El Correo de Burgos

FERNANDO MENA, TENIENTE FISCAL DE CASTILLA Y LEÓN

«Las cámaras son un elemento disuasorio, no van a impedir peleas»

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Burgos

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M.R. / Burgos

Fernando Mena, teniente fiscal de Castilla y León, se marcha después de 43 años de profesión, más de cuatro décadas después de que iniciara su carrera en Briviesca de lo que entonces se conocía como juez comarcal. Desde que aprobó la oposición de fiscal, sólo ha tenido dos destinos, Santander y Burgos, donde el próximo día de 10 diciembre pasará oficialmente a la situación de jubilado. Y su descripción de su paso a la situación de pensionista es simple: «He trabajado, y al día siguiente haré otras cosas», dice. En todo este tiempo de profesión ha visto cambios, mejoras técnicas, pero en esencia la labor de fiscal sigue igual. «El trabajo del fiscal es el mismo, sólo han cambiado los medios».

Pregunta.- ¿Cómo ha cambiado el trabajo de fiscal en todo este tiempo de carrera profesional?

Respuesta.- La evolución la he visto en calidad y en cantidad. Cuando llegue de fiscal aquí estábamos el fiscal jefe, Gómez de Liaño, Gregorio Segurado y yo. Y había algún fiscal comarcal que se dedicaba a las faltas. Los juicios que llegaban a la Audiencia los llevábamos dos y había dos juzgados. En cantidad, fíjate que gran diferencia, ya que ahora en la Fiscalía de Burgos son 17 y cuatro de la Comunidad.

P.- ¿Y en cuanto a la calidad?

R.- La calidad, también. Empecé a desarrollar mi actividad en los últimos momentos de la dictadura, pero aún toda la estructura jurídica adolecía de la falta de la legitimidad del poder del que emanaban las leyes y la falta de garantías que luego la Constitución ha consagrado. Porque los asuntos políticos no los veíamos porque se encargaban instituciones especiales. Y veíamos lo que hemos seguido viendo, robos, hurtos, y delitos así, y se aplicaba la legislación existente, que en el fondo era el Código que venía de principios de siglo. Sin embargo, las garantías fundamentales no existían, por lo que la evolución sociológica y política ha repercutido en las leyes y en nuestro trabajo. Antes, un fiscal era un fiscal para todo. Hoy se especializa en una materia, sea mujeres maltratadas, delitos económicos. Yo siempre he hecho de todo.

P.- ¿Qué opina de los medios, de los que tanto se habla en la administración de Justicia?

R.- Entonces, los medios eran el bolígrafo y escribir todo a mano. Cuando se habla de falta de medios creo que son personales. El trabajo del fiscal es el mismo, sólo han cambiado los medios técnicos. Desde el punto de vista de la Fiscalía no es tan importante los medios técnicos como en los juzgados, que es más importante. En la Fiscalía se trabaja con ordenador, pero la sustancia no cambia. Las máquinas no hacen la calificación y no piden pena. Ahora, la comunicación y el registro de asuntos, ver antecedentes es más rápido con una máquina y facilita la labor.

P.- ¿Qué tal relación tiene con las nuevas tecnologías?

R.- Utilizo el ordenador para ver la jurisprudencia, pero no para escribir, escribo mucho más rápido con un bolígrafo, pero lo normal, con los fiscales jóvenes, es trabajar con el ordenador. Lo principal, es que todos hacen lo mismo, cambia la técnica. No hay que dar tanta importancia a la técnica.

P.- ¿Cree que la Fiscalía cuenta con medios personales suficientes?

R.- Sí es suficiente. Hombre, cuanta más gente pongas, las cosas podrán ir mejor, pero es bastante. No obstante, se está a la espera de que de que cambie la jurisdicción, cuando la Fiscalía Superior sea competente para actuar en las apelaciones a resoluciones de penas de más de seis años. Está en trámite y creará un mayor volumen de trabajo.

P.- ¿Qué le parece la reestructuración que se está realizando en la Fiscalía?

R.- La reestructuración es algo que ya se había iniciado con la especialización. Hay fiscales de Sala especializados en diversas materias, con un responsable en Madrid del que dependen los provinciales, con una estructura vertical que especializa. Conforme se vaya avanzando, los fiscales conocerán este tipo de asuntos. Aquí, en la Comunidad no hay idea de que los fiscales se especialicen, ya que se está a la espera de asumir un trabajo amplio.

P.- Hay también voces que reclaman que la instrucción pase a manos de los fiscales

R.- Desde que entré en la carrera se ha hablado de ello. Es una filosofía distinta. Yo siempre he sido partidario no de que el fiscal asuma la instrucción, sino que realice la labor básica de acusación en igualdad de oportunidades que la parte acusada y con la asistencia de un juez de garantías, independiente. La filosofía es suprimir la instrucción y sustituirla por otro sistema. Es un cambio que requiere muchos otros cambios, que no es sencillo. Y tiene ventajas e inconvenientes.

P.- En la jurisdicción de Menores sí instruye el fiscal.

R.- Sí y funciona perfectamente, no digo si mejor o peor que con los jueces. Los fiscales lo llevan muy en la mano.

P.- ¿Qué opina sobre el debate abierto en torno a las cámaras de videovigilancia en zonas de copas?

R.- Desde que estoy aquí, no ha habido año que no hubiera peleas. Era muy normal peleas en las que con un vaso roto se cortaba la cara. He visto montones, pero montones. Ahora, ha habido la mala suerte que ha determinado muertes. De eso, decir que todo es mil veces peor, tampoco. En muchos sitios se ha pedido instalar cámaras en zonas de copas. Hay un comisión específica que determina que esas cámaras deben estar para proteger edificios notables o para proteger zonas o sitios donde se cometen delitos. Y ahí entraría el botellón. Si se demuestra que es necesario y que tiene alguna incidencia, no hay ningún problema para ponerlo. Las cámaras son un elemento disuasorio, no van a impedir peleas. Si sirve para que la gente se lo piense dos veces, bien venido sea, sin perjuicio de cumplir la ley.

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