El PP interpela a Esther Peña y Daniel de la Rosa por su relación con Cerdán y Ábalos
Los 'populares' burgaleses exigen un pronunciamiento de ambos sobre las presuntas mordidas de la A-12 mientras deslizan su «connivencia» con el exnúmero 2 del PSOE para echar a Luis Tudanca

Ángel Ibáñez, Borja Suárez y Andrea Ballesteros, en la sede del PP, con una foto de José Luis Ábalos y Daniel de la Rosa al fondo.
Con la moción de censura «prácticamente imposible» y un más que improbable adelanto electoral, al Partido Popular no le queda otra que agitar el avispero lo máximo posible para denunciar los casos de corrupción que salpican al Gobierno de Pedro Sánchez. La estrategia, en clave territorial, pasa por sacar a relucir las vinculaciones de dirigentes locales y regionales con altos cargos del partido. En el caso de Burgos y Castilla y León, el PP apunta directamente a la lideresa provincial del PSOE, Esther Peña, y el secretario de Organización autonómico, Daniel de la Rosa.
Asegura el presidente del PP burgalés, Borja Suárez, que «está todo conectado». De ahí el «silencio», a su juicio, de Peña y De la Rosa dada su relación «evidente y clara» con Santos Cerdán y José Luis Ábalos. Tirando de hemeroteca, con fotos de comparecencias y tuits antiguos, los 'populares' exigen respuestas sobre las presuntas mordidas en la autovía A-12 entre Burgos y La Rioja, cuyo sobrecoste rondaría los 17,5 millones de euros.
«¿Ponen la mano en el fuego de que no ha habido una mordida por parte de altos representantes del Partido Socialista?». De esta forma, Suárez pretende interpelar a la diputada socialista y el exalcalde de Burgos, a quienes reclama «altura de miras y responsabilidad» tras destaparse un caso de «corrupción manifiesta y degradación extrema».
Del mismo modo, el presidente provincial del PP acusa a ambos de dejar caer a Luis Tudanca, en favor de Carlos Martínez Mínguez, cuando intentaba aferrarse a la secretaría general del PSOE de Castilla y León. En su opinión, tanto Peña como De la Rosa actuaron en «connivencia» con Cerdán para apartar al ahora senador.
Congreso a la vista y aritmética electoral
Mientras Sánchez permanece en su punto de mira, el Partido Popular afronta su vigesimoprimer Congreso Nacional, del 4 al 6 de julio en Madrid, con el objetivo de hacer ver que el proyecto de Alberto Núñez Feijóo se encuentra «perfectamente estructurado y unido». Además, servirá para dar la «bienvenida» a Miguel Tellado como nuevo secretario general y a Ester Muñoz como portavoz en la Cámara Baja.
Con 33 compromisarios y un equipo que ronda el medio centenar de personas, los 'populares' de Burgos trasladarán «propuestas y enmiendas» al nuevo decálogo del partido. Dentro de dichos puntos, se aborda la búsqueda de «grandes consensos» y el «rechazo a la polarización y cordones sanitarios». Salvo excepciones -líneas rojas, más bien- como la de EH Bildu.
Con Junts, y por ende con Carles Puigdemont, ya se sabe. De entrada no, como en su día el PSOE con la OTAN. «Es difícil llegar a acuerdos con ellos, aunque no se puede poner vetos previos a nadie», esgrime Suárez tras subrayar que la formación catalana se sitúa «fuera del centro derecha y del centro izquierda».
Vox se ubicaría, según apunta el presidente del PP burgalés, en el «espectro del populismo como Sumar o Podemos». Obviamente, no se descartan futuros pactos con los de Santiago Abascal en caso de ser necesario. Nadie lo duda. Sin embargo, Suárez se pregunta «para qué sirve Vox» tras las fallidas experiencias de Gobierno en Burgos y Castilla y León, cuando forzaron su salida con la inmigración como pretexto.
Puestos a pedir, desde el PP no dejan de insistir a Sánchez en que lo mejor es que «se marche». Entretanto, Suárez considera que «cualquier opción es mejor que la del inmovilismo» y por eso su partido espera que la presión social reme a su favor. Lo que está claro, al menos a día de hoy, es que la aritmética parlamentaria juega en contra de Feijóo.