El Correo de Burgos

ATAPUERCA

Homenaje en el Cenieh a Bermúdez de Castro, el «gladiador de las ciencias y las letras»

José María Bermúdez de Castro recibe la gran sorpresa ante su jubilación en Burgos. Desde hace semanas el equipo del Cenieh, sus amigos, compañeros y familiares preparaban un acto de homenaje que se celebró ayer. La biblioteca del centro que hizo nacer y crecer lleva hoy su nombre.

José Maria Bermúdez de Castro en el momento de entrar a su acto de homenaje y reconocimiento de compañeros, alumnos y familiares.

José Maria Bermúdez de Castro en el momento de entrar a su acto de homenaje y reconocimiento de compañeros, alumnos y familiares.SUSANA SANTAMARÍA

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Hay trayectorias largas y muy largas. Hay quien a cada paso deja un poso y un buen recuerdo. Ayer todo eso se aglutinó en el salón de actos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh) para agradecer la labor de uno de los codirectores de Atapuerca y director del Cenieh desde 2005 a 2012. José Maria Bermúdez de Castro era ajeno a todo lo que durante las últimas semanas estaba gestando su alrededor. Un reconocimiento a un «gladiador de la ciencia», que ha sido el apoyo de muchos investigadores hoy reconocidos como la propia María Martinón, hoy directora del centro que el levantó desde sus primeros esbozos. 

La entrada de Bermúdez de Castro fue «toda una sorpresa para el homenajeado, una maravilla, con un aplauso eterno y superemotivo», relata una de las asistentes. Tras ese arranque, con el que José María Bermúdez de Castro se llevó las manos a la cabeza, su 'sucesora' al frente del centro de investigación y en la dirección de las excavaciones una vez que deje de estar al frente del proyecto de investigación María Martinón, le dió la bienvenida a su evento. Ese en el que todos los que le han acompañado en esa carrera tan prolífica en la ciencia, que ahora se prolonga en las letras, tras su ingreso en la Real Academia con el sillón K, no han querido faltar. 

José María Bermúdez de Castro durante el aplauso «eterno y emocionante» con el que fue recibido a su acto.

José María Bermúdez de Castro durante el aplauso «eterno y emocionante» con el que fue recibido a su acto.SUSANA SANTAMARÍA

El acto contó con varias intervenciones y un vídeo de agradecimiento. Durante su carrera científica son muchos los proyectos de doctorado que ha supervisado. Por ellos tomaron la palabra su primera doctoranda, Yolanda Fernández, y la última, Celia García Campos. También tomaron la palabra amigos y compañeros: el psiquiatra Jesús de la Gándara, amigo personal del científico, y su compañero en las mil y una vicisitudes a los pies de la Trinchera del Ferrocarril, Eudald Carbonell. Palabras emotivas a quien describió como «compañero, amigo y hermano». En las redes Juan Luis Arsuaga compartía momentos científicos de hace algunas décadas y no siempre en Atapuerca. 

Posteriormente se proyecto un vídeo recorriendo su trayectoria con saludos de todos aquellos con los que se ha relacionado en su trabajo científico, de dirección y gestión tanto del proyecto Atapuerca y del Cenieh, y de su relación con la prensa donde siempre se ha mantenido cercano, dispuesto a coger el teléfono en la primera o segunda llamada, y abierto a responder con cada pregunta. Por tonta que sea. O explicar a una periodista recién llegada que Atapuerca no es sólo un yacimiento sino que son muchos, sentarse en un risco de la Trinchera del Ferrocarril, y empezar a contar lo que ese sistema kárstico esconde. En el vídeo arranca con la idea de «el gladiador de la ciencia» para terminar como «gladiador de las letras» desde el sillón K de la Real Academia de la Lengua Española. Y por ello qué  mejor que dejar escrito su nombre a la puerta de la Biblioteca del Cenieh. Un acto que ayer se dió a conocer con apertura de placa incluida.

El acto se cerró con un emotivo homenaje familiar. Su cumpleaños fue hace unos días y al escenario del salón de actos del Cenieh subieron su nieto y su hijo pequeño para entregarle una tarta. El libro de firmas es fiel testimonio de lo mucho y bueno que José María Bermúdez de Castro ha ido sembrando en su dilatada carrera en la que deja un centro del que fue director desde 2005, en la sede provisional de la Avenida de la Paz con un grupo de científicos que se contaban con los dedos de una mano, a un centro pionero a nivel europeo en el estudio de la evolución humana y con más de un centenar de trabajadores. 

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