El Correo de Burgos

SERVICIOS SOCIALES

Mauricia Ibáñez vuelve al juzgado

La sexagenaria que dio a luz a dos mellizos afronta el martes una nueva vista en la que se analizará su futuro / Alberga la esperanza de recuperarlos o, como mínimo, ampliar el régimen de visitas

Mauricia Ibáñez: «No soportan que haya tenido tres hijos en una edad imposible». / ISRAEL L. MURILLO

Mauricia Ibáñez: «No soportan que haya tenido tres hijos en una edad imposible». / ISRAEL L. MURILLO

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Lo advirtió en su día, siguió esgrimiéndolo públicamente y se mantiene en sus trece. Mauricia Ibáñez, la sexagenaria que dio a luz a dos mellizos en 2017, no piensa tirar la toalla. Todo lo contrario. De hecho, sus hijos le han dado «mucha fuerza». La necesaria para afrontar el martes una nueva vista en la que se analizará el futuro de los pequeños, actualmente en régimen de acogida con una familia que reside en Valladolid. 

Mauricia sabe de sobra lo que está en juego. Evita pronunciar la «palabra que nos aterra a todas las madres»: adopción. En tal caso, perdería el escaso contacto que a día de hoy mantiene con los niños: dos horas cada dos semanas en un punto de encuentro familiar en la capital vallisoletana. Allí fue donde celebró el pasado 14 de febrero el cumpleaños de ambos. Menos es nada, aunque le duele no poder pasar más tiempo con ellos. Además, «no les puedo pedir a los pobres que me llamen mamá» pese a considerar que «encajan conmigo perfectamente». 

La trabajadora social «dijo que no volvía más» y teme que le denieguen la «ampliación de visitas».

La vista del martes, crucial para Mauricia, se debe al recurso interpuesto por su abogada tras la suspensión de las visitas periódicas de una trabajadora social del Ayuntamiento para determinar si la mujer está capacitada para hacerse cargo de los pequeños y si su hogar reúne las condiciones adecuadas para ellos. El año pasado «dijo que no volvía más», apunta convencida de que «si quitan este servicio no me van a dar la ampliación de visitas» que solicitó en su momento y que todavía no le ha sido concedida. 

Lo único que le consuela a Mauricia es saber que los mellizos se encuentran en buenas manos. «Mejor familia imposible», asegura pese a la imposibilidad de conocer personalmente a la madre de acogida, a la que oye «a través de una pared» en el punto de encuentro y con la que ha intercambiado «alguna nota» de vez en cuando para intercambiar impresiones sobre los niños. 

Mauricia solo habla con su primogénita, que reside en Canadá, «el primer domingo de mes».

Pase lo que pase tras la vista, Mauricia no olvida el «infierno» que ha vivido desde que se llevaron a los pequeños a los 12 días de nacer. Los «servicios antisociales», como les denomina, «hacen lo que les da la gana sin ningún escrúpulo». Igual de «horroroso» fue cuando la Guardia Civil se presentó en su domicilio de Palacios de la Sierra para hacer lo propio con su primogénita después de que los Servicios Sociales concluyesen que la menor se encontraba en situación de desamparo. A día de hoy, su hija mayor reside en Canadá con una sobrina. «No tengo prácticamente contacto con mi niña», lamenta antes de precisar que tan solo puede llamarla por teléfono «el primer domingo de mes». 

«No soportan que haya tenido tres hijos en una edad imposible», concluye Mauricia decidida a llegar hasta donde haga falta porque está «acostumbrada a pelear». Y aunque esté «luchando contra Goliat», no dudará en acudir al Tribunal Europeo de Estrasburgo «aunque sea andando». Eso sí, no pierde la esperanza de recuperar a los mellizos o, como mínimo, ampliar un régimen de visitas que se le antoja escaso.

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