El Correo de Burgos

Las familias reafirman su rechazo a los recortes horarios del curso escolar en junio y septiembre

Mientras la Consejería de Educación sigue sin pronunciarse, Fampa Burgos espera que la decisión no se tome después de publicarse el calendario escolar porque «nos deja sin margen de maniobra para defender al alumnado»

Primer día del curso 2024-2025 en un colegio de Burgos.SANTI OTERO

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En plena campaña de matriculaciones de cara al curso escolar 2025-2026, la Federación Provincial de Asociaciones de Madres y Padres de enseñanzas no universitarias de Burgos (Fampa) se mantiene «expectante» ante la posibilidad de que la Consejería de Educación revierta la decisión, adoptada hace cuatro años, de reducir el horario lectivo en septiembre. Y también en junio, con una hora diaria menos desde 2018.

No es la primera vez que las AMPAS, tanto de Burgos como del resto del resto de la Comunidad, piden a la Junta de Castilla y León que dé marcha atrás para preservar la conciliación familiar y laboral en los ciclos de Infantil y Primaria. La petición continúa sobre la mesa y Educación, de momento, no se ha pronunciado de cara al curso que viene. No obstante, el calendario empezará a configurarse a lo largo de este mes o en abril a más tardar.

Mucho se temen las familias que vuelva a aplicarse la política de hechos consumados. «Durante los últimos cursos, dicha información se produce después de la publicación del calendario», apunta la presidenta de Fampa Burgos, Cristina de los Mozos. El problema, añade, reside en que «nos deja sin margen de maniobra para defender el derecho del alumnado a no perder horas lectivas durante los meses de junio y septiembre».

Ya el año pasado, el Procurador del Común se posicionó a favor de las AMPAS a través de una resolución que ponía de manifiesto la necesidad de analizar si la reducción horaria en septiembre respondía a «criterios suficientemente fundamentados y consensuados». De lo contrario, se mostraba partidario de su reversión. O al menos de establecer «medidas conciliadoras al alcance de todas las familias, tanto del medio urbano como rural, cuando los colegios no cuenten con asociaciones capaces de organizar servicios de conciliación». Además, se recomendaba aumentar «las ayudas destinadas a las AMPAS existentes para afrontar la organización de tales servicios».

A falta de novedades, pero siendo «conscientes de la importancia de la importancia de la respuesta del Procurador del Común», las AMPAS burgalesas colaboran en las jornadas de puertas abiertas de los centros escolares. En paralelo, Fampa lanzó el pasado viernes una campaña informativa, bajo el título Dale a tu hij@ el futuro que se merece, con el objetivo de «dar a conocer la calidad y excelencia de los colegios públicos».

La campaña, consistente en la difusión de contenido audiovisual en redes sociales hasta el 31 de marzo, resume los «principales valores» que atesora la Escuela Pública; desde la «inclusión», la «excelencia» o la «equidad» hasta el papel que juegan los colegios rurales como «faro de oportunidades y motor de cambio».

Precisamente, De los Mozos cree que la educación alejada de los grandes núcleos urbanos constituye una prioridad. Se trata, según sus propias palabras, de un «elemento dinamizador de los territorios» que requiere «los recursos necesarios para que pueda ofrecer una educación inclusiva y equitativa».

Tampoco obvia la presidenta de Fampa Burgos otra serie de reivindicaciones como «la implementación de un modelo de comedor escolar educativo, sano y sostenible» o «la accesibilidad infantil a la escuela en condiciones de seguridad y autonomía». Por no hablar de la siempre necesaria «representación efectiva de las familias en los órganos de participación, sobre todo en los consejos escolares».

Otro de los frentes abiertos de la Fampa sigue siendo el transporte escolar seguro. Las inspecciones, según detalla De los Mozos, se llevan a cabo con «regularidad» aunque hasta la fecha «no tenemos noticia de sanciones o medidas disciplinarias para las empresas que incumplen la normativa vigente». Así las cosas, «el hecho de que los menores viajen sin SRI (sistemas de retención infantil), con cinturones únicamente de tres puntos y otros incumplimientos de las normas básicas de seguridad sigue siendo el caballo de batalla». No solo en Burgos, sino «a nivel local, regional y nacional». Por todo ello, y por las reivindicaciones anteriormente expuestas, no duda en subrayar que «las AMPAS tenemos mucha fuerza, pero nunca nos sobran manos».

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