Talas de chopos en el paseo de la Quinta para el Curpillos y replantaciones en otoño

El paseo de la Quinta perderá 64 chopos y tres castaños de indias antes del Curpillos. Ante la imposibilidad de celebrar la fiesta en El Parral, el emplazamiento provisional se someterá a un lavado de cara con el objetivo de garantizar «mayor seguridad» a los asistentes. Para este trabajo de saneamiento, que conllevará la plantación de nuevas especies a partir del «próximo otoño», el Ayuntamiento de Burgos también contemplan trasmoches y podas en más de 400 chopos, un tilo, un árbol platanero y un castaño. 

La decisión consensuada por el equipo de Gobierno, la oposición, Policía Local y Bomberos de trasladar la jira de El Parral a la Quinta, en el entorno de Las Veguillas, ha obligado a mover ficha y el objetivo es «acelerar lo que se iba a hacer en varios años», al menos, hasta donde sea posible. Según ha explicado este martes el concejal de Medio Ambiente, Carlos Niño, los chopos de la zona son de producción y de «escaso valor botánico». Además, «normalmente se plantan para 12 o 18 años y aquí la mayoría tienen más de 40». Por lo tanto, se pretende reducir el riesgo de incendios en una época tradicionalmente calurosa mientras se analiza la introducción de nuevas especies más «adecuadas» para el entorno. 

Alejandro Delgado, técnico de Parques y Jardines de Burgos, detalla además que el Plan Director de Arbolado promueve una «tendencia muy actual»: dejar madera muerta o en estado de descomposición porque sirve de «reservorio de biodiversidad». De esta manera, se busca garantizar la supervivencia de diferentes especies de aves, insectos, murciélagos y hongos presentes en el entorno. 

Consciente de que la elección de La Quinta como alternativa mientras Patrimonio Nacional remodela El Parral generó cierto malestar, Niño ha insistido en que se trata de la zona que «más sombra daba». De hecho, ha recordado que se descartaron otras posibilidades como el terreno de la antigua CLH donde «no hay ni un solo árbol». Además, ha señalado que cada vez más peñas «ponen sus propias carpas», lo que incrementa las opciones para protegerse del sol.