El Correo de Burgos

Conmoción en el HUBU: "No sabíamos qué, pero desde el primer momento pensamos que le había pasado algo malo"

Las compañeras de Andrea Bejarano en el Servicio de Microbiología se concentraban a las puertas del complejo con una pancarta que rezaba 'Nunca te vamos a olvidar'. "Siempre venía con una sonrisa", recordaba la supervisora del laboratorio, Amparo García

Casi medio millar de personas se concentraban ante el HUBU en repulsa del asesinato de Andrea Bejarano. Sus compañeros del Laboratorio mostraban su foto y una pancarta en su memoria. El consejero de Sanidad se sumó a la protesta.TOMAS ALONSO

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Desde el principio se temieron lo peor. No sabían qué, pero las compañeras de trabajo de Andrea Bejarano en el laboratorio del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario de Burgos (HUBU) intuyeron, "desde que vimos que no venía, que algo malo le había pasado". No cuadraba para nada con la joven alegre y cumplidora que faltara a su puesto sin avisar, menos aún cuando aquel día -el pasado lunes- había acordado alargar un poco más su jornada para cubrir el retraso de otra técnico del turno de noche.

Debía entrar a las 15 horas y nunca llegó. Apenas una hora después saltaron las alarmas y "comenzamos a movernos", explicaba la supervisora, Amparo García. Llegaron incluso a revisar los ingresos en Urgencias de las horas previas, por sospechar que Andrea hubiera podido tener un accidente que justificara su ausencia y, sobre todo, su silencio, que "no encajaba para nada". No podían siquiera intuir que horas antes había sido asesinada por su marido. De hecho, desconocían incluso si existían problemas entre ambos.

"En ocasiones venía con él y el niño por aquí, porque lo traían al médico y no se veía nada fuera de lo normal", añadía, para aseverar que, en caso de que hubiera conflicto, "ella separaba el trabajo de su vida particular". 

Hacía García estas declaraciones arropada por casi medio millar de personas, las que secundaban la concentración convocada por la Administración regional en repulsa por el asesinato de la trabajadora del HUBU. Guardaban todos un minuto de silencio que culminaba en un sonoro aplaudo en memoria de Andrea, cuyo rostro asomaba de entre la multitud en las fotos que en las últimas horas servían para alertar de su desaparición.

Los profesionales del Servicio de Microbiología, donde Bejarano trabajaba desde hace más de 5 años, estaban muy afectados por el suceso.TOMÁS ALONSO

Varias compañeras las portaban, sin poder contener las lágrimas la mayoría, al tiempo que otras sostenían una gran pancarta en la que aseguraban: "Nunca te vamos a olvidar". Los gestos de dolor dan fe del duro golpe que había supuesto la noticia para el equipo: "Nos hemos enterado a primera hora y ha sido muy duro, un trago amargo".

El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez; la alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala; el delegado territorial de la Junta, Roberto Sáiz; y la portavoz de la Diputación Provincial, Inmaculada Sierra, se sumaban al acto, en compañía de los responsables del complejo asistencial, aunque preferían no hacer declaraciones al respecto.

García, por su parte, explicó que Bejarano llevaba ya años como técnico del Laboratorio Clínico en Microbiología, en un área de turno rotatorio para atender peticiones urgentes creada a partir de la pandemia. De hecho, se incorporó a la plantilla del HUBU poco antes de la irrupción del coronavirus, según precisó la supervisora del servicio. "También estuvo haciendo transfusiones. Iba y venía, por épocas, pero nunca tardaban mucho en volver a llamarla para otro puesto", detallaba, para destacar su buen carácter: "Siempre venía con una sonrisa, era de trato muy agradable y nunca ponía pegas. Si le pedías un cambio de turno o que viniera antes por cualquier circunstancia, lo hacía. Era muy accesible".

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