El Correo de Burgos

La Concapa teme la retirada de los crucifijos en los centros concertados

La FAPA afirma que los símbolos religiosos «sólo dan problemas a la escuela pública»

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Burgos

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L. B. / Burgos

Fieles a los discursos de sus 'superiores' ante la polémica suscitada por la propuesta de retirada de los crucifijos de los centros educativos que se aprobaba el pasado miércoles en la Comisión de Educación y que instaba al Gobierno a eliminar cualquier simbología religiosa de los centros escolares públicos, los portavoces de las agrupaciones provinciales de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa) y de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Burgos (FAPA) rechazan y aplauden la iniciativa, respectivamente, con similar intensidad.

Juan José Ruiz de Cascos, presidente de la Concapa, justificaba su oposición «porque el crucifijo es un símbolo universal que no afecta a los no creyentes». Ruiz expresó además su temor a que éste sea tan sólo el primer paso para exigir que los centros concertados también retiren los símbolos «mediante cláusulas específicas en los conciertos o algo así», indicó.

El representante de Concapa en la provincia lamentó la actual corriente laicista y su oposición «a todo lo que suene a cristiano» y matizó la 'desobediencia' a la retirada anunciada por el colectivo nacional. «No se trata de desobedecer por desobedecer pues no queremos ponernos en contra del poder judicial, pero sí nos resistiremos a cumplir esta decisión absurda si llega a los concertados», precisó y señaló que aún no han estudiado medidas de protesta.

Por su parte, la presidenta de la FAPA en Burgos, Marisa Beunza, reelegida recientemente, manifestó su apoyo a la iniciativa. «La escuela pública debe ser laica. Los símbolos religiosos en los centros escolares, de hecho, sólo dan lugar a conflictos innecesarios, máxime hoy en día con una sociedad tan multicultural», sentenció. Indicó además Beunza que se trata «sencillamente» de normalizar algo que «ya es normal» pues, según la FAPA, en la mayor parte de los centros públicos ya no lucen estos símbolos. «No nos consta y no hemos recibido ninguna protesta», añadió.

Además, la portavoz de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos recordó que como agrupación también defienden que la religión «salga del currículum formativo», aunque reconoció que esta lucha «es más compleja y requeriría un diálogo entre todas las partes».

Respecto a la posibilidad de que la retirada de los crucifijos se pueda extender a los centros concertados como apuntan desde Concapa, Beunza aseguró aceptar que estos tengan «su propio ideario pues en el fondo son privados» pero señaló que los conciertos que rubrican con las administraciones deberían incluir «determinadas condiciones».

La proposición no de ley aprobada en el Congreso se apoya en la jurisprudencia establecida por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo que establecía que los crucifijos en las aulas son «una violación de los derechos de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones».

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