El Correo de Burgos

Santiago Niño Becerra: «Las revoluciones sociales ya no están de moda»

El economista catalán augura un inminente periodo de «estabilidad» empresarial, alejado del «España va bien» de antaño, y un futuro marcado por la concentración de capital, la desigualdad creciente y un control de la ciudadanía «cada vez más exhaustivo»

Santiago Niño Becerra, en la Mesa de Actualidad Empresarial de Cajaviva en Burgos.

Santiago Niño Becerra, en la Mesa de Actualidad Empresarial de Cajaviva en Burgos.TOMÁS ALONSO

Publicado por
Burgos

Creado:

Actualizado:

Se avecina un nuevo ciclo, al igual que a finales de la década de los años 40 tras el crac del 29. La crisis global de 2008, inmersa en «una transición que aún no ha acabado», da sus últimos coletazos. Desde esa perspectiva, el economista barcelonés Santiago Niño Becerra ha advertido este jueves en Burgos, antes de participar en la Mesa de Actualidad Empresarial de Cajaviva y la Fundación Caja Rural, que el modelo actual «ya no da más de sí». Y habrá «cambios», según sus previsiones, a partir de 2025 o 2026. 

De la fase de la austeridad a la de déficit que impera hoy en día hay un trecho, especialmente duro sobre todo para el ciudadano de a pie. ¿Hacia dónde vamos? Niño Becerra está convencido de que dentro de un par de años se impondrá un periodo de «estabilidad» económica en el seno de las «grandes corporaciones». Eso desembocará, como ya se ve en sectores como la banca, en mayores «concentraciones de capital»

Dentro de ese escenario, el economista es consciente de que «la tecnología va a tener más peso». Aumentarán las inversiones en I+D y, por ende, «será cada vez más cara». Algo «inevitable», a su entender, por la «propia evolución» de las dinámicas por las que se rige el sistema. 

Aunque «la estabilidad es buena» y la inflación nunca ayuda porque «no sabemos lo que va a pasar mañana», Niño Becerra dibuja un futuro a corto y medio plazo en el que «la desigualdad va a más». Así lo auguran también organismos como la OCDE y todo apunta a que la riqueza se concentrará en menos manos que hasta ahora. Por lo tanto, le parece prácticamente imposible regresar al «España va bien» que se mantuvo en pie hasta antes de la crisis. 

También seguirá desmantelándose, más aún, el Estado del Bienestar. Su caída, tal y como recordaba Niño Becerra, empezó a ser más palpable que nunca tras la disolución de la Unión Soviética. No en vano, los avances de la robótica en la década de los 80 marcaron el camino porque «el capital se da cuenta de que cada vez necesita menos trabajo». Y poco a poco, como quien no quiere la cosa, la protección social previo «pacto» entre los estados y la ciudadanía «llega a un punto en que es infinanciable si queremos todo lo demás». 

Dadas estas circunstancias, el economista catalán se refiere a la inminente «consolidación fiscal» como un «eufemismo» para no hablar de recortes en el gasto público. En este sentido, cree que España tiene un «problema especialmente grave» por sus bajos salarios y escasa productividad en comparación con otros países. 

Pero ni siquiera las desigualdades y la obligación de apretarse el cinturón se traducirán en un estallido de la conflictividad en las calles. No según Niño Becerra, convencido de que «las revoluciones sociales ya no están de moda». Además, sostiene que la «antes denostada» renta básica «cada vez se acepta más». Por no hablar del «control de la población con medios electrónicos cada vez más exhaustivo» del que China hace gala de un tiempo a esta parte. 

Reducción de la jornada laboral: el pacto entre PSOE y Sumar

El acuerdo de gobernabilidad alcanzado por el PSOE y Sumar para asegurar la jornada laboral de 37,5 horas sin reducir los salarios no resulta viable para Niño Becerra. No al menos si lo que se busca es aumentar la productividad. «Estamos leyendo el texto al revés», indicaba antes de puntualizar que sólo cuando se incrementa la productividad es posible rebajar la jornada laboral, algo que en España no ocurre a día de hoy. 

Partiendo de esa premisa, anticipa «muchos problemas» al considerar que el pacto entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz «no tiene sentido». Lo pudo tener hace décadas, pero en los tiempos que corren «cada actividad, cada empresa y cada sector es un mundo».

tracking