La trata de personas en Burgos: un fenómeno creciente que Adoratrices combate con acompañamiento
Durante 2024 contactaron en la provincia de Burgos con 600 personas captadas por redes de trata cada vez más clandestinas, muchas de ellas ocultas en las nuevas tecnologías

Andrea Ballesteros y Consuelo Rojo, en una imagen de archivo, durante la presentación de los carteles de la campaña contra la explotación sexual que llevó por lema 'Truco o trato'.
La detección de casos de trata de personas con fines de explotación sexual va en aumento en la provincia de Burgos «porque cada vez estamos más preparados para darnos cuenta de estas situaciones». La clandestinidad con el traslado de las prácticas de prostitución hacia entornos privados, como pisos particulares, y el uso de las nuevas tecnologías para la captación contribuyen a mantener e incrementar el número de víctimas.
Lejos de que la tendencia vaya a la baja, este fenómeno es una realidad palpable en nuestro entorno como asegura Consuelo Rojo, religiosa de Adoratrices, una congregación que acompaña y ayuda a las víctimas, en su gran mayoría mujeres, aunque también existe una minoría de hombres, estos últimos más vinculados con situaciones de explotación laboral.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) solo se detecta a una de cada 20 víctimas, lo que indica «todo lo que nos queda por andar». Desde Burgos, la media de contactos que tiene el equipo de trabajadoras de Adoratrices, formado por nueve personas, con mujeres vinculadas a redes de explotación sexual, está en aproximadamente unas 600 anuales. «Son mujeres que contactamos en acercamiento y luego son menos con las que trabajamos en acompañamiento y seguimiento», explica Rojo con motivo de que este sábado, 8 de febrero, se ha celebrado la Jornada Mundial de Oración contra la Trata de Personas, en la que se recuerda a Santa Bakhita.

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Durante el pasado 2024, desde Adoratrices trabajaron con mujeres de hasta 25 nacionalidades, lo que da cuenta de la capacidad de extensión que tiene las redes de captación de víctimas de trata por el volumen de países empobrecidos de los que intentan huir miles de personas. «Son mujeres en situaciones de mucha vulnerabilidad que buscan escapar de situaciones de violencia personal, no solo de pareja o familiar, sino por las situaciones que se viven en sus países de origen», explica esta religiosa, que afirma que cuando hay urgencia por huir o escapar de injusticias sociales «es el caldo de cultivo ideal» para las redes.
Entre esos 25 países de procedencia de las mujeres contactadas, la mayoría vienen desde Latinoamérica con Colombia como uno de los primeros, pero también está Venezuela, Perú o Paraguay. Desde África, Nigeria sería uno de los lugares de nacimiento de más mujeres captadas en redes de trata. Pero en 2024 también pasó por el centro alguna mujer de Nepal, en el continente asiático.
En esta congregación, han trabajado el pasado año 2024 en una campaña con el Ayuntamiento de Burgos, que ha puesto el acento en la proliferación de ofertas de trabajo engañosas que buscan otra finalidad más allá, por ejemplo, de una empleada de hogar. «Te encuentras detrás de una llamada que no solo quieren que les limpien la casa, sino otros servicios, en los que mujeres que están vulnerables se encuentran cuando ya llegan a ese piso y con la dificultad de salir de ahí», denuncia. Además, indica que las redes sociales «están haciendo daño» porque se busca captar víctimas desde una forma incluso «más oculta» que la habitual, en la que las personas eran buscadas en su país de origen con la falsa promesa de ayudarles a viajar a otro país para salir de situaciones de pobreza extrema o de conflictos armados. «Lo que sucede en Internet está muy oculto y, por ello, es más difícil de denunciar, frente a la prostitución en clubes que son situaciones más en decadencia, pero que sigue ahí», confiesa.

Burgos
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La trata de personas es una esclavitud que afecta a todo el mundo, España es país de tránsito y de destino para la trata de personas con fines de explotación sexual, aunque también hay otros fines en la trata como la mendicidad o los matrimonios e incluso la comisión de delitos.
La Obra Social de Adoratrices está vinculada al ofrecimiento de alternativas y oportunidades reales a mujeres que viven diferentes situaciones de exclusión. Para ello, las religiosas se acercan a las mujeres afectadas por diversas formas de explotación, especialmente la prostitución u otras formas de violencia. Como relata Consuelo Rojo, «las acompañamos en el proceso de búsqueda de otra forma de vida, ofreciendo alternativas reales y sin juzgar. A nosotras nos toca respetar las decisiones de las mujeres. Muchas veces no juzgar y no cuestionar ayuda a dar un paso adelante a estas mujeres»
Esta responsable del programa de acompañamiento en la provincia de Burgos, que hace un llamamiento a la sociedad a tener los «ojos abiertos» ante situaciones cercanas que le parezcan «raras» y que podrían denunciar, hace hincapié en la necesidad de no normalizar la violencia contra las mujeres y explica que salir de la prostitución es «un proceso largo que exige invertir recursos materiales y personales porque hay que estructurar de nuevo la vida».
El 8 de febrero se recuerda a Santa Bakhita, víctima de explotación
El papa Francisco en el año 2015 propuso esta Jornada de Oración para recordar a Santa Bakhita (Sudán, 1869) como símbolo de esta forma de esclavitud, que fue canonizada por Juan Pablo II en el año 2000. Esta mujer, que se convirtió en religiosa, vivió de niña en Sudán la dramática experiencia de ser secuestrada y esclavizada.
El propósito del día 8 de febrero es sensibilizar sobre la realidad de la trata de personas, fomentar la oración por las víctimas y movilizar acciones concretas para erradicar esta forma de esclavitud moderna.
La trata de personas afecta a más de 50 millones de personas en el mundo, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este crimen atenta contra los derechos humanos y golpea especialmente a mujeres y niñas, que se estima constituyen el 70% de las víctimas.