Preocupa el retraso diagnóstico del VIH por el riesgo para los afectados: «Impide cortar los contagios»
Temor al diagnóstico, tras la tardanza. Burgos y León acumulan la mitad de los 87 casos de Castilla y León en 2023. El 69% son hombres con 38 años de edad media
Aunque se libra del ascenso generalizado del resto de infecciones de transmisión sexual, el VIH sigue presente. En su caso, la preocupación de los expertos se concentra en otro factor: el retraso diagnóstico.
El especialista en la materia Juan Francisco Lorenzo, coordinador de la atención a pacientes con Sida en el HUBU hasta su jubilación, advierte que los diagnósticos llegan tarde, «cuando el grado de inmunodepresión es severo y realmente peligroso». «Esto significa que la persona lleva ya unos años siendo seropositivo y que podría haber iniciado antes un tratamiento eficaz, que los hay excelentes», añade. Al riesgo que implica para la salud del afectado tal situación, Lorenzo añade otro igual de relevante: «El retraso impide cortar la cadena de transmisión, porque la persona que desconoce su diagnóstico puede infectar a su pareja, por ejemplo», posibilidad que, de tomar la medicación antirretroviral indicada queda anulada pues «en pocos meses la carga viral pasa a ser indetectable tanto en sangre como en otros fluidos», lo que, en la práctica, hace imposible el contagio.
Lorenzo detalla que la tardanza podría tener que ver, «puestos a imaginar», con el «miedo» a constatar la consecuencia de una práctica de riesgo. Indica además que ocurre más en heterosexuales que en homosexuales, colectivo «más sensible con este tema». Con todo, el internista llama a dejar a un lado los temores y, en caso de duda, someterse a la sencilla prueba que puede eliminar los peligros citados.
Pone el foco en este aspecto con motivo del Día Mundial del Sida, efeméride que sirve tradicionalmente para reivindicar la lucha contra la patología y el estigma social que la acompaña, que en Burgos abandera el Comité Ciudadano AntiSida.
En 2023 se registraron 87 nuevos casos en Castilla y León, 21 de ellos en Burgos. Sumados a los 24 de León copan la mitad de los afectados, hecho que llama la atención de los expertos, aunque se desconocen las causas. La media de edad rondaba los 38 años, siendo el grupo de entre 20 y 29 el que más casos aglutina. En el 90% de los casos la vía de transmisión fueron relaciones sexuales. El 69% son hombres.
En todos los casos, el futuro se dibuja muy diferente al que vislumbraban los afectados de los años ochenta. «Hasta 1994 no hubo tratamientos eficaces, pero desde entonces todo han sido avances y hoy en día son potentes, eficaces al 100%, limpios y sin efectos secundarios», relata Lorenzo, buen conocedor de una evolución que ha vivido en primera persona junto a sus pacientes. Además, se han reducido al mínimo las pastillas a tomar, lo que facilita la adherencia al tratamiento y «en caso de que se genere alguna resistencia, hay un arsenal terapéutico suficiente como para encontrar alternativas».
«Afortunadamente, tenemos a la ciencia para sacarnos de los agujeros negros en los que nos metemos la humanidad», subraya.