El Correo de Burgos

Ruta por tres tesoros de la Bureba

Castil de Lences, Lences de Bureba y Poza de la Sal destacan por su arquitectura popular, el patrimonio religioso y las tradiciones

Interior de la iglesia de SanCosme y SanDamián en Poza de la Sal.

Interior de la iglesia de SanCosme y SanDamián en Poza de la Sal.ECB

Burgos

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La comarca burgalesa de la Bureba ofrece una gran variedad de lugares de gran belleza patrimonial y natural. En este ocasión, planteamos una ruta por tres localidades de la Bureba que no dejarán indiferente al visitante, tres tesoros que se pueden visitar a través de una ruta que ofrece disfrutar de la belleza de Castil de Lences, Lences de Bureba y Poza de la Sal.

Castil de Lences es el primer pueblo de esta propuesta. Su historia se remonta a los últimos años del siglo IX, con Diego Porcelos, II conde de Castilla, fundador de Burgos en 884. Una historia en la que también tiene una gran importancia el monasterio de las monjas de San Francisco o de Santa Clara que funda Doña Sancha de Rojas en el año 1282. El monasterio posee un claustro románico de transición al gótico, una sala capitular con artesanía mudéjar y una bella iglesia gótica, además de un retablo barroco del siglo XVIII.

La iglesia de Santa María es un templo románico, de una sola nave, rematada en capilla absidal semicircular y realizada en piedra toba, piedra de la tierra, lo que le da ligereza, salvo los capiteles y los cuales están realizados en piedra. La nave se cubre con bóveda de medio cañón articulada en tres tramos mediante dos arcos fajones doblados que apean en haces de tres columnas. Esta iglesia guarda similitud con las vecinas de Carcedo, Quintanarruz y Valdearnedo. Se trata de una capilla lateral se conserva una pila bautismal cuadrada, de origen románico, aunque algunos estudios la datan de época visigoda.

Iglesia de Santa María, en Castil de Lences.

Iglesia de Santa María, en Castil de Lences.ECB

Castil de Lences es todo un descubrimiento y un regalo para los ojos, ya que posee un muy cuidado y bien conservado conjunto urbano, lo que le ha permitido ganar el primer premio en el Concurso Provincial de Conservación del Patrimonio Urbano Rural que organiza la Diputación de Burgos. Por eso, es muy recomendable dejarse llevar entre sus calles para disfrutar de un paseo para descubrir su arquitectura popular, con sus bellas casas de piedra y el paso de las corrientes de agua que discurren por la localidad. La ruta continúa y nos lleva a Lences de Bureba. Aquí también merece la pena recorrer sus calles para disfrutar de su arquitectura popular con casas blasonadas y su puente medieval. Precisamente, junto a este puente medieval se ubica la iglesia de Santa Eugenia, que data del siglo XVI. la puerta de entrada está rodeada por una portada románica. A pesar del paso del tiempo, la iglesia conserva una rica y variada iconografía. Cuando se accede al interior, la iglesia muestra una visión diferente, al ser el estilo gótico el que predomina y donde destacan los retablos de estilo renacentista. Cuenta con una planta irregular debido a las numerosas ampliaciones. La iglesia está en un buen estado de conservación. Los vecinos y el Ayuntamiento de la localidad se encargan de su cuidado, aunque los retablos necesitan una restauración para devolverles su esplendor.

Iglesia de Santa Eugenia en Lences de Bureba.

Iglesia de Santa Eugenia en Lences de Bureba.ECB

La ruta nos lleva a la última parada Poza de la Sal. La cuna de Félix Rodríguez de la Fuente es un lugar no solo bello en el que destacan las salinas y su casco urbano medieval -conjunto histórico artístico desde 1982-, también es muy activo, con numerosas propuestas, como el festival nacional de charangas o la fiesta del Escarrete, entre otras.

Entre su patrimonio merece la pena visitar la iglesia de San Cosme y San Damián. La construcción del templo se inicia en el s. XIII y se prolongara hasta principios del S.XIX. De estructura mayormente gótica se diseña con planta basilical de tres naves; una central más alta con 5 tramos y dos naves laterales. Todas cubiertas con bóveda de crucería apoyados sobre columnas con capiteles ricamente tallados. Como parte importante de la tradición y religiosidad pozana hay que hacer una notable referencia a la escultura de la Virgen de Pedrajas, talla de madera policromada de estilo románico tardío datada a finales del S. XIII. Es una imagen sedente o de trono de sabiduría con el niño sentado en su pierna izquierda. En la mano derecha la virgen sostiene una esfera o fruta que nos lleva simbólicamente a la manzana del Paraíso.

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