El Correo de Burgos

Turismo

Los hoteles de Burgos obligados a ajustar precios para competir con Logroño, Valladolid o León

El AVE y la cercanía a Madrid permiten a Segovia la tarifa más alta de la región con 76,7 euros por estancia. Valladolid y León se sitúan por encima de los 70 euros por plaza. Burgos con 67,7 euros está en cuarta posición.

Dos turistas se toman una foto en el centro de Burgos.

Dos turistas se toman una foto en el centro de Burgos.Santi Otero

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El turista de fin de semana y el viajero de congresos y negocios (sector Mice) es el factor clave para un año de éxitos en los destinos urbanos. Para ser los elegidos hay dos factores clave, además de una oferta turística y gastronómica de base con una buena promoción. Se trata de la cercanía geográfica y una línea de alta velocidad que reduzca el tiempo para recorrer grandes distancias. Burgos tiene ambas y una gran oferta pero necesita ajustar los incrementos de precios para ganar sostenibilidad sin perder viajeros. Sus 67,7 euros por habitación están lejos de la cabeza.  Segovia une esos dos factores geográficos y se posiciona como la capital de turismo de interior de Castilla y León más rentable para la industria hotelera.

Segovia a la cabeza

A la sombra del Acueducto reservar una habitación de hotel alcanzó una tarifa promedio por habitación de 76,7 euros. Esto es lo que en el argot técnico se denomina ADR (ingreso medio por habitación en una noche). Un precio que no ha penalizado la ocupación registrando un 64,7% que ofrecen una rentabilidad por estancia (RevPar) durante el año pasado de casi 50 euros. Es, además, la segunda provincia en mayor incremento de rentabilidad durante el pasado año. Los ingresos por plaza subieron un 20,5% en 2023.

La tarifa de Segovia es 22 euros más cara que la más baja de la región. Ésta se encuentra en Palencia que, aún siendo ciudad AVE, su estrategia para mantener la mejor ocupación de plazas es bajar precios. El coste medio es de 51,8 euros que le dan un 67% de ocupación, la más alta de Castilla y León, y unos ingresos de 34,7 euros por estancia. La rentabilidad más baja está en Ávila que no compensa su cercanía con Madrid y no cuenta con alta velocidad. Sus precios de 65,2 euros por habitación le generan la ocupación más baja de 49,5% y unos ingresos de explotación de 32,3 euros por plaza.

Valladolid en segunda posición

La segunda provincia con una mejor rentabilidad por plaza hotelera es Valladolid. Vuelven a concurrir los dos aspectos geográficos y de infraestructuras. La capital vallisoletana cuenta con líneas AVE que la acercan mucho a Madrid. Eso permite despegar el turismo de fin de semana y las visitas de negocios. La habitación junto al Pisuerga alcanza una tarifa media de 72 euros lo que genera una ocupación del 64,3%. La formula del RevPar genera una rentabilidad en la capital de la región de 46,2 euros por plaza, una cifra que no es la que más ha crecido a nivel interanual. Los ingresos han subido un 9,2%, el séptimo aumento más alto de la región. Habrá que ver en los próximos meses cómo afecta a estas cifras la variedad de conexiones de alta velocidad a bajo coste con la capital madrileña.

León, la que más crece

La que ha registrado el incremento interanual más alto es León. Los datos del ‘Barómetro de Rentabilidad de los destinos turísticos’ de Exceltur para 2023 determinan un incremento del 25% de la rentabilidad en la infraestructura hotelera leonesa. Esto sitúa a León, que ha aprovechado el despliegue de la alta velocidad para acercarse a Madrid y el beneficio de ser ciudad en la ruta del Camino de Santiago, como la tercera provincia con la tarifa más alta por estancia. Son 70,2 euros de ADR por habitación que no ha lastrado competitividad. Es la segunda zona con la ocupación más alta de la región con un 65,1%. Esto le ofrece un RevPar durante el pasado ejercicio de 45,7 euros por dormitorio turístico.

La estrategia de Burgos ante la dura competencia

En Burgos conjugan los mismos factores que en León: ciudad con parada de alta velocidad y que es atravesada por cientos de peregrinos que realizan el Camino de Santiago. Los resultados no son los mismos. La capital del Arlanzón se sitúa en una tarifa media por habitación de 67,7 euros por cada estancia. Su ocupación es la quinta más baja de la comunidad autónoma con un 63,3%. Eso permite mejorar su rentabilidad en un 19,5% respecto al año anterior pero¡ está en 42,8 euros, por debajo de sus directas competidoras. Destinos de interior similares (ciudades patrimoniales en la ruta xacobea) han crecido mucho más. A los incrementos de Segovia, Valladolid o León hay que sumar la cercana Logroño que incrementa su RevPar en un 21,7%, la segunda tras Pamplona que han tenido los mejores datos en destinos urbanos de interior.

La estrategia de la industria hotelera de la capital pasa por incrementar precios ante la subida de costes de explotación, pero de manera contenida. «En estos cuatro años hemos planteado subidas del orden del 4% al año porque hay que hilar muy fino para conjugar la rentabilidad con los costes han subido de manera brutal, pero lo hacemos menos que nuestras directas competidoras para tener una buena ocupación», explica el portavoz de la Federación Provincial de Hostelería de Burgos, Luis Mata.

El objetivo es perder la menor competitividad posible puesto que «otras ciudades como Logroño, Valladolid o León se pueden permitir subir un poco más el coste sin que les penalice tanto y de ahí que suba su rentabilidad». Subir el precio por habitación sin que se resienta la ocupación permite recuperar parte del incremento de costes que calcula en un 25% en algunos casos. «Han subido los gastos por el incremento del IPC que afecta a la materia prima, también el aumento brutal de los costes energéticos y si sumas un aumento del 7% del coste salarial y la salvaje subida de impuestos que en Seguridad Social que puede rondar el 25%... Nosotros no podemos repercutir todo ese incremento en el precio al público», señala Mata.

Se juega con la variable de precio por habitación y ofertas que lastran esa rentabilidad por temor a registrar una habitación vacía. Aún así, los hosteleros burgaleses consideran que todos los destinos urbanos de interior «hemos recuperado las cifras prepandemia» pero siguen penalizados por la atracción del turismo de costa. También son conscientes que el tirón de la alta velocidad «no tiene el mismo efecto en Burgos que el que tuvo por ejemplo en Zamora, pero si no se acompaña de algo más te puede pasar que esa efervescencia caiga», señala.

Zamora perdió el efecto AVE

Algo que ha sucedido en Zamora que es la única capital del interior del país que perdió rentabilidad el año pasado. Así, la ciudad zamorana alcanzó un precio alto por habitación, 68,6 euros por noche, pero ha perdido ocupación, es la segunda más baja de Castilla y León con un 53,9%. Eso lastra su rentabilidad por estancia hasta 36,9 euros. En el estreno del Ave registraron cifras nunca vistas en la zona que empiezan a mostrar síntoma de agotamiento.

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