El Correo de Burgos

BURGOS EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

Zamarrón ve «más natural» pactar con Podemos porque «somos progresistas»

El diputado mirandés pide «perdón» por el bloqueo político desde la Mesa de Edad del Congreso

Agustín Zamarrón, con su característica barba blanca al más puro estilo ‘Valle-Inclán’, ayer, de nuevo, en el Congreso de los Diputados.-JAVI MARTÍNEZ

Agustín Zamarrón, con su característica barba blanca al más puro estilo ‘Valle-Inclán’, ayer, de nuevo, en el Congreso de los Diputados.-JAVI MARTÍNEZ

Publicado por
DIEGO SANTAMARÍA
Burgos

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Entre poco y nada le importa a Agustín Zamarrón el foco mediático que surge en torno a su figura cuando toma la palabra en el Congreso de los Diputados. Lo demostró ayer, por segunda vez en lo que va de año, al ejercer la Presidencia de la Mesa de Edad de la Cámara Baja durante la sesión constitutiva de la décimo cuarta legislatura. También después, ante este periódico, para responder a la pregunta del millón: ¿Pacto con Podemos o negociación con el Partido Popular y Ciudadanos?Zamarrón no olvida que el antiguo equipo de la formación naranja, incluyendo -cómo no- a quien ayer lanzaba la propuesta (Inés Arrimadas) ‘constitucionalista’, «impidió cualquier aproximación» en su momento y optó por escorarse definitivamente a la derecha. Desde su punto de vista, el pacto suscrito entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias es la opción más factible. Quizá los planteamientos programáticos e ideológicos choquen en múltiples puntos, pero el «acercamiento» con Unidas Podemos es «más natural» que con el resto de formaciones de ámbito nacional que integran el arco parlamentario. En este sentido, el histórico socialista mirandés recalca que ambos partidos son «progresistas».Lo que no se puede hacer, opina Zamarrón, es «meter miedo con los comunistas». En primer lugar, porque considera que dicha etiqueta, habitualmente empleada para definir peyorativamente a la formación morada, se aleja bastante de la realidad. En cualquier caso, es consciente de que «el comunismo ha evolucionado» hacia posturas europeístas y democráticas.Desde el atril parlamentario, con la «debida humildad» que tanto brilla por su ausencia en buena parte de la clase política actual, el socialista apodado cariñosamente como ‘Valle-Inclán’ no dudó en pedir «perdón» a la ciudadanía -en pie y bajando la cabeza- por el «incumplimiento» del «trascendente mandato constitucional de otorgar un Gobierno a la nación».Tras una jornada «larga» y «muy cansada», Zamarrón matizaba esas disculpas al «pueblo español» para evitar posibles malentendidos. «No creo que se haya visto en mis palabras intención o idea de incriminar a nadie», pero nunca está de más aclarar lo dicho ante la Cámara, y ante todo el país, por si acaso. No en vano, quiso dejar claro que el bloqueo político es un fracaso compartido. Sin medias tintas, no le cabe duda de que «todos somos responsables». Eso sí, «unos más que otros».Lo que más le duele a Zamarrón es el «daño que hemos hecho a la nación». Sobre todo «a los más débiles», aquellos que «más ayuda necesitan del Estado, que no del papá Estado», para hacer frente a los problemas socioeconómicos que atraviesa España.La receta de este médico jubilado, segoviano de nacimiento y afincado en Miranda de Ebro (Burgos), no es otra que el impulso efectivo de una «ideología abierta» y nunca «restrictiva» para «marginar a otros». Su posicionamiento va más allá de los principios de equidad que siempre ha defendido en las filas del PSOE. También le preocupa, tal y como expresó al inicio de la pasada y fallida legislatura, el futuro del país en términos territoriales. De puertas hacia dentro, lamenta que determinadas regiones aspiren a separarse. De cara al exterior, le inquietan la unidad y el futuro de la Unión Europea.Si algo tiene claro Zamarrón es que la construcción de un Gobierno estable es la «necesidad primera». Para ello, resulta imprescindible un «acercamiento a la realidad» que se palpa en las calles y que casi siempre se olvida en las bancadas. Visto lo visto, parece «complicado» que España celebre la Navidad con un Ejecutivo que se desprenda de esa coletilla a la que todos nos hemos acostumbrado: «en funciones». Pero la esperanza es lo último que se pierde y el diputado apela a la «concordia» entre los grupos, bien para apoyar a Pedro Sánchez, bien para impedir que los ciudadanos tengan que volver otra vez a las urnas.«Cojo, como el resto»«Estoy cojo, como el resto del Parlamento. Unos inválidos y otros cojos», declaraba el ya famoso diputado antes de participar en una reunión interna de su grupo parlamentario previa a la sesión constitutiva. El chascarrillo, como era de esperar, se difundió rápidamente en las ediciones digitales de todos los medios que cubrían la jornada. Lo mismo le da a Zamarrón porque la exposición pública «no tiene interés alguno para mí». Lo verdaderamente importante, al menos desde que tiene uso de razón política, es que la «liberalidad» social y económica del Estado garantice «el beneficio de todos» a través de una «justicia equitativa» a la que no piensa renunciar.

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