«Vuestros hijos son luz para el mundo»

«Aunque griten, aunque lloren, no pasa nada. Un niño no da guerra», advertía el párroco de la iglesia Real y Antigua de Gamonal, Jesús Castilla, durante la tradicional Misa de la Luz enmarcada en la fiesta de Las Candelas. Lanzaba así un mensaje tranquilizador a las madres, padres y abuelos que intentaban contener los sollozos de los catorce bebés, bautizados el año pasado, durante los primeros compases de una eucaristía que para muchas familias ya es una «tradición». 

Todo giraba, como siempre, en torno a ese fenómeno natural con tintes divinos para la fe cristiana. «Qué tendrá la luz para que este acontecimiento tan importante del nacimiento lo denominemos de esta manera», se preguntaba Castilla antes de dirigirse a las familias, de tú a tú, para subrayar que «vuestros hijos son luz para el mundo». Y a los progenitores, que cumplen idéntica función a la de los ángeles custodios, les ha agradecido la «entrega mutua»  que «expresa sublimemente ese amor que os tenéis». 

«Nuestra vida tiene sentido porque es Dios quien nos ama, nos protege y nos anima en nuestro camino». Tras esta última reflexión del párroco, daba comienzo el encendido de las velas cuya luz se transmite y recibe entre «hermanos». A continuación, los bebés han ido desfilando por la pila bautismal mientras sus progenitores o abuelos besaban, tocaban o realizaban una reverencia. 

Ya en el tramo final de la eucaristía, Castilla interpelaba a los allí presentes con la siguiente cuestión: «¿Por qué queréis dar gracias hoy a Dios?». Cada cual, en silencio, respondía según su parecer mientras empezaba a conformarse un círculo fraternal, con los niños en alto, para su presentación ante la Virgen de Las Candelas. Por último, a modo de despedida, la madre de uno de los bebés pondría de manifiesto que «se han cumplido nuestros deseos», amén de lanzar el compromiso compartido de proseguir «nuestras tareas de padres y madres cristianos» bajo un camino «siempre de paz». 

«Un momento especial»

Daniel asistía a la Misa de la Luz con su pequeña Vega y flanqueado por Carmen abuela y Carmen bisabuela. Su hija mayor también recibió la bendición de Las Candelas y quería revivir «un momento especial» para la familia. Además, «la niña se ha portado muy bien» y todos tan contentos. 

Especialmente orgullosa estaba la bisabuela. Lleva más de 60 años en Gamonal y sus cuatro bisnietos ya han desfilado por la Misa de la Luz. Y ella encantada, cómo no, de que renueven sus votos bautismales. 

Otra Vega, también la segunda en llenar de luz a sus padres, conoció ayer a la Virgen de las Candelas. Su madre, Delia, no se lo pensó dos veces. Ni con ella ni con la primogénita. «Crees en ello y por eso vuelves», reconocía emocionada tras revivir un «evento muy bonito». 

Pilar, la abuela, no quiso perderse una ceremonia que se ha convertido en tradición familiar. Para ella, el hecho de que todos sus nietos hayan pasado por el mismo ritual es «muy emocionante». Por eso, si viene alguno más seguirá acudiendo a la cita con la ilusión intacta. 

Tito de Oro

Partía una comitiva, capitaneada por los Gigantones, poco antes de las 12 del mediodía desde las dependencias de la Policía Local en la calle Vitoria en dirección a la Real y Antigua de Gamonal. Apenas unos metros, tan solemnes como festivos, marcando el paso hacia la misa de Las Candelas. 

Al término de la eucaristía, presidida por el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, se ha procedido a la entrega del Tito de Oro. El galardonado este año ha sido Jesús Puente, integrante de la Cofradía de San Antón.