La compra de coches usados reflota por la incertidumbre y el coste de los nuevos

La venta de vehículos de ocasión reflota en la provincia, es un hecho. Los datos facilitados por la patronal de los concesionarios (Faconauto) y la agrupación de distribuidores oficiales e independientes (Ganvam) indican un incremento del 2,5% de la compra de coches usados en Burgos durante el mes de junio respecto al año anterior. Esa foto fija parcial podría interpretarse, a priori, como una buena noticia si no fuera porque esos 1.248 turismos y comerciales adquiridos -frente a 1.217 de junio de 2022- distan de los 1.400 del mismo periodo de 2021, lo que supone un descenso del 11%.

Similar resultado ofrecen las ventas acumuladas en el primer semestre: 7.651 -6.464 turismos y 1.187 comerciales- frente a 7.414 del año pasado y 8.280 de 2021. En porcentajes, este periodo registraba un aumento interanual del 3% y un descenso del 7,6% respecto a hace dos ejercicios.

No sorprende la estadística al presidente de la Asociación de Concesionarios de Automóviles de Burgos (Aconauto), Carlos Arce. Afirma que esa tendencia se impone en términos generales: «Tanto en venta de usados como en nuevos estamos mejor que el año pasado, que fue desastroso, pero peor que antes de la pandemia e incluso que hace dos».

Eso sí, hay mayor movimiento en el mercado de ocasión que, además «ofrece una imagen mucho más fiel de la realidad, pues las matriculaciones de nuevos a través de las empresas de renting se hacen en Madrid o Barcelona aunque el cliente sea de Burgos y la estadística se distorsiona». Más allá de este detalle, que evidencia también la imposición de un nuevo modelo, y de vuelta al turismo usado, Arce reconoce que «es lo que el cliente cabal busca» dada «la incertidumbre», tanto económica como «en relación al futuro de la movilidad», el elevado precio de los coches nuevos y «los disparados tipos de interés de los créditos al consumo».

«La mayoría de la gente ahora mismo se refugia en decisiones más razonables con las que no arriesga tanto dinero y prefiere invertir en un seminuevo de cuatro a ocho años, que le pueda durar otros cinco o seis de manera correcta, y retrasa rsu decisión de compra final», relata Arce. Así, el presidente de Aconauto estima que en la actualidad por cada coche nuevo vendido ‘salen’ más de dos de ocasión. Constatado este planteamiento imperante, el sector de afana por incorporar a su oferta lo que el cliente demanda y ha incrementado su catálogo de turismos seminuevos.

La tendencia de Burgos se asemeja a la nacional -con un auge del 2,7% en el primer semestre- pero difiere de la regional, que aún no repunta y registra un descenso del mercado de ocasión del 0,4%. Coinciden todos en el perfil del vehículo usado más vendido: ‘joven’ -las ventas de coches de entre cinco y ocho años subían hasta un 15% frente al desplome de las operaciones con modelos de más de diez años- y diésel.

Aclarado lo primero, Arce considera inevitable el tipo de combustible mayoritario, «fundamentalmente porque hay muchos más». En el conjunto del país el 56,2% de los turismos de segunda mano adquiridos entre enero y junio eran diésel y un 37% tenían motor de gasolina.

Respecto a la edad de los vehículos, desde Ganvam añaden que también en este aspecto «el mercado de usados se retroalimenta del de nuevos: al dejar atrás la falta de chips -lo que a corto plazo respalda el repunte de ventas en conjunto- las empresas renuevan sus flotas y venden sus usados, que tienen poco años y son muy demandados por su relación calidad precio, creando así un círculo virtuoso que contribuye al crecimiento del vehículo de ocasión».