Las infecciones de transmisión sexual se dispararon un 55% en el último año
Pese a la contención del VIH en torno a 21 nuevos casos, la estadística se dispara por el alza de afectados por gonorrea, sífilis y clamidia, que en conjunto se multiplican por diez en apenas una década, de 15 a 157
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Un hombre se somete a un test de detección rápida de VIH
La escalada de otras infecciones de transmisión sexual (ITS) obliga a desviar levemente el foco en el Día Mundial del Sida. Y es que pese a la contención de nuevos casos de VIH registrados en la provincia cada año, en torno a la veintena, la estadística global se ha disparado de manera muy preocupante. No sorprende tanto el aumento en sí, pues la curva lleva ya varios años en ascenso, como lo pronunciado de la subida.
Solo en 2023 se detectaban en Burgos un 55% más de afectados por gonorrea, clamidia, sífilis y VIH, que en suma pasaban de 115 en 2022 a los 178 del año pasado. De ambos totales, 21 corresponden a la última enfermedad de las cuatro citadas por lo que es en las otras tres donde, radica un problema creciente que afecta al conjunto del país.
Los datos cantan y con el VIH fuera de la ecuación la comparativa resulta esclarecedora. En el último año, la suma de las tres infecciones ‘desatadas’ se elevaba de 94 a 157, a razón de 30 casos de gonorrea y clamidia en 2022 y 34 de sífilis en 2022, frente a 58, 51 y 48, respectivamente, en 2023.
Este global supone que en la última década el número de casos detectados se ha multiplicado por diez. Según los informes epidemiológicos publicados por la Consejería de Sanidad en su página web, en 2014 las cuatro enfermedades sumaban 35 afectados, 20 de ellos por VIH. De los 15 restantes, 7 presentaban gonorrea, 5 clamidia y 3 sífilis.
«Se ha perdido el miedo», concluye el médico internista, fundador e integrante del Comité Ciudadano Antisida de Burgos, Juan Francisco Lorenzo. «Hace tiempo que, gracias a los avances científicos, el Sida ha dejado de ser una enfermedad mortal y el coco de la película ha desaparecido», añade, para lamentar que, de esta manera, se han relajado medidas de protección tan efectivas como sencillas y que «están al alcance de cualquiera». Y es que el preservativo «sigue siendo un método de prevención de ITS eficaz al 100%», subraya.
Indica Lorenzo al respecto que las encuestas que realiza el Comité AntiSida revelan que «la gente más joven es más sensible» al uso del condón. Son los un poco más mayores, «sobre todo varones», los que tras tener parejas estables se confían, «creen que nunca les va a pasar nada» y se vuelven más reacios.
De ahí que, en todo caso, la educación afectivo-sexual sea clave para fijar conceptos en favor de unas prácticas saludables en todas las etapas de la vida. «Es necesario hablar con la gente joven. Es un tema complejo, por su puesto, pero siempre será mucho mejor que se lo cuente quien les puede ofrecer información de calidad que lo aprendan ellos» sin guía, máxime cuando la pornografía se convierte así en la principal fuente a edades tempranas, con las erróneas creencias y, por tanto, nocivas consecuencias que genera.
Cooperar para reforzar, pues, esta vía -en la que trabaja duro el Comité AntiSida de Burgos, que solo el año pasado ‘llegaba’ a 3.800 escolares de toda la provincia- se revela crucial, en la necesaria batalla por dar la vuelta a la alarmante estadística mencionada y, en general, por un futuro más saludable para el conjunto de la sociedad, en su sentido más amplio.
A ello habría que sumar la disposición por parte de las administraciones públicas de las medidas de protección oportunas. Lorenzo pone el foco al respecto en el virus del papiloma humano (VPH), para cuya infección existe una vacuna que Sanidad recomienda poner a toda la población al cumplir los 12 años. Aconseja, pero no financia, y el gasto que supone, sumado al desconocimiento del grave riesgo que implica el virus por su «potencialidad oncogénica», es decir, el aumento de las posibilidades de padecer un cáncer, puede limitar el alcance de la inmunización existente.
Más aún en tiempos en los que proliferan las voces que cuestionan las vacunas, otro frente en el que se ha de pelear, mano a mano entre gobiernos de todo tamaño y colectivos sociales y sanitarios con la divulgación como arma: «Las vacunas son uno de los grandes avances de la ciencia y de la historia de la humanidad y, desde luego, es uno de los factores que aumente la supervivencia de la población en todo el mundo de manera notable», zanja Juan Francisco Lorenzo.