El Correo de Burgos

¿Sabes qué es el Watsu? Descubre la terapia acuática que se ha hecho hueco en Burgos

La técnica, que une el masaje japonés Shiatsu y los beneficios del agua, nacía en los años 80 en EE.UU. En España solo hay 25 personas acreditadas de manera oficial para impartir sesiones. Una de ellas es Cristina Arcos, afincada en Burgos desde hace 25 años

Cristina comparte una sesión de Watsu® con un cliente.

Cristina comparte una sesión de Watsu® con un cliente.Konkavo

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¿Has oído hablar del Watsu®? Se trata de una técnica de trabajo corporal que combina los componentes terapéuticos de un masaje estándar con movimientos rítmicos en el agua y que no solo aporta beneficios a nivel físico sino a nivel mental y psicológico. 

La palabra nace de la combinación de water (agua) y shiatsu (masaje terapéutico de origen japonés). Si bien empieza a ser conocida hace relativamente poco tiempo en España, la técnica nacía hace cuarenta años en Estados Unidos de la mano de Harold Dull, «un poeta y profesor de Shiatsu norteamericano, que empezó a aplicar los estiramientos de la disciplina nipona en una camilla de masaje que colocaba en las piscinas en las que trabajaba hasta que se dio cuenta de que no necesitaba la camilla». Poco a poco «se creó una formación de aprendizaje que nació de la curiosidad y de las pruebas de Dull».

Así lo explica Cristina Arcos, vallisoletana afincada en Burgos desde hace 25 años, que es coordinadora de estudios del Instituto Watsupath, entidad oficial encargada de la formación en esta técnica en España. Arcos, además, se prepara actualmente para ser instructora o lo que es lo mismo «formadora de profesores».

El instituto forma parte de la Asociación Internacional de Trabajo Corporal Acuático (Worldwide Aquatic Bodywork Association) que «permite una regulación en la formación y evita que personas con un curso de veinte horas impartan la técnica». Y es que «actualmente en España somos 25 personas acreditadas oficialmente para compartir sesiones de Watsu®», recuerda.

La sesión siempre se desarrolla en agua caliente donde el terapeuta «se encarga de sostener al cliente manteniendo siempre su cara sobre la superficie, lo que le permite experimentar una flotación cómoda y segura, sin tener que esforzarse por lograrla», apunta Arcos quien apostilla que «tal y como decía Dull se trata de ‘ser con el agua’».

De esta forma, se busca desbloquear los segmentos corporales tensos, además de estirar y movilizar las fascias y las cadenas musculares de forma completa mediante movimientos de rotación, decoaptaciones y estiramientos, que se facilitan por el estado de  ingravidez que genera el agua.

Instante de una sesión de Watsu.

Instante de una sesión de Watsu.Konkavo

Ese ambiente de relajación que ofrece el agua «permite al paciente reconectar con dolores», apunta la instructora, quien señala que «ya son varias las asociaciones de personas con enfermedades como la esclerosis múltiple o la fibromialgia o que han sufrido un accidente cerebrovascular o padecen parálisis cerebral las que han decidido apostar por esta terapia más allá del wellness» y que aprecian una notable mejoría en su tono muscular, en el sistema sensorial, la coordinación motora y la integración de los reflejos tónicos, además de en el equilibrio, la movilidad y la estabilidad.

Pero el Watsu® «va más allá» y es que también se ha mostrado beneficioso «como técnica complementaria en estados de depresión, ansiedad o estrés», añade Arcos. Precisamente por eso, la sesión empieza «con la primera llamada de teléfono», señala la instructora. «Algunas veces se le pasa al cliente un cuestionario para conocer su estilo de vida o patologías previas. Si tienen rechazo a hacerlo se habla directamente en el agua, cuando ya se ha dado el primer contacto».

Durante la sesión «utilizamos material de flotación, especialmente en las piernas, para ayudarnos, y se busca una posición estable». A partir de ahí se explica cómo será el tiempo de la sesión, que «combinará partes activas con otras de escucha y acompañamiento al movimiento que va surgiendo». La cita finaliza colocando al cliente contra la pared de la piscina y con los pies en el suelo para que «’aterrice’ de nuevo», relata.

Instante de una sesión de Watsu®.

Instante de una sesión de Watsu®.Konkavo

Arcos afirma que «una sola sesión ya tiene beneficios» por lo que «una continuidad en esta terapia complementaria permite grandes mejoras a todos los niveles» y es que «el movimiento en el agua es una sensación muy agradable». La disciplina «solo estaría contraindicada en casos muy lógicos como si se tiene algún tipo de enfermedad infecciosa de la piel y las clásicas contraindicaciones para el baño en piscina», señala.

Arcos señala que el Watsu® es una técnica que requiere que el propio terapeuta «esté sereno y tranquilo» porque «necesita de toda nuestra implicación tanto física como mental». La mayor dificultad con la que se ha encontrado para impartir esta disciplina en Burgos es «encontrar una piscina o spa caliente», pero poco a poco y «gracias especialmente al boca a boca», Cristina está consiguiendo que el Watsu® se haga un hueco en la capital burgalesa. La terapeuta cree que, «cada vez más, esta disciplina y las terapias en agua en general irán poco a poco despuntando en nuestro país».

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