Condenan a Sanidad a indemnizar a un paciente con 10.000 euros por un ictus mal diagnosticado
El fallo considera que el servicio de Urgencias del HUBU debió haber acordado su ingreso para realizar "un seguimiento estricto" la primera vez que acudió al centro hospitalario
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) ha condenado a la Consejería de Sanidad a indemnizar con 10.000 euros a un paciente que fue tratado en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) por el retraso en el diagnóstico de un ictus. De esta forma, la sala de lo Contencioso-Administrativo del Alto Tribunal de la Comunidad admite parcialmente la reclamación del paciente, que solicitaba una indemnización de 60.209 euros.
La sala concluye que cuando esta persona acudió a Urgencias del HUBU "debió acordarse el ingreso hospitalario" para realizar "un seguimiento estricto". Horas después de que recibiera el alta, el demandante sufrió un ictus, por lo que, según el tribunal, "se aprecia una pérdida de oportunidad terapéutica" y así "paliar el daño en el paciente", que como secuela sufre "una ligera torpeza de mano izquierda".
Los hechos enjuiciados se remontan al 1 de julio de 2018, cuando el demandante acude al servicio de Urgencias del HUBU porque presentaba mareos y hormigueo en la mano, así como una sensación de malestar. Tras ingresar en a las 20.00 horas se le da el alta a las 23.50 horas con un diagnóstico de cuadro presincopal y se le señala que beba mucho líquido.
Al día siguiente acude de nuevo con un cuadro de mano torpe e inestabilidad al andar y con síntomas de estar sufriendo un ictus para acabar ingresado en la Unidad de Ictus. Esta correlación de hechos hace que el demandante considere que se realizara "un diagnóstico erróneo". Es al día siguiente cuando regresa a Urgencias cuando se hace una exploración neurológica.
El paciente demandante señala que el retraso en el diagnóstico hace que "no se active el código ictus". La Junta rechazó resarcir al paciente, mediante una orden de la Consejería de Sanidad del 7 de junio de 2022, por considerar que "fue correctamente explorado, los signos clínicos que mostraba eran los propios de un presíncope en paciente diabético con una neuropatía previa que ya había sido diagnosticada", así como que al día siguiente que regresó a Urgencias "presenta nuevos síntomas".