El Correo de Burgos

SEGURIDAD

El trabajo menos visible pero fundamental en la investigación policial

La Brigada de Policía Científica da cobertura al resto de brigadas de la comisaría para aportar las pruebas definitivas para resolver casos

En la imagen un miembro de Policía Científica saca una huella-SANTI OTERO

En la imagen un miembro de Policía Científica saca una huella-SANTI OTERO

Publicado por
M. R.
Burgos

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Han pasado ya unos cuantos años de la moda de los ‘CSI’ televisivos, que prácticamente convirtió en ‘magos’ a los integrantes de la Policía Científica, que en un episodio de 45 minutos eran capaces de resolver un caso que, en la vida real, puede llevar meses solucionarlo. Y es que el trabajo de los agentes que trabajan en la Brigada de Policía Científica es mucho más minucioso y pormenorizado de lo que realmente se pueda pensar, por lo que para que obtener resultados positivos a veces es necesario tiempo y más tiempo.

El inspector jefe de esta brigada, José Luis Borrego, explica que Policía Científica «asiste a todas las brigadas, asiste a todos los detenidos por las brigadas».Las investigaciones del resto de compañeros, en algún momento, van a necesitar de un informe de Científica que pruebe la comisión de un delito, y que ese delito lo ha cometido la persona a la que se lo atribuyen. Y eso pasa porque esa persona esté perfectamente identificada.Dos de los trabajos ordinarios que principalmente lleva esta brigada prácticamente a diario son lo que llaman las reseñas de detenidos y las inspecciones oculares. «Las reseñas de detenidos son de todos los detenidos que han hecho las distintas brigadas. Hay que tomarles todas las huellas, con un tarjetón específico», apunta Borrego. A cada detenido se le toman las huellas, «se le toman todas las huellas, todos los dedos y las palmares», así como «una mínima» descripción física y se le fotografía.En el caso de que sea un detenido por un delito grave, también se le puede coger muestras de ADN, pero según la ley debe ser con su consentimiento y en presencia de su abogado. Esa información se introduce en Sistema Automático de Identificación Dactilar (SAID), en el que se comprueban las huellas, por si ya estuvieran dentro del sistema. «Se mete en el sistema y me va a decir si ha estado detenido antes o no», explica. Y añade que la reseña «tiene más recorrido», ya que «se hace una búsqueda de cotejo entre estas huellas indubitadas contra las huellas anónimas que tiene la base de datos».

Junto con las reseñas, las inspecciones oculares forman el otro gran bloque de trabajo ordinario de la brigada. Se hacen de «cualquier cosa que puede ser delito».En el lugar se recogen vestigios y huellas.Se fotografían, se recogen y «venimos a comisaría». Una vez allí, «tratamos la huella para que se adapte a la base de SAID y se lanza para que busque contra todas las que hemos metido». «Ese trabajo ordinario converge con el momento que hay una huella anónima, de alguien que ha cometido un delito, que me salta en el sistema».

El siguiente paso es el estudio de la huella, «ver si las huellas que tenemos valen o no valen para ser identificadas».Recuerda que nuestra huella dactilar es «única», a la vez que explica que la identificación de una huella requiere cumplir con unos mínimos para poder determinar la identificación. Debe haber 12 puntos de coincidencia, si no, la huella no vale. «Lo siguiente que se hace, en lofoscopia, es redimensionar la huella, se trata y vemos si tiene valor o no para ver si tiene los 12 puntos para que pueda servir judicialmente. Si tiene esos 12 puntos puedo seguir tratándola».

En ese momento, «voy a marcar puntos que muestran pequeños cortes en la línea de crestas, los relieves, imaginando un campo arado, la parte alta del surco es la que se marca».ElSAID puede ofrecer candidatos. Lo hace «con algoritmos, dentro de una huella teje una red de puntos entrelazados, pero es el «operador el que tiene que discriminar finalmente si es o no es». Puede haber huellas que «no tengan autor conocido, aunque quedan almacenadas en el sistema».

Borrego quiere aclarar algo que mucha desconoce sobre las huellas dactilares. «La gente supone que la Policía puede coger las huellas del DNI y las podemos contrastar», comenta. No es así. Aclara que «no se puede salvo para comprobar una identidad bajo orden judicial o para comprobar una identidad de una persona cadáver».

En las inspecciones oculares, de las que realizan una media de 50 al mes, también se recogen restos biológicos, ADN, pisadas, balísticos,... y se realizan en toda clase de escenarios, vehículos, establecimientos, domicilios. Su participación también es fundamental en la investigación de delitos como homicidios o agresiones sexuales. En estos casos entran otros aspectos. Si, en un homicidio, se ha utilizado un arma de fuego, hay que llevar a cabo un análisis balístico. «Se recogen residuos de disparo, si hay vainas, se recoge para determinar si ha sido disparada por un arma que se hace la prueba en Madrid».

La brigada analiza el tipo de arma que es, si funciona. «Es la diferencia entre balística operativa, ver el tipo de armas si funciona o no funciona, ver si ha sido disparada o no y finalmente mandarlo a hacer las pruebas de cómo quedan las vainas disparadas o las balas con ese arma, con las pruebas de disparo para que hagan luego en Madrid la prueba de balística identificativa», apunta. Además, si interesa, se puede sacar una impresión de las zapatillas, «por si está implicado con sus huellas». O también otogramas, la huella de la oreja. «Un caco que va a robar a un piso, pone la oreja para escuchar» y su oreja queda grabada.

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