Una pequeña joya repleta de encanto

Ubicado en la comarca de Las Merindades, pero con alma burebana, Frías ha sido desde hace siglos nombrada como la ciudad más pequeña del mundo y también pertenece al colectivo de ‘Pueblos más bonitos de España’. Todo un compendio que hacen de este pueblo una visita obligada en la provincia. Mantiene la estructura urbana medieval que corona el castillo de los Velasco y la iglesia de San Vicente. Junto a los municipios de Oña y Poza de la Sal conforma la mancomunidad Raíces de Castilla.

La localidad se sitúa sobre el cerro de La Muela junto al ancho y caudaloso río Ebro que le permitió convertirse en un enclave estratégico de paso desde la época romana y sobre todo en época medieval. Unía la costa cantábrica y la meseta, lo que permitió que Frías prosperara en todos los sentidos.

Las casas colgadas, el castillo de los Duques de Frías y el puente medieval son sus tres joyas, aunque no son las únicas. La primera se trata de una serie de viviendas, construidas en toba y madera, que han conseguido aprovechar las posibilidades que ofrece la roca en la que se levantan para convertirse en un ejemplo singular de este tipo de construcciones. Desde el lado sur de Frías se puede disfrutar de una espectacular vista de estas construcciones.

También el castillo se convierte en uno de los elementos diferenciadores de la localidad burgalesa. Se levanta sobre la roca más elevada de la ciudad, lo que le convierte en el referente, en la atalaya sobre la que se divisa una de las mejores vistas de toda la comarca. Es uno de más bellos castillos sobre roca de Castilla y León. Es una visita obligada, ya que en su interior aún se conservan restos de la fortaleza. Se puede realizar un recorrido por las entrañas de una fortaleza del siglo X.

Asimismo, el puente medieval, de 143 metros de longitud y 9 arcos, es de origen románico. Fue en el siglo XIV cuando se le dotó de una torre defensiva en la parte central, con saeteras, almenas y matacanes. En la antigüedad su paso era previo pago (cobro del pontazgo). Conecta la Avenida del Salero y la Avenida de Santa María del Puente.

Aunque la localidad tiene otros atractivos como la iglesia de San Vicente, ubicada al otro extremo de la torre del homenaje del castillo. Cuenta con tres retablos dedicados al Cristo de las Tentaciones, la Soledad y el Mayor, de estilos barroco y neoclásico.

También tiene su encanto natural y la cascada del río Molinar es una cita ineludible para sus visitantes. Se puede llegar después de hacer un recorrido a pie de cerca de un kilómetro de longitud por el Paseo del río Molinar.

Frías también cuenta con una de las celebraciones más singulares de la provincia, la Fiesta del Capitán, que se suele celebrar en el mes de junio. Se conmemora la época en la que los Condestables de Castilla trataron de tomar la localidad, en el siglo XV. El pueblo se sublevó y eligió un capitán para organizar la defensa de la plaza. Su elección se fundamenta en la destreza con el uso de la bandera.