El Correo de Burgos

TROTABURGOS

Entre santos, griales y leyendas

La villa destaca por su espectacular ermita, dispuesta en lo alto de una montaña, y las historias y simbologías que guardan sus paredes

Imagen de Sanh Pantaleón de Losa. ISRAEL L. MURILLO

Imagen de Sanh Pantaleón de Losa. ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
Carolina Royo
Burgos

Creado:

Actualizado:

Para conocer el origen de esta localidad es necesario remontarnos a su nombre. San Pantaleón fue un mártir cristiano nacido en Nicomedia, actual Turquía, a finales del siglo III, y cuyo nombre significa ‘el que se compadece de todos’. Hizo de la medicina su profesión, y fue médico del emperador Galerio Maximiliano.

Posteriormente, se convirtió al cristianismo, y entre sus hazañas destaca la curación milagrosa de varias personas. Perseguido por su fe, fue múltiples veces torturado hasta la muerte, aunque sobrevivió a todas. Murió decapitado, y, según la leyenda, de su sangre,  brotó una higuera, que además fue recopilada en una ampolla. San Pantaléon es invocado por los que padecen tuberculosis y cefaleas, y se representa con una pequeña cruz y un escalpelo.  

En honor a este santo, se erigió la Ermita de San Pantaleón, que data del siglo XIII, y está dispuesta en lo alto de la llamada ‘peña colorada’, un punto que parece conectar la tierra con el cielo, y que la aleja de cualquier influencia exterior, permitiendo vislumbrar la ermita desde cualquier punto en la redonda.

Destaca su verticalidad, y está compuesta por dos naves, una románica, con ábside semicircular, y otra gótica, con bóvedas de crucería. Esto es debido a una ampliación realizada en el siglo XVI. Una inscripción en su interior indica la consagración de la misma en 1207 por el obispo burgalés García Martínez Contreras. 

Destaca su verticalidad, y está compuesta por dos naves, una románica, con ábside semicircular, y otra gótica, con bóvedas de crucería

Al contemplar su fachada, se puede diferenciar el gran desnivel que soporta el edificio, al estar dispuesto en la montaña, que hace que una parte tenga dos metros de altura, mientras que el lado occidental sobrepase los 10 metros. No obstante, en su interior este desnivel no se distingue, puesto que hay una serie de escalones. 

La ermita nos da la bienvenida con una particular entrada. De estilo románico, su columna izquierda representa un hombre con barba, y la derecha, un rayo en zig-zag. El resto de su iconografía ha dado lugar a numerosas interpretaciones. Se dice que representan los seis martirios por los que pasó San Pantaleón: plomo fundido, ahogamiento, tortura en rueda y en potro, fieras, atravesado por espadas, y, finalmente, murió decapitado. 

Si cruzamos la puerta, un ábside semicircular cubierto por una bóveda corona la entrada, y más adelante distinguimos el presbiterio, con una bóveda de cañón. Hay una cierta desorganización en el interior, hecho que puede corroborar el deterioro y la reconstrucción que sufrió la ermita a lo largo de los años. Asimismo, distintas esculturas y decoraciones completan cada rincón. 

Si cruzamos la puerta, un ábside semicircular cubierto por una bóveda corona la entrada, y más adelante distinguimos el presbiterio, con una bóveda de cañón

Sin lugar a duda, la Ermita de San Pantaleón de Losa constituye uno de los máximos exponentes del románico en la provincia burgalesa. Aunque perdió su función parroquial en 1820 al edificarse la Iglesia actual del pueblo, Nuestra Señora de las Nieves, la ermita fue declarada Monumento Histórico en 1941. Aún son muchos los peregrinos que acuden a esta localización atraídos por las reliquias de San Pantaleón, quienes además culminan su visita recorriendo los hermosos parajes que rodean la comarca de Las Merindades. 

Las leyendas envuelven esta ermita, pues se dice que durante la época de las cruzadas, el Santo Grial estaba escondido en esta localidad. Nadie sabe de la veracidad de estas historias, sin embargo, han sido más de una las referencias en textos que sitúan al Grial en este emplazamiento. De igual manera, durante siglos se guardó una ampolla con la supuesta sangre de San Pantaleón, actualmente almacenada en el convento de la Encarnación de Madrid. Cada 27 de julio se lleva a cabo en el fenómeno de la licuefacción de la sangre de este santo, tanto en el convento madrileño, como en el de la ciudad italiana de Ravella. 

tracking