El Correo de Burgos

Benavente augura que la industria mantendrá su fortaleza en 2024, "pero con mucho más sacrificio"

El presidente de FAE considera que el balance del 2023 es satisfactorio y centra las 'sombras' del próximo año en la incertidumbre política. Insiste además en la necesidad de vincular el aumento de los salarios a la productividad y no al IPC.

FAE invitaba a la alcaldesa, Cristina Ayala, y al concejal de Industria, Ángel Manzanedo, a la reunión de su junta directiva.

FAE invitaba a la alcaldesa, Cristina Ayala, y al concejal de Industria, Ángel Manzanedo, a la reunión de su junta directiva.TOMÁS ALONSO

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El año se aproxima a su fin y tan inexorable como el cierre de ejercicio son los balances que las distintas organizaciones realizan en estas fechas. Hoy le tocaba al presidente de la Federación de Asociaciones de Empresarios de Burgos (FAE), Miguel Ángel Benavente, cuya valoración del 2023 "pese a todo" es satisfactoria. Y es que aunque "los resultados han bajado a causa de la inflación o la crisis de materiales, la actividad se ha mantenido". 

En concreto, el máximo representante de la patronal celebraba que las empresas de la provincia mantengan su fortaleza, "lo que fundamentalmente se debe al gran peso de la industria en la economía burgalesa", aún en torno al 33% del PIB, mientras que la media nacional se sitúa en el 16% y la regional no llega al 21%.

El presidente de FAE vinculaba esta situación a la potencia del sector del metal relacionado con el automóvil y la diversidad de las factorías de Burgos. Auguraba para 2024 que tal fortaleza permanecerá, eso sí, "con mucho más esfuerzo y mucho más sacrificio".

A juicio de Benavente, las 'sombras' que se intuyen para el próximo año tienen que ver con la incertidumbre que alimenta el panorama político, que "nos arrastra a todos". Frente a ello llamaba a los empresarios a "seguir generando riqueza, porque hay que pagar mucha deuda que arrastra el Estado".

Aprovechaba además la ocasión para insistir en la conveniencia de acompañar cualquier aumento de salario de la productividad en lugar de relacionarlo con el IPC. "No deja de ser un gasto que sufren igual el trabajador y la empresa", apuntaba, para instar al Gobierno a revisar estos conceptos con la mirada puesta en mejorar los ratios que verdaderamente "nos hacen más competitivos".

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