El Correo de Burgos

Solidaridad

Al Banco de Alimentos le toca la lotería de la solidaridad empresarial

Cajaviva dona 9.300 euros recaudados por sus empleados en Navidad

Locales comerciales ubicados en el exterior del Mercado Norte denuncian que se les ha mantenido al margen de este proceso.-ISRAEL L. MURILLO

Locales comerciales ubicados en el exterior del Mercado Norte denuncian que se les ha mantenido al margen de este proceso.-ISRAEL L. MURILLO

Burgos

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El presidente de Cajaviva, Pedro García Romera, hizo entrega ayer a su homólogo del Banco de Alimentos, Julián Martínez Pantoja, de la cantidad recaudado por la venta de Lotería Solidaria de Navidad por parte de los empleados de la entidad y la Fundación Caja Rural. El número en venta no tocó, como suele ser habitual en Burgos, bromeó García Romera, pero la aportación de 9.350 euros que recibe el Banco de Alimentos se recibe igual que si les hubiera tocado un premio de lotería, según el vicepresidente de la entidad asistencial Miguel Ángel Santaolalla.Los directivos del Banco de Alimentos hicieron balance del ejercicio de 2019 y detallaron que recogieron y distribuyeron cerca de dos millones y medio de kilos de productos que fueron entregados a 7.300 personas a través de las 104 entidades con las que colaboran en Burgos. Adicionalmente, de lo recogido en Burgos se derivó medio millón de kilos a otros Bancos de Alimentos, además de Ceas, asociaciones y entidades de la provincia.La mayor parte de las donaciones que recibe esta entidad proceden de la industria burgalesa con la que se lleva trabajando 20 años para lograr que los excedentes no se desperdicien. Es una meta que los directivos del Banco de Alimentos dan por prácticamente «conseguida» y ven complicado aumentar la donación por parte de la industria ya que la coordinación es casi total entre ambas partes para que no se desperdicie alimento. Ahora bien, el reto está en favorecer un «cambio de los hábitos de consumo» a través de la «educación», según recalcaron Martínez Pantoja y Olalla, puesto que son los hogares donde más se desperdicia la comida. Un llamamiento a la concienciación que secundó el presidente de Cajaviva.Precisamente el Banco de Alimentos se plantea aportar una mayor dedicación a la Educación, tanto en el ámbito universitario en el que llevan más de un año analizando una posible cátedra, como para contribuir a frenar el fracaso escolar y el abandono temprano, en la crencia de que «la educación es un freno a la exclusión social», según explicó ayer Miguel Ángel Santaolalla.Los 9.350 euros que recibe el Banco de Alimentos suponen un 6% del coste de funcionamiento de la entidad, que si bien dispone de un excedente de producto para redistribuir, ha concluído el ejercicio de 2019 «con un ligero déficit», por lo que su vicepresidente animó a otras entidades a colaborar.El banco funciona gracias a 60 voluntarios, de los que 30 se movilizan cada día, y la aportación de voluntarios ocasionales para campañas como la gran recogida que elevan la lista por encima del millar de personas «decididas y entusiastas» que prestan su colaboración. En su mayoría se trata de personas jubiladas o prejubiladas con «ganas de ayudar» que componen un «voluntariado ejemplar», en palabras de Julián Martínez Pantoja.

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