El Correo de Burgos

Parques Infantiles

Así es el mantenimiento de los 180 parques de la ciudad

Un equipo de cinco personas de Samyl revisa cada una de las instalaciones una vez al mes.17 instalaciones se han renovado con una inversión de 72.000 euros que se suma a los 500.000 del mantenimiento. Este año se decidirá si renovar equipamiento o crear nuevos parques. 

Aurora Elena Herrero, de Samyl que gestiona los parques infantiles de Burgos, y el concejal Carlos Niños durante la visita a la nueva araña del parque de arena del aparcamiento disuasorio.

Aurora Elena Herrero, de Samyl que gestiona los parques infantiles de Burgos, y el concejal Carlos Niño, durante la visita a la nueva araña del parque de arena del aparcamiento disuasorio.SANTI OTERO

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Cinco personas con el propósito de mantener los parques infantiles de la ciudad en óptimas condiciones. Es la función de Samyl, empresa que se encarga del mantenimiento de estas instalaciones de juegos para los más pequeños. Y que tiene un coste. El contrato de mantenimiento de las instalaciones de juego de la ciudad suponen 500.000 euros al año.

El equipo divide la ciudad en cinco zonas de actuación en las que «vamos revisando cada mes, la rutina de inspección de parques se cubre perfectamente y vamos mirando los posibles desperfectos que se presenten», explica la responsable de Samyl, Aurora Elena Herrero. Revisan al menos una vez al mes un total de 180 parques, de los que 158 son infantiles, 19 se denominan biosaludables y tres son parques de calistenia.

La situación general de las instalaciones de recreo en la ciudad son buenas. Le dan un siete sobre diez porque «hay muchos parques viejitos, pero lo bueno es que siguen durando y con el mantenimiento que estamos teniendo siguen funcionando», explica.

De ahí que, con carácter anual, se lleven a cabo intervenciones puntuales para la remodelación de algunas de las instalaciones en peor estado. «En las próximas semanas trabajaremos en una planificación anual con la empresa para evaluar necesidades, si hay algún tipo de petición se estudiará la posibilidad de algún parque nuevo o ver si realmente es mejor ampliar o mejorar alguno de los existentes, porque igual es mejor renovar los antiguos que hacer nuevos si no se necesitan en ninguna otra zona», señaló el concejal de Medio Ambiente, Carlos Niño.

Las intervenciones de mejoras del pasado año supusieron un coste de 75.000 euros a mayores del contrato anual con la empresa. La principal intervención está en el parque de arena del parking disuasorio de las Torres. En entorno a centros educativos y el conservatorio superior de Danza y Música la gran araña se ha reformado con una nueva instalación, más baja, porque «la anterior no cumplía en altura con la reglamentación exigida». Se mantiene la arena, que sí está entre los estándares legales permitidos. «Este parque se ha rehabilitado con un coste de 50.000 euros que es, principalmente, la colocación de una nueva araña y un ejemplo de lo que suponen intervenciones en este punto como está el mercado con este tipo de marcas punteras en la materia», explicó Niño.

La intervención se ha desarrollado en un total de 17 pares de los 180 con los que cuenta la ciudad. A instalaciones renovadas, como la araña del parking disuasorio, hay que añadir la renovación de 3.500 metros cuadrados de suelo de caucho en las instalaciones en torno a los colegios Vadillos, Isabel de Basilea, Las Candelas y en las calles Maria Teresa León, Emilia Pardo Bazán, Rovira i Virigili, S-3, dos en Manuel Muñoz Guillén, en el Barrio Gimeno, calle Jaén, Costa Rica, Entrerríos, Baden-Powel, Monte Sano y en las dos instalaciones en torno a la calle Santa María la Mayor.

Además, se ha intervenido con la instalación de asientos inclusivos en columpios, muelles, balancines, compactos para trepar y red con cuatro mástiles en las instalaciones ubicadas en los colegios Isabel de Basilea, Las Candelas, frente al Conservatorio Profesional de Danza y Música, en el Parque de la Luz, en Esteban Sáez de Alvarado, en la calle Jurista Cirilo Álvarez Martínez, en Regino y en la zona de la estación en San Pedro y San Felices.

¿Qué se rompe más?

«Más que romper es el mal uso que se hace de algunos elementos columpios para niños en los que intentan jugar adolescentes, y el vandalismo, especialmente en señales y pintadas», explican desde la entidad que gestiona los parques infantiles. De esta manera, los principales problemas son las seales «se dedican a arrancarlas» y los grafitis especialmente. «Puedes haber pasado por un parque y verlo bien, y después que has pasado aparecen pintadas, hay zonas donde son muy recurrentes y otras no, pero en un momento les da por ir allí y lo tienes lleno», explican.

Además de las señales, otro de los elementos que gusta vandalizar y romper son los columpios adaptados a niños con movilidad reducida. «Llamo un poco al civismo de todos, porque son instalaciones caras, difíciles de adquirir y se han vuelto a instalar otra vez en los mismos sitios donde se han requerido con anterioridad y es una pena, esperamos que se respete y se cuide». Y es que gran parte de las intervenciones poco tienen que ver con los desperfectos generados por el paso del tiempo o el uso, especialmente intenso en verano. El 20% de los trabajos están relacionados con actos de vandalismo sobre los elementos de juego de los diferentes barrios de la ciudad. 

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