Alonso reconoce las discrepancias con Cecale y CEOE en asuntos capitales

J. F. CORCUERA  / BurgosEl presidente de la Confederación de Asociaciones Empresariales (FAE) de Burgos, Roberto Alonso, despidió el año 2009, un ejercicio que califica como «horrible», con un exorcismo para liberarse de los tres asuntos de  mayor enjundia que afectan a la economía burgalesa y en los que las discrepancias tanto con la Cecale como con la CEOE -las patronales regional y nacional- han sido más que relevantes. Un intrépido Alonso desvelaba, arropado por los ‘pesos pesados’ de la Junta Directiva de la FAE, las discrepancias en materia de fusión de las cajas de ahorro -con la cúpula de la Cecale-, y sobre el Cupo Vasco y la central de Garoña -ambos con la CEOE-.En el asunto de la fusión de cajas extendió las diferencias al Gobierno regional, del que dijo: «Buscaba (con la fusión de Caja Duero, Caja España y Caja de Burgos) una instrumento financiero a su servicio». El jefe de los patronos en Burgos recordó la posición firme de FAE incluso frente a la ‘hermana mayor’ Cecale: «Burgos tenía una posición dominante, una posición que no tenían otras provincias significativas como Valladolid, León y Salamanca».Una posición que, según reconocía, ni entendió el Gobierno regional ni los «compañeros» de Cecale. «Dos cajas que han servido y estado en competencia; hemos tenido la cercanía de dos cajas, una centenaria y otra en los primeros puestos del ranking». Una situación que no se quiso perder y que se mantuvo «no desde una posición presidencialista», asegurtaba, sino por la información recabada a través de unas encuestas anónimas con el resultado de que un 90% de los consultados «no querían perder sus cajas».Alonso manifestaba su «frustración» por el hecho de que fuera «imposible» que el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, junto con el presidente de las Cámaras de Comercio, Javier Gómez Navarro, a visitar la central nuclear de Garoña. Una visita que fue imposible materializar, aunque Alonso rehuyó desvelar la causa.Un desengaño mayor mostraba por la falta de apoyo de la Confederación de Organizaciones Empresariales (CEOE) a las quejas del empresariado burgalés respecto al ‘blindaje vasco’ y la modificación legislativa que impide la posibilidad de recurrir este privilegio ante los tribunales ordinarios. «No dijeron que era una situación consolidada, que no añadía nada el blindaje vasco». Y reconocía que, en este asunto, se había pasado «el arroz». Y resumió: «me da que el blindaje del cupo vasco ha quedado cerrado por parte de la CEOE y me da profunda pena».