Plena ocupación hotelera en la provincia de Burgos de cara al eclipse de 2026

Ilay se sube a una banqueta decidido a observar el sol desde cerca. Ha acudido expresamente al Hospital Universitario de Burgos (HUBU) junto a Pablo, su padre, tras hacerse eco de la convocatoria de la Asociación Astronómica de Burgos. Ayer miércoles, desde las 13 hasta las 16 horas, cualquiera podía poner el ojo en tres sofisticados telescopios para deleitarse, de tú a tú, con el astro rey.

«Las manchas solares estaban muy chulas», confiesa Ilay. No es un chaval al uso, sino un «científico» de la cabeza a los pies. De su bolsillo saca un escudo antirradiación con termómetro incorporado. Casero total, elaborado por él mismo. Un pequeño genio al que, como bien sabe su padre, «le gusta la astronomía y la ciencia en general». Y apunta maneras, desde luego.

Después de Ilay y Pablo, se van acercando más curiosos. Enrique Bordallo, presidente de AstroBurgos, intenta poner en marcha el telescopio de mayor tamaño. «Lleva un GPS incorporado y con el mando le dices qué quieres encontrar, te lo busca y te lo centra». Parece sencillo, pero no lo es. Tendrá que tenerlo todo a punto, eso sí, de cara al eclipse total de 2026 que ha puesto a Burgos en el mapa. La expectación, máxima desde hace tiempo, ha propiciado que los hoteles de toda la provincia estén «completamente llenos».

No dejan de recibir correos en AstroBurgos de un montón de particulares y asociaciones comentando que «no hay sitios para dormir» e incluso preguntando «si van a poner algún pabellón público». Otros, resignados, han optado por reservar plazas de alojamiento en Cantabria o el País Vasco. Menos da una piedra.

A propuesta de la Sociedad para el Desarrollo de la Provincia de Burgos (Sodebur), la asociación elaboró un listado de seis puntos visibles para promover el turismo astronómico antes, durante y después del 12 de agosto de 2026. En la lista no podía faltar Lodoso, su centro de operaciones, aunque los socios se repartirán por cada una de las comarcas para después poner en común esta inolvidable experiencia.

Bordallo es consciente de que este fenómeno resulta sumamente atractivo. Lo comprueba año tras año, de eclipse en eclipse. Como en China, allá por 2009, cuando «nos mandaron a 150 kilómetros porque el sitio al que íbamos estaba colapsado». Y qué decir de Chile, en 2019, disfrutando del espectáculo junto a «medio millón de personas en la montaña». Lo que no esperaba, y le sorprendió gratamente, es que el eclipse parcial del pasado mes de marzo congregase a «casi mil personas» en el Castillo de Burgos.

Siempre en activo, con permiso del trabajo de cada uno de sus miembros, AstroBurgos recorrerá este verano una docena de pueblos burgaleses para explicar en qué consiste esto de la astronomía. Después, una vez iniciado el curso escolar, se llevarán a cabo visitas en varios centros para explicar a los chavales «todo lo relacionado con el eclipse». Aprenderán, por ejemplo, que «hay que mirar siempre el sol con filtros especiales». Y un montón de cosas más que también se enseñan, cada vez que surge la ocasión, en la Estación de la Ciencia y la Tecnología.