SANIDAD / CORONAVIRUS
La Junta pide en Burgos el confinamiento voluntario ante su «preocupante situación»
La capital burgalesa alcanza los 1.773 casos de incidencia acumulada, la cifra más alta de España / El ejecutivo regional reducirá aún más los aforos y limitará las reuniones a un máximo de 3 personas
Burgos capital se encuentra en una «situación muy muy preocupante». Así lo anunciaron ayer la consejera de Sanidad, Verónica Casado; y el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, quienes adelantaron también que la provincia pero sobre todo la ciudad deberán enfrentarse a nuevas medidas restrictivas que tratarán de contener la expansión del virus. Porque, según los datos de incidencia acumulada a los que ha tenido acceso este periódico, la localidad alcanza ya los 1.773 casos por cada 100.000 habitantes, el dato más altode España.
Pero antes de las restricciones, la Junta ha sido muy clara: piden a todos los habitantes de Burgos el confinamiento voluntario. Una solicitud de gran calado, pero necesaria en un municipio que sigue manteniendo una tendencia creciente cuando en el resto de la Comunidad ya empieza a apreciarse cierta contención.
«Si pudiera tomar la decisión de meter a las personas 14 días en casa, la habría tomado sin duda»
Un cierre domiciliario que el ejecutivo autonómico pide a los ciudadanos, en parte, porque no cuenta con las herramientas jurídicas suficientes como para ordenar un confinamiento de manera oficial. Y justamente herramientas es lo que la Junta pidió de nuevo al Gobierno en una reunión mantenida a última hora de la tarde de ayer y en la que estuvo presente la secretaria de Estado de Sanidad en lugar del ministro, Salvador Illa. Esta exigencia, que viene de varios meses atrás, sigue sin encajar con los planes del ejecutivo central, quien prefiere plantear otras alternativas mientras Igea apuesta por «exprimir» el Real Decreto del último estado de alarma.
Aún con todo, Igea fue muy explícito a la hora de señalar cuál habría sido su proceder de estar en su mano. «Si pudiera tomar la decisión de meter a las personas 14 días en casa, la habría tomado sin duda». No obstante, el también portavoz de la Junta matizó que este encierro lo autorizaría si los ciudadanos pudieran confinarse «alimentados y cobrando un sueldo», es decir, sin que la situación económica se viera afectada.
Las posturas entre Junta y Gobierno siguen sin acercarse lo suficiente, de modo que el gobierno de Castilla y León se limita a aplicar restricciones a través de su presidente y autoridad delegada, Alfonso Fernández Mañueco. En esta ocasión las restricciones, que entrarán en vigor lo antes posible, no han sido publicadas aún. No obstante, Francisco Igea dio algunas pinceladas sobre lo que podrían implicar, como la reducción de las reuniones a un máximo de tres personas o un nuevo reajuste de los aforos en determinados ámbitos.
«Me encantaría saber por qué ha sucedido lo que ha sucedido en Burgos», afirmó Casado, para a renglón seguido indicar que «ahora hay que estudiar por qué la incidencia no baja»
En este punto puso como ejemplo las ceremonias religiosas, a las que únicamente podrán acudir como máximo 15 personas o hasta ocupar un tercio del espacio habilitado. Restricciones que se suman a las que siguen vigentes en la Comunidad, como el cierre de la hostelería, los centros deportivos y las grandes superficies, y a las que desde hoy se suma el cierre de los locales de apuestas, tal y como comunicó la Junta ayer por la tarde.
Estas medidas endurecen cada vez más la situación en Burgos, a la vez que los representantes de la Junta reconocieron no saber qué motiva la dramática situación en la ciudad. «Me encantaría saber por qué ha sucedido lo que ha sucedido en Burgos», afirmó Casado, para a renglón seguido indicar que «ahora hay que estudiar por qué la incidencia no baja».
Junto a las restricciones se va a proceder también a realizar «un rastreo masivo como el que se hizo en San Andrés del Rabanedo», como indicó la consejera de sanidad, y que consistirá en someter a pruebas diagnósticas a buena parte de los burgaleses para tratar de encontrar casos no declarados aún y establecer un rastreo.
En el resto de Castilla y León, por el contrario, la incidencia acumulada comienza a estabilizarse
De hecho, la escasa rastreabilidad de las cadenas de transmisión pude ser uno de los motivos que han llevado a Burgos a la nefasta situación que vive ahora. De nuevo explicado por Casado, «la pérdida de la trazabilidad se produce cuando es inferior al 50%, y en Burgos está en un 30%». Igualmente, «la transmisión comunitaria dificulta mucho el rastreo» y a pesar de que «es la ciudad que más rastreadores tiene».
En el resto de Castilla y León, por el contrario, la incidencia acumulada comienza a estabilizarse, a pesar de que continúa en cifras muy elevadas. Empieza a descender el ritmo de contagios, como señaló Casado, que no los contagios diarios. Entre las ciudades de más de 20.000 habitantes, Laguna de Duero registra el segundo dato más alto, con 1.421 casos por cada 100.000 habitantes, seguida de Salamanca, con 1.157; Valladolid, con 1.146; Zamora, con 1.042; y Palencia, con 1.016.
Justo al borde del millar de contagios se colocan Aranda de Duero (950), León (901), Medina del Campo (902), Ponferrada (907) y San Andrés del Rabanedo (993). Mientras tanto, las cifras más ‘bajas’ son las de Arroyo de la Encomienda (877), Ávila (878), Miranda de Ebro (571), Segovia (547) y Soria (673).
Los fallecidos a causa del virus siguen aumentando de manera progresiva, y en esta ocasión con 39 decesos más
En cuanto a los datos epidemiológicos diarios, ayer Castilla y León registró 2.074 casos nuevos de coronavirus, una cifra que se coloca entre las más altas de la pandemia. Las provincias más afectadas fueron Valladolid (590 casos), León (535) y Burgos (398). Cifras más contenidas fueron las de Zamora (152) y Salamanca (136), mientras que el resto de los territorios se mantuvieron por debajo del centenar.
Los fallecidos a causa del virus siguen aumentando de manera progresiva, y en esta ocasión con 39 decesos más. De ellos, siete tuvieron lugar en residencias, y los 32 restantes en hospitales. Estos, a su vez, se repartieron por todas las provincias, a excepción de Soria y con León a la cabeza, con doce decesos. Le siguieron Burgos, con siete; y Valladolid, con cinco. Ávila, Salamanca y Zamora registraron dos muertos cada una, y Palencia y Segovia, uno.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, Verónica Casado aportó también datos sobre mortalidad extraídos de los informes MoMo que elabora periódicamente el Instituto Carlos III. En este caso, y desde el seis de noviembre, en Castilla y León se registró un exceso de mortalidad de 517 personas, lo que supone las séptima cifra más alta del país. La Comunidad alcanza la misma posición en lo que se refiere a mortalidad evitable, con un dato de 21,54 por cada 100.000 habitantes. Estos número comparan la situación actual con el mismo periodo del año anterior, y como explicó Casado, no todas las cifras se corresponden con la pandemia, aunque influye en ellas.