Los usuarios de los servicios de Prosame aumentan un 25%

Moda alimentada por las redes sociales o concienciación real, puede que un poco de todo, lo cierto es que la salud mental saltaba a la palestra impulsada por la pandemia y en ella sigue. El foco mediático ha contribuido, según los expertos, a al menos resquebrajar el tabú que tradicionalmente arrinconaba cualquier referencia a la enfermedad en este ámbito.

No es solo una percepción, hay datos que lo evidencian. En la Asociación Pro Salud Mental (Prosame) tienen claro que este giro se apoya el aumento de su actividad. “Se ha perdido el miedo a pedir ayuda”, asegura la gerente, Conchi Martín, y detalla que las solicitudes de información que reciben han aumentado un 30% y suman un 25% más de usuarios en los servicios que ofrecen en distintos centros, destinados en gran medida a facilitar el acceso a la vivienda, el ocio, el empleo o la autonomía de las personas con enfermedad mental.

Este impulso ha obligado a reforzar el equipo profesional que atiende los programas e inevitablemente ha saturado -todavía más- los espacios de los que disponen. Para “descongestionar” las actuales dependencias -todas ellas cedidas, explica Martín, con agradecimiento- se han lanzado a comprar un local en el barrio de Parralillos en el que poder ‘expandirse’ y procurar más y mejores apoyos.

Este espacio aún por adecuar a sus necesidades podría comenzar a funcionar en mayo de 2024. Antes habrán de definir qué servicios se trasladarán allí y cómo redistribuir el resto en las actuales dependencias. Tiempo tienen mientras reforman el nuevo espacio. “Hay que levantar tabiques, instalar baños… No es mucho pero sí que requiere obra”, relata la responsable técnica de la asociación burgalesa, ilusionada con el futuro que brinda el paso dado, pese al esfuerzo que va a suponer recabar fondos para financiarlo. “Es una gran inversión, pero era necesario hacerla. Confiamos en contar con colaboraciones que nos ayuden”, añade.

Conchi Martín asume que este auge deviene de la creciente preocupación social por la salud mental propia y ajena. Celebra que sirva para animar a quienes lo precisen a explorar opciones de ayuda, como demuestran sus cifras, o para que exista más formación por parte de colectivos clave, como es el caso del educativo, para manejar problemas graves como el suicidio en población joven. “Se está poniendo más interés y era muy necesario”, subraya y reconoce que “el cambio que ha dado lugar a ello es interesante, porque en general siempre se dejaba de lado en nuestro país”.

Considera no obstante que esta tendencia ha de ser un punto de partida para que “asumamos que el cuidado de la salud mental es tarea de todos, que debemos velar por la nuestra, por la de nuestros hijos, pero ha de favorecerse en cada entorno, incluso en el laboral, foco no pocas veces de estrés insano”. “Invitar a acudir al psicólogo está bien, pero el objetivo es mucho más amplio y toda la sociedad ha de implicarse en remar a favor”, añade.

Sin embargo, todo ‘boom’ tiene su reverso peligroso y al respecto Martín señala a la proliferación de mensajes y consejos generalizados que, en ocasiones, causan un efecto contrario al deseado: "Las llamadas a rutinas exigentes o a incorporar una multitud de nuevos hábitos, por muy saludables que sean, pueden ser un arma de doble filo. Hay que filtrar muchísimo esas informaciones que hoy en día llegan por todas partes. Estamos muy saturados y personalmente creo que urge desconectar y mirar un poco hacia adentro y sencillamente ver qué nos hace un poco más felices, que va a depender de muchos factores y van a ser cosas diferentes para cada persona". 

Para impulsar a quienes no acaban de vislumbrar su camino y servir de soporte nacía hace más de tres décadas Prosame. Hoy mantiene su empeño de lograr "la igualdad real y una óptima calidad de vida de las personas con enfermedad mental y sus familiares" y en ese ambicioso camino crece al compás de las necesidades del colectivo cuyos derechos defiende.