El Correo de Burgos

Cinco trucos para criar niños lectores y "disfrutar" con ellos

Acompañar las letras con Minecraft, Fornite, su canal favorito de Youtube (o Twich) o el móvil no es imposible. La clave no es sustituir sino complementar y conseguir que “el libro sea una herramienta para disfrutar de momentos mágicos” que no se acaban por el niño ya sepa leer

Leer a los niños no acaba cuando ya leen solos. Es uno de los cinco trucos para criar niños lectores. ALINE DASSEL

Leer a los niños no acaba cuando ya leen solos. Es uno de los cinco trucos para criar niños lectores. ALINE DASSEL

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Burgos

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Empieza el curso, los cuadernos y los libros de texto copan las mesas de las habitaciones de pequeños y adolescentes. Según el curso el reto es empezar a leer, mejorar la lectura, leer más rápido, comprender y, ya los más mayores, se convierte en cumplir con la ‘tortura’ de los libros clásicos de lectura obligatoria para pasar una asignatura. Pero los libros son mucho más y la labor para lograr que los niños sean lectores y con pensamiento crítico empieza y termina en casa.

La labor para lograr que los niños sean lectores y con pensamiento crítico empieza y termina en casa. 

“El inicio de la lectura empieza por el apoyo y la conectividad, el apego, de los primeros momentos, pero al final el libro es una herramienta para atesorar momentos mágicos y únicos entre un adulto y su niño y, así, sembremos la semilla para que sientan que la lectura es algo agradable”, explica la librera de la Silla Mágica, Sylvia Cernadas Guerreiro. Apunta que hay que “leer siempre con ellos, aunque sean mayores, aunque ya haya alcanzado la técnica”. También escuchar qué demandan, a qué se adaptan que no tiene que ver tanto con la edad como con la comprensión lectora, qué les viene bien para afrontar momentos complicados, para entender circunstancias extrañas. “En los libros está todo, sólo hay que saber buscar”, explican.

 “Generar niños lectores es un trabajo a largo plazo, no es algo que se logre en un curso, se tiene que leer con ellos todos los días, unos cinco minutos el día que se pueda poco, 20 el que se pueda más, que la lectura la dirija el adulto, en voz alta, aunque ya lean…”, explica Arantzazu Suances. Mantener la constancia en esta línea llevará a que al final “sean ellos los que pidan el momento de lectura o los que elijan el libro y los que plateen preguntas y conversaciones que surgen con un libro y que madres, padres e hijos no tendrían si no sale en el libro que están leyendo”, añaden las libreras de la Silla Mágica.  Ellas plantean estos cinco consejos imprescindibles para lograr que tus hijos sean niños lectores.

1.- Un momento para disfrutar

Tanto si el pequeño sabe leer como si no, el libro se convierte en la herramienta para crear un momento de unión mágico entre padres e hijos. Y el trabajo empiezan desde que nacen. El libro debe estar presente. Eso sí piezas adaptadas a los pequeños donde los dibujos lo protagonizan casi todo, porque hay tiempos en los que leemos dibujos. Ya se irá pasando a las letras. Y siempre con ellos. Guiando y disfrutando, porque no es una obligación. Y manipulando, porque ellos lo pueden tocar, mover las hojas…

2.- Adaptarse a su nivel, no su edad

Cuando los niños empiezan a leer hay que adaptarse a ellos. Las letras mayúsculas, por donde empiezan a conocer el vocabulario, es la mejor opción. Ir leyendo juntos cosas cada vez más amplias según vaya demandado. “La lectura no tiene que ver con la edad sino con la competencia lectora, no es un número ni un curso, ellos van poniendo el ritmo y eligen”, añaden desde la Silla Mágica. Puede tener soltura y gustarle un libro infantil, porqué no leerlo. Puede ser un libro más complejo, pero “al poder preguntar, parar y explicar para comprender” no hay problemas. La variedad no sólo va con los temas, también con el tipo de letra, el tipo de dijo. Enseñar diversidad leyendo libros diversos.

3.- Si saben leer, no dejes de leer con ellos

La costumbre es que, a partir de los siete u ocho años, cuando ya tienen soltura al leer, se abandona ese momento común de lectura. Se les deja solos. Error muy común. “Una cosa es la mecánica de la lectura, que es lo que se aprende en el colegio, pero eso no quiere decir ni que lo comprendan todo ni que se acabe ese momento de lectura conjunto”. Además, de la emotividad de ese momento juntos está, también, que si se lee al final del día los pequeños están casados. Leer con ellos y en voz alta les permite no hacer el esfuerzo y solo disfrutar del momento.

"Una cosa es la mecánica de la lectura, que se aprende en el colegio, pero es no quiere decir que comprendan todo lo que leen ni que se acabe ese momento de lectura conjunto"

“El niño disfruta del adulto, el adulto del niño y es un momento en el que el libro y la lectura se asocia a algo agradable”, añaden. Y se asegura la comprensión de palabras, conceptos e ideas. “Si algo no lo entienden preguntan, si una palabra no sabe lo que es, el sentido de lo que se lee…”. Saber juntar letras, palabras y frases no quiere decir que se comprendan las diferentes lecturas que una historia tiene. El apoyo de un adulto que acompaña de manera activa permite mejorar esa comprensión. Al final tendrán el libro que ellos leen por placer y el que leen junto a un adulto, en voz alta en un momento entre los dos que cuando no lo tienes lo echas de menos.

4.- ¿Cuánto tiempo dedicamos a la lectura?

No importa tanto el tiempo como la constancia. No importan tanto la cantidad como la comprensión. “Es importante establecer un momento de lectura compartida, el día que no se puede, cinco minutos bastan, el día que hay tiempo se compensa con 20 minutos, la cuestión está en la constancia”, aconsejan desde la Silla Mágica. Hay que fomentarlo y, aunque pueda parecer que ellos preferirían otro tipo de distracción, “hay momentos que son ellos quienes pedirán seguir con la historia, especialmente si está en lo más álgido de la trama”.

5.- Temática sin límite

Si el niño pide un libro del youtuber que sigue o su videojuego favorito. Adelante. La vida a cuadros en el mundo Maincraf tampoco es mala opción. “Utilizar sus intereses para elegir la lectura es bueno, porque lo que importa es engancharle a la lectura y no hay temática que un libro no toque el fútbol, el deporte, los dinosaurios, youtubers…”. También se pueden afrontar situaciones, problemas y asuntos complicados de explicar o que normalmente no llegan en una conversación habitual. “Continuar con ese hábito de lectura conjunta permitirá que se traten temas que, de otra manera, no se traten… La temática es infinita y un librero siempre podrá asesorar para encontrar el más indicado”. Los clásicos en compañía suenan y se entienden mejor. Otra opción. También el tipo de libros, diferentes autores, diferentes temáticas, diferentes tipologías… “Se trata de hacer niños críticos y conforme van creciendo hay que ir adecuando la lectura conjunta”.

Aprender comprender lo que se lee expande horizontes y derriba barreras. Si se hace de forma conjunta, con el apoyo de un adulto, mejorarán muchas más cosas. “Aprenden composición gramatical, vocabulario, ortografía porque si no leen lo están viendo contigo… Y la comprensión lectora se multiplica, también el criterio y su espíritu crítico y el recuerdo”. Seguir el hilo de la historia ayuda a pensar qué se leyó ayer para no perderse. Un buen momento de la trama ayuda a tener ganas de más. Un esfuerzo que acaba convirtiéndose en un momento en familia.

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