«Sabemos mucho más de los asesinos que de sus víctimas»
La Policía Nacional de Burgos rinde homenaje a las víctimas del terrorismo, tanto dentro como fuera de sus filas. «No olvidemos que su sacrificio, inmenso y tantas veces poco reconocido, es la base de nuestra democracia»

Celebración del Día de las Víctimas del Terrorismo de la Policía Nacional en Burgos.
16 de junio de 1981. ETA asesina a la inspectora María José García Sánchez en Zarauz (Guipúzcoa). Más de cuatro décadas después, se oficializa el Día de las víctimas del terrorismo en la Policía Nacional. En esa misma fecha. Para honrar su memoria y la del resto de compañeros caídos. Por ellos va el homenaje, celebrado este jueves en Burgos, sin olvidar el sufrimiento del resto de personas fallecidas o heridas y sus familias.
«Sabemos mucho más de los asesinos que de sus víctimas», lamentaba el comisario jefe de la Policía Nacional en Burgos, Jesús Nogales, al recordar el asesinato del agente burgalés José Vicente del Val, en 1978, a raíz de un atentado en Vitoria en el que murieron otros dos compañeros. 52 balazos contra un vehículo policial y un solo efectivo ileso. Del Val, que apenas tenía 21 años, recibió siete disparos. Sus ejecutores jamás fueron enjuiciados por estos hechos. Lo mismo que otros «más de 300 asesinatos terroristas sin resolver».
Para Sebastián Nogales, presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de Castilla (AVTCyL), esta efeméride «no es un día de júbilo, sino un día de recuerdo, de memoria y de dignificación». Porque puede que ETA ya no mate, pero es incapaz de pasar por alto que esta «lacra» continúa «vigente» a través del «yihadismo». Por ello, agradece el papel de la Policía Nacional a la hora de evitar que «tenga resultados negativos para la sociedad».
«Vidas truncadas, familias rotas, compañeros heridos». He aquí varias de las secuelas, tal y como remarcaba el subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro de la Fuente, antes de participar en la ofrenda floral a las víctimas frente a la Comisaría Provincial. Del mismo modo, también quiso recordar los grandes atentados que ha sufrido la ciudad. Dos coches bomba que, por suerte, no causaron víctimas mortales. Primero contra la antigua Comisaría, en 1990, y después contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil en 2009.
«Hubo víctimas, hubo gente que eran vecinos nuestros y que dieron su vida por defendernos», subrayó el comisario antes de su discurso. Porque lo importante, a su juicio, es que «las familias de los compañeros asesinados, de las víctimas del terrorismo en general, sepan que no nos olvidamos de ellos».