen caso. Si no es nada, se dice y punto, pero tienen que tener en cuenta que si acudes por algo así, vas asustada».Aunque al inicio del tratamiento Vitori se encontraba «bien y con fuerzas», acabó complicándose por «la aparición de hongos y llagas». Para ella «lo más importante de este camino es que estoy aquí contándolo» y que «el apoyo de la familia y de los amigos es un pilar clave en esta lucha por sobrevivir».Marisa estaba ejerciendo la docencia cuando tras una mamografía de control que «me hacía cada año», le detectaron «un bultito». En un mes «ya me había operado». Esta superviviente burgalesa de fuerte carácter asegura que solo se permitió llorar una vez y después «saqué mis fuerzas para seguir adelante».Cuando supo que no había metástasis, que «era lo que más temía, vi esa luz y me agarré con fuerza a ella», comenta esta burgalesa, a la que le diagnosticaron la enfermedad con 57 años. Apunta que «el tratamiento es duro» pero, ahora, cinco años después, se encuentra «bien y fuerte».

Esta dura experiencia despertó en Marisa las ganas de ayudar a otros pacientes de cáncer. «Cuando me prejubilé pensé que me tocaba a mí echar una mano a otras personas y desde ese momento colaboro como voluntaria con la AECC».La exdocente explica que, por su forma de ser, «no quise saber nada de asociaciones cuando me diagnosticaron, pensaba que era algo mío y que tenía que hacerlo sola». Pero no fue así, «la familia, los amigos y los alumnos y compañeros del colegio me brindaron un apoyo impresionante», comenta y asegura que «no se necesita nada especial, solo saber que están ahí».

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