El Correo de Burgos

Fuentecén teme por sus cultivos y su agua potable por la crecida

El caudal del Duero disminuye en Aranda, pero el agua amenaza ahora a Fuentecén

El río Duero se sale de sus márgenes a la altura del puente de La Vid. L. VELÁZQUEZ

El río Duero se sale de sus márgenes a la altura del puente de La Vid. L. VELÁZQUEZ

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LORETO VELÁZQUEZ / ARANDA
Burgos

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Aunque la máxima crecida se esperaba en Aranda de Duero por la mañana, el agua parece que comienza a relajar la tensión. Tras un jueves complicado en el que el río se desbordó por varias zonas de la Ribera, el punto más complicado se localiza ahora en Fuentecén, donde los vecinos temen que de nuevo el agua tape la carretera N-122.

«No es la primera vez que pasa», lamenta el alcalde, Juan Antonio Martín, convencido de que la única posibilidad de evitarlo pasa porque el pantano de Linares suelte el agua poco a poco y no como hasta ahora. «Cada vez que el pantano suelta agua así afecta desde Milagros hasta la desembocadura, porque la presa de Hoyales se convierte en un tapón y el agua inunda toda la vega porque es una zona muy llana», advierte sin perder de vista el pozo de captación de agua que hay al otro lado de la carretera.

Y es que, si el agua cruza se pondrá en riesgo el agua potable de esta zona. «Nunca ha pasado nada porque al final con cloro se arregla pero cuando pasa el agua llega más turbia y ya no es igual», apremia molesto porque pese a los continuos escritos que envía el Ayuntamiento a la Confederación Hidrográfica del Duero, «sólo recibimos buenas palabras».

En el campo, el vocal de la comunidad de regantes, Eutemio González, no esconde su desesperación.  «En los últimos nueve años ya ha pasado tres veces. No podemos seguir así», denuncia. En su opinión, aunque no se puede evitar que llueva o nieve, el problema de los desbordamientos tiene mucho que ver con una mala gestión del río y de las riberas.

«Está muy sucio, tenían que mantenerlo pero no se hace y luego pagamos siempre los mismos», señala desmoralizado. Como parte de este canal de riego, Eutemio hace un llamamiento al resto de municipios que participan de esta infraestructura. «No es lógico que cuando viene poca agua, haya que repartirla equitativamente pero cuando viene mucha, los daños se queden en la ribera. Por lo menos la Confederación nos podía eximir de la cuota», implora.

Por otro lado, hay otros pueblos que viven también estos días muy pendientes del río. Es el caso Torregalindo y Roa, donde el agua ya ha afectado a varios cultivos.

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