«La sociedad se sigue olvidando del cuidado de la madre en el posparto»

 

Asomarse a la maternidad y a la paternidad es hacerlo a un mundo nuevo, a una etapa cargada de grandes experiencias, dudas, mucho aprendizaje y algún que otro reto. Partiendo de la base de que cada maternidad es un mundo, a través de la serie ‘Criar con ciencia, amor y humor’, Arantxa Arroyo, maestra certificada en Disciplina Positiva y guía Montessori, y Cristina López, licenciada en Física, experta en innovación y autora del blog ‘3 con las maletas a cuestas’, desgranarán en este periódico y en las próximas semanas las claves para afrontarla de una forma saludable y sin expectativas a través de la evidencia científica y de la disciplina positiva. 

Desde el plano físico y mental, la maternidad «supone un gran cambio en la mujer», asegura López, quien recuerda que «ya en el embarazo se producen cambios a nivel estructural y cerebral muy importantes, que la sociedad ha empezado a admitir». Pone como ejemplo los conocidos como antojos. «Durante el embarazo hay cambios en los circuitos neurotransmisores, entre ellos, en la dopamina, que es clave en la motivación, el deseo o placer», explica.

Así, «descubrir muy avanzada la maternidad que te has convertido en una mujer nueva por los cambios que se producen a nivel cerebral supone que muchas madres se asusten porque no se reconocen y eso les lleva a padecer ansiedad o depresión en sus pospartos», añade Arroyo. 

En este sentido, López recuerda que «es un hecho que el cerebro de las mujeres se transforma como consecuencia de la maternidad». Así lo recogen decenas de estudios y artículos. Es el caso de ‘Pregnancy leads to long-lasting changes in human brain structure’, publicado en 2016 en la revista Nature Neuroscience. En el artículo los investigadores señalan que ya desde el embarazo el cerebro se transforma para hacer que las mujeres respondan mejor a las necesidades de sus bebés y dejar de lado otras cuestiones.

«La maternidad es como una caja de bombones. No sabes qué bombón te tocará pero el chocolate  que  lo cubre siempre está bueno»

Esta situación «supone que las madres sean conscientes de que somos finitas y eso en muchos casos genera culpa». En este punto, Arroyo lamenta que «la sociedad se sigue olvidando del cuidado de la madre en el posparto» y se sigue creyendo que «debe hacer lo de antes igual, además de criar a su hijo y recuperar su cuerpo en menos de 15 días», cuando «lo idóneo sería que la madre contara con una red de apoyo y soporte que le permita dedicarse a lo único importante en ese momento: estar con su bebé». 

Y es que «en el imaginario colectivo hay un modelo de cómo tiene que ser la maternidad pero la realidad es que es diversa y hasta que no llega no sabes qué va a implicar en ti y en tu núcleo familiar», recuerda López. Un impacto que «a veces requiere de ayuda de especialistas: un psicólogo, un fisioterapeuta o simplemente alguien que nos ayude con las tareas de casa», añade.  

Información

Precisamente para combatir al desconocimiento que aún rodea al embarazo, el parto y muy especialmente el posparto, ambas creen que la mejor forma es «estar informadas y utilizar los mecanismos que tenemos a la mano». Mecanismos como «la preparación al parto, los grupos de lactancia, que te pueden ayudar e informan si lo que quieres es dar el pecho, decenas de publicaciones o el propio plan de parto que ofrecen el ministerio y la consejería de Sanidad». 

En todo el proceso de embarazo y parto, Arroyo considera fundamental que las mujeres «hagan saber sus sensaciones y opiniones» y que «si no ha habido un buen trato lo expresen en los canales oficiales como Atención al Paciente porque no se puede normalizar la violencia obstétrica». Y lo mismo «si se han cruzado con buenos profesionales también es fundamental que lo hagan saber porque solo así podemos empezar a cambiar determinados comportamientos en el ámbito de la obstetricia».

«La maternidad es un ejercicio de acompañar la libertad de mi hijo desde el amor incondicional y apoyándome en la ciencia»

En este sentido, López asevera que en el sistema sanitario «hay muchos profesionales valiosos, personas que intentan generar cambios en este campo, por ejemplo dedicando el tiempo que quieren a sus pacientes, pero por el sistema actual no pueden». Y es que cambiar el sistema «es complicado» pero «que haya madres informadas es el primer paso para hacerlo». 

Carga mental 

Ambas coinciden en un tercer pilar fundamental en el proceso de convertirse en madres y padres: la corresponsabilidad. «Hacer la preparación al parto y escribir el plan de parto juntos es muy importante y ser equipo en el posparto es primordial». apunta Arroyo. De hecho, «la corresponsabilidad es la mejor forma de acabar con la carga mental de las mujeres, que se agudiza con la maternidad», añade. 

«Parece que la carga mental solo se trata de pensar pero va más allá. Es tener en la cabeza decenas de tareas invisibles además de las visibles como puede ser hacer la comida, poner la lavadora o llevar a los niños a nadar», recuerda la maestra, quien recomienda «poner por escrito lo que hay que hacer y dejar que ellos tomen la iniciativa y un papel activo».

En este sentido, López apunta que «aunque no al mismo nivel, los padres también sufren cambios en su modelo neuronal y no son tan escuchados». En su camino a la paternidad «ellos tratan de  encontrar su papel». Un papel que «durante muchos años se ha ocultado y que se centra en ser compañía y sostén. Un papel activo y no de mero observador». 

En cualquier caso, las expertas señalan que la llegada de un hijo «siempre debe estar rodeada de mucha comunicación, amor y humor» porque «con la maternidad nace una nueva pareja» y, sin duda, una nueva forma de entender la vida.