Provincia cardioprotegida. Burgos cuenta con más de 400 desfibriladores, el 40% en pueblos
Con hasta 12 dispositivos por cada 10.000 habitantes, supera con creces la ratio nacional, que rondaba los 7. El total registrado por la Junta se ha multiplicado por cuatro en ocho años, al aumentar de 105 a 428

Uno de los más 400 desfibriladores instalados en la provincia de Burgos.
Burgos cuenta en la actualidad con un desfibrilador por cada 850 habitantes. Ese es el resultado de dividir entre la población los 428 dispositivos automáticos o semiautomáticos (DEA o DESA) repartidos por distintos espacios físicos de la provincia, a los que se suman la docena que portan servicios como la Policía Local de la capital burgalesa, que les permite actuar con máxima celeridad en casos de emergencia sanitaria producida por una parada cardiorrespiratoria.
Otra sencilla operación, a partir del dato ofrecido por la Consejería de Sanidad, arroja una ratio de 12 desfibriladores por cada 10.000 habitantes. Tal indicador supera con creces el nacional, que ronda los 7.
La cifra en la provincia no ha dejado de crecer. De hecho, se ha multiplicado por cuatro desde 2017, pasando en ocho años de apenas 105 a los más de 400 incluidos en el registro oficial de la Junta de Castilla y León a comienzos de 2025.
El aumento progresivo se mantiene desde entonces ejercicio tras ejercicio. En 2023, por ejemplo, había 330 dispositivos por estas mismas fechas. Un año después, recién estrenado 2024, se elevaban a 370, lo que supone un alza del 15% en poco más de doce meses.

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El listado de espacios es heterogéneo y cubre toda la provincia, desde la capital, por supuesto, con el mayor número de desfibriladores en activo, hasta pequeños municipios que disponen en sus centros públicos de este sistema de cardioprotección. Además de Burgos, Aranda y Miranda 134 localidades, algunas con un volumen de población estable más bien escaso (Altable, Brazacorta, Peral de Arlanza, Hortigüela, Celada del Camino, Cerezo de Río Tirón, Frandovínez o Pinilla de los Barruecos, son solo algunas), cuentan con uno o más desfibriladores, lo que eleva el total ubicado en el medio rural a 183, un 40% del dato conjunto de la provincia. Tres, por ejemplo, tiene Sarracín, instalados en el Palacio de Saldañuela (punto de gran tránsito por acoger eventos y celebraciones), la cantina y el Ayuntamiento.
Más allá de los inmuebles propiedad de las administraciones locales, cubiertos en gran medida gracias a las líneas de ayudas para tal fin habilitadas por la Junta, que en la última convocatoria destinaba 270.000 euros a responder a las peticiones de la provincia, la presencia de fábricas o negocios privados contribuye con dispositivos en distintos núcleos. Como muestra, en Cardeñadijo, al DESA del bar municipal se añade el instalado por la firma que gestiona el parque eólico del Moro. Bodegas Portia y el centro de día San Isidro Labrador albergan los de Gumiel de Izán y Transformados Siderúrgicos aporta tres dispositivos a Pancorbo, que se suman al ubicado en el polideportivo.
En la capital, la tipología de espacios se diversifica mucho más. El listado incluye sedes de servicios públicos de distinta titularidad, como el aeropuerto, lugares de prestación de servicios sociales u oficinas de empleo, centros deportivos, también educativos, privados y públicos de todos los ámbitos y niveles, e instalaciones privadas: desde grandes fábricas hasta pequeños negocios.
También en estos casos la Administración regional ofrece subvenciones, dentro de las actuaciones dirigidas a la promoción de acciones que contribuyan al bienestar laboral, para incentivar una medida que puede ser, literalmente, vital.