Ferroser inicia su andadura en la AP-1 con ocho despidos inmediatos

La empresa Ferroser, filial de Ferrovial, asumió ayer las riendas de la explotación y gestión de la extinta autopista de peaje AP-1 poniendo encima de la mesa ocho cartas de despido. La noticia, lógicamente, cayó como un jarro de agua fría entre la plantilla. Más que nada, porque la decisión de la adjudicataria se comunicó justo después de «repartir las cartas de subrogación».Según ha podido saber este periódico, los despidos se formalizaron por la tarde. «Uno por uno», los damnificados fueron informados mientras la incertidumbre se instalaba en el seno de la plantilla, que a día de hoy desconoce si «serán los últimos o habrá más». En cualquier caso, los operarios afectados percibirán 20 días por año trabajado. Y cada uno a su casa desde ya, pues la empresa ha optado por darles «15 días de vacaciones» para hacer efectivo su despido el «31 de diciembre».Aunque se da por hecho que estos ocho trabajadores «pelearán por un despido improcedente», el comité de empresa parece proclive a ofrecer su «colaboración» en caso de que se decanten por una demanda conjunta. Sea como fuere, la «implicación» con los afectados es total. Por otro lado, la plantilla permanece a expensas de nuevos despidos, que podrían derivar en un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) si «llegan a 10 o más».La adjudicación del contrato para la explotación y conservación de la AP-1 desde Burgos hasta su límite provincial con Álava se anunció oficialmente el pasado mes de octubre. La prestación de estos servicios, por un plazo de dos años, supone un importe de 10,6 millones de euros. Obviamente, el cambio de empresa con llevaba inexorablemente la subrogación de los operarios de Itinere -62 en principio, menos aún tras varias bajas voluntarios o por jubilación- que tuvieron que amoldarse a su nueva situación laboral tras la liberalización de la autopista el año pasado.El cometido de Ferroser tras hacerse con la adjudicación del Ministerio de Fomento consiste, por un lado, en gestionar la prestación de servicios relacionados con comunicaciones, vigilancia o atención a accidentes. En materia de conservación, la empresa asume el mantenimiento de los elementos de la carretera, de las instalaciones de suministro de energía eléctrica, del alumbrado, de la señalización variable y de la semaforización.La adjudicataria se compromete además a inventariar el estado de la vía e informar periódicamente de las labores de programación, coordinación y seguimiento de cualquier actuación de apoyo a la explotación o los estudios de accidentalidad e informes de seguridad vial. Además, el contrato también contempla los trabajos de desbroce, fresado y reposición del firme o limpieza de cunetas.No todo el mundo celebró la liberalización de la autopista. La decisión generó un amplio malestar en la plantilla, que acabó firmando un ERE que afectaba a más de un centenar de trabajadores. Finalmente, los 44 que se dedicaban al cobro de peajes fueron despedidos mientras el resto se adaptaba a nuevos cometidos, relacionados fundamentalmente con la conservación de la carretera y vialidad invernal.