El Correo de Burgos

SUCESOS

Cae un traficante «violento» que guardaba 4 armas en su vivienda

La Policía detiene a otras tres personas, dos de ellas en Valladolid, y se incauta de 392 gramos de cocaína y 22 bellotas de hachís / El cabecilla «vive por y para el delito»

El subdelegado observa las armas incautadas duante la operación.-ISRAEL L. MURILLO

El subdelegado observa las armas incautadas duante la operación.-ISRAEL L. MURILLO

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M. R.
Burgos

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«Un tío duro» que «vive por y para el delito».De esta manera definía ayer el responsable del grupo 4 (Estupefacientes) de la Brigada de Policía Judicial de la comisaría de Burgos, el inspector Raúl Gutiérrez, a un traficante de drogas, J.M.G., de 44 años, al que se le llevaba siguiendo la pista desde hace tiempo y que ha sido detenido junto a otras tres personas, una en Burgos y dos más en Valladolid, dentro de la denominada ‘Operación Matarile’.

Pero la satisfacción que mostraban ayer los responsables policiales no era por el hecho de haber desmantelado un entramado de venta de drogas, en el que se han incautado de 392 gramos de cocaína y 22 bellotas de hachís. La satisfacción venía porque durante la explotación de este operativo, que se llevó a cabo el pasado miércoles 15 de enero, se intervinieron cuatro armas cortas y numerosa cartuchería.

El subdelegado del Gobierno, Pedro de la Fuente, señalaba que esta operación destacaba «no en el tamaño sino en la importancia de lo que significa, estamos hablando de quitar cuatro armas de la circulación pertenecientes a un traficante que se dedicaba fundamentalmente a la droga». En este sentido, resalto la importancia de detener a personas que «estaban dispuestas a utilizar armas que estaban ahí perfectamente operativas».

El comisario jefe provincial, Jesús Nogales, incidió en la misma idea, en la «importancia a nivel policial, de seguridad ciudadana, de retirar armas de la calles». Nogales remarcó que «no somos del todo conscientes del paradigma de que en la calle no hay armas, todos nos sentimos seguros». Y la Policía«hace toda la fuerza posible para que ese paradigma no cambie».

En este caso, se trata de tres armas de fuego y una cuarta, una pistola airsoft, «perfectamente operativa». El resto de armas son una Star, de 3,35 milímetros, un revólver del calibre 6 y otro revólver del calibre 38. «Para nosotros, que nos encanta incautar droga, sabiendo que hace muchísimo daño, es mucho más importante saber que hemos quitado estas armas».

A esta circunstancia, el comisario jefe añadió el hecho de que el perfil de los detenidos es de «gente violenta, gente peligrosa, con locual sabemos que dispuestos a utilizar estas armas».Una vez que se ha conseguido el objetivo de sacar estas armas de la circulación.Esas armas se han remitido a la Comisaría General de Policía Científica para poder determinar si se han podido utilizar en algún delito.

Junto con la satisfacción de la retirada de estas armas, los agentes mostraban su satisfacción también por quitar de la circulación a un delincuente que es un viejo conocido en la comisaría, pero que «paradójicamente» no tenía ningún antecedente relacionado con el tráfico de drogas, a pesar de los«múltiples» que tiene por otro tipo de delitos, desde robos hasta agresiones.En total, suma más de 20 detenciones. Desde que inició su actividad en el tráfico de drogas había adquirido «renombre» entre los traficantes debido a las cantidades que movía.

La pista sobre su actividad en este ámbito comienza hace dos años, a raíz de la ‘Operación Pack’, desarrollada en 2017 y que se salda con dos detenidos y la incautación de un kilo de cocaína. Los agentes del grupo 4 siguen el rastro de la droga, que les lleva hasta J.M.G.. Han sido dos años de investigación, «nos ha costado mucho», porque es una persona que cuenta con muchas viviendas, multitud de coches «y cada poco cambiaba de sitio, lo que nos ha complicado los seguimientos».

Los agentes constataron que trabajaba solo, aunque contaba con la ayuda de familiares, colaboradores. La dificultad para detenerlo radicaba también en que manejaba grandes cantidades de droga, por lo que no estaba en contacto con otros traficantes. Los agentes lo califican como «violento, un tío duro de pelar». Desarrollaba una «actividad comercial» para enmascarar el tráfico de drogas.

Cuando los agentes, entraron en la vivienda para proceder al registro encontraron las armas cortas, así como gran cantidad de cartuchería. También se han intervenido cinco vehículos que se utilizaban para el tráfico de estupefacientes.

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