El Correo de Burgos

BARRIOS

«Dos zonas, un solo barrio»

La Asociación de Vecinos de San Pedro de la Fuente y Fuentecillas confía en que el centro cívico abra sus puertas «a finales de 2021» y plantea un huerto urbano intergeneracional

La asociación celebró ayer su primera asamblea para conocer las reivindicaciones de los vecinos.-RAÚL G. OCHOA

La asociación celebró ayer su primera asamblea para conocer las reivindicaciones de los vecinos.-RAÚL G. OCHOA

Burgos

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La unión hace la fuerza, aunque sea paso a paso, en San Pedro de la Fuente y Fuentecillas. La dimisión de tres médicas de familia del Centro de Salud de los Cubos a principios de año propició la creación espontánea de un «movimiento» vecinal que no dudó en mostrar su «apoyo» a las doctoras y reivindicar «mejoras» en el ambulatorio. Desde entonces, el lema «dos zonas, un solo barrio» comenzó a sonar con fuerza y ayer se materializó durante la primera asamblea abierta de un colectivo que aboga por la acción «participativa» y la recepción de todas aquellas propuestas que los residentes «quieren y demandan».Era cuestión de tiempo que la Asociación de Vecinos de San Pedro de la Fuente y Fuentecillas iniciase su andadura con paso firme. La decisión de formalizar esta alianza para que las «pretensiones comunes»pudiesen llegar «a mejor puerto»se adoptó en abril. Si algo estaba claro, y así lo remarca la presidenta de la agrupación, María Concepción Camarero, es que tan solo la avenida de la Independencia «separa», territorialmente hablando, a un barrio que trata de «romper esa barrera que nos ha impuesto la Administración». Dicha división, a su juicio, carece de sentido porque «compartimos los mismos colegios, las mismas guarderías y la misma biblioteca». En conclusión, «todo esto nos hace más grandes» y el fortalecimiento del músculo asociativo es la única manera de asegurar conquistas urbanísticas y sociales que beneficien a todos los residentes.Al margen de las luchas sanitarias desde Los Cubos, la principal reivindicación de ambas zonas es la construcción del ansiado centro cívico de Fuentecillas. Quizá sea demasiado pronto para lanzar las campanas al vuelo, pero no cabe duda de que el apoyo de Ciudadanos a los presupuestos municipales si el equipo de Gobierno acepta esta inversión supondría un importante -y prácticamente definitivo- revulsivo para la consolidación del proyecto.Con los plazos previstos nunca se sabe, pero si las cuentas salen adelante y se cumplen los compromisos adquiridos, Camarero ve factible que los movimientos de tierra de lleven a cabo a partir del último trimestre de 2020 y que la dotación abra sus puertas «a finales de 2021». Lo importante, a fin de cuentas, es que el barrio ha logrado impulsar la construcción del cívico.Además, los vecinos han ejercido presión para rebajar el presupuesto inicial tras rechazar el parking subterráneo contemplado y apostar por un modelo más «sostenible» mediante la creación de un aparcamiento exterior que dispondrá de unas 40 plazas.También urge, como es lógico, contar con una sede para que la asociación pueda llevar a cabo sus reuniones y actividades. La opción más factible, apunta Camarero, sería la sala del Centro de Acción Social (CEAS) de San Pedro de la Fuente que actualmente ocupa el Consejo de Barrio. Lo que plantean los vecinos es «compatibilizar» este espacio para que ambas entidades puedan utilizarlo. De momento, tanto la concejala de Acción Social, Sonia Rodríguez, como la junta directiva del Consejo están «de acuerdo» con la petición. Así pues, solo falta que se formalice el acuerdo.Entretanto, la asociación ya tiene en mente sus próximas reclamaciones dirigidas al Ayuntamiento. Teniendo en cuenta la media de edad (42 años) y la implantación -progresiva de un tiempo a esta parte- de familias jóvenes con hijos, Camarero considera totalmente necesario que se acometan mejoras en numerosos parques infantiles que se encuentran en unas «condiciones bastante penosas e incluso peligrosas».Otra de las propuestas del tejido vecinal es el asentamiento de un huerto urbano capaz de fomentar la «cooperación educacional» gracias a la participación de «pequeños y mayores». De esta forma, se tenderían nuevos puentes entre generaciones alejadas por edad que podrían compartir conocimientos mediante una actividad de ocio apta para toda clase de usuarios.

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