El Correo de Burgos

OBRA CIVIL

Todas las estructuras de la ronda noroeste están en obras, salvo la del Arlanzón y la EDAR

El delegado del Gobierno mantiene los plazos de finalización para duplicar el segundo túnel a finales de 2010 y el resto de la circunvalación noroeste, a lo largo de 2011

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Burgos

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La provincia de Burgos tiene mala experiencia con los retrasos en importantes obras públicas. El último y el más sonado fue la ronda norte, con unas obras que estuvieron paralizadas cerca de tres años por los problemas al excavar el túnel. El cierre de la circunvalación está en marcha con los trabajos que se llevan a cabo en la ronda noroeste, tanto en el tramo de Quintanadueñas a Villatoro como en el que discurre entre Villalbilla y Quintanadueñas.

 

A la vista de los trabajos, todo parece indicar que en esta ocasión se cumplirán los plazos y el primer tramo -que duplicará el túnel de la ronda norte- podría estar concluido a finales de 2010 mientras que para el segundo se baraja la fecha de 2011. De momento, buena parte de los 16 kilómetros que comprenden la ronda noroeste están en obras y, sobre todo, están iniciados todos los viaductos salvo el que discurrirá sobre el río Arlanzón y el de la Cuesta de la Paloma, junto a la estación depuradora. En ambos casos, los técnicos del Ministerio de Fomento y los ingenieros de la Unión Temporal de Empresas (UTE) prevén comenzar los primeros trabajos en mes y medio. La intención es disponer de los cimientos en estos lugares antes de que llegue el invierno, ya que el mal tiempo es el peor aliado en las grandes infraestructuras.

Hablamos de obras con una dificultad máxima, no sólo por la longitud de los viaductos (un puente de 800 metros para salvar el río Arlanzón y otro de 450 junto a la EDAR) sino por la técnica elegida (a través de voladizos o para salvar la distancia entre pilares, a una altura de 20 metros).

Y es que la ronda noroeste se caracteriza por la gran cantidad de estructuras, muchas ya visibles como por ejemplo la enorme glorieta en el enlace de Villatoro, para entrar a Burgos, y el viaducto de 280 metros que salvará la carretera de Santander. La UTE encargada de ese tramo también deberá construir el inicio de la autovía a Aguilar de Campoo de un kilómetro y medio de longitud.

De forma paralela, se trabaja en el interior del túnel con el revestimiento de hormigón, previo a su acondicionamiento, y en la estructura que dará salida a la boca norte del paso para convertirse en una autovía de dos carriles por sentido.

La ronda noreste ha sido el tramo de la circunvalación más olvidado, sobre todo después de concluir la zona norte. Pese a ello, su finalización permitirá el cierre del tan ansiado anillo que rodea la capital y facilitará los movimientos de los principales itinerarios al norte de Burgos, ya que conectará las autovía N-I, la A-231 (León-Burgos),

la N-623 (Burgos-Santander) y la A-62 (Burgos-Valladolid). La grandiosidad de las obras se traduce en los presupuestos de 63,8 millones de euros (tramo Quintanadueñas-Villatoro y duplicación del túnel) que realiza la UTE formada por Sacyr y Cavosa y de 68,6 millones (entre Villalbilla y Quintanadueñas) a cargo de Azvi y Aldesa Construcciones.

Precisamente, el delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo, destacó la «competitividad y la responsabilidad» de las empresas, que favorecen el buen ritmo de las obras y permitirán la inauguración del primer tramo en el último trimestre del próximo año.

 

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